Los partidos están obligados a erradicar el acoso en sus filas, aquellas en las que sigue pudiéndose ejercer el poder para intentar sojuzgar y acallar
Viernes, 19 de diciembre 2025, 01:00
... que cuestionan la credibilidad del compromiso con el respeto a derechos básicos y la lucha por la igualdad por las organizaciones que representan la voluntad de la ciudadanía. El 'caso Salazar', en alusión a las denuncias presentadas por militantes socialistas que trabajaban al mando del ex alto cargo de Moncloa y asesor de cabecera del presidente Sánchez, ha sido el detonante para la revelación de una cadena de situaciones similares. Un goteo sostenido en las últimas semanas que ni siquiera se había producido con esta intensidad tras la difusión de las hirientes conversaciones del exministro Ábalos con Koldo García en la que se repartían mujeres que ejercen la prostitución; o de la convulsión, dentro y fuera de Sumar, que desató la forzosa renuncia de Íñigo Errejón, hoy encausado por la acusación de la actriz Elisa Mouliaá, por conductas incompatibles con el feminismo que decía abanderar.La Fiscalía contabilizó en 2024 casi 200.000 denuncias por violencia machista e investigó 3.283 casos específicos de violencia sexual en menores. Dos cifras que ejemplifican un agujero letal en el presente y su inquietante proyección en las generaciones del futuro. Los partidos están obligados a impedir y erradicar el acoso en sus filas, aquellas en las que, lamentablemente, sigue pudiéndose ejercer el poder interno para intentar sojuzgar y acallar.
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