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Ajo para las pulgas, los pequeños ladran más... mitos sobre tu perro que deberías desterrarTres de cada diez hogares españoles albergan al menos uno, según las últimas encuestas
Sábado, 13 de diciembre 2025, 18:37
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España es país de perros. Así lo atestigua la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC), que cifra en más de ... nueve millones el número de estos animales presentes en nuestros hogares. Por comunidades Autónomas, las más pobladas por el llamado 'mejor amigo del hombre' son, por orden, Galicia, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia, Extremadura, Baleares y Canarias; situándose a la cola Cataluña, Cantabria, Madrid, Castilla-La Mancha, Navarra, País Vasco y La Rioja.
Mito: Una nariz seca equivale a fiebre
Siempre se ha dicho que si un perro tiene la nariz seca es porque tiene fiebre, pero la realidad es más complicada. Como bien recalcan desde la clínica veterinaria Gous Lezkairu (Navarra), «aunque ciertas patologías que cursan con fiebre pueden provocar que la trufa se reseque, también puede estar seca por otros motivos que nada tienen que ver con la enfermedad, como por ejemplo un ambiente calefactado». Ante la duda, los expertos recomiendan comprobar la temperatura del animal con un termómetro rectal: si supera los 39 grados y presenta síntomas como apatía o vómitos, lo mejor es acudir de inmediato a un profesional.
Mito. Los perros ven en blanco y negro
Los canes no pueden apreciar todos los colores, en efecto, pero esto no quiere decir que vean únicamente en blanco y negro. Perciben sin problemas el azul, el amarillo y algunas tonalidades de gris; y presentan problemas para distinguir el rojo del verde, tal y como ocurre en el tipo más común de daltonismo.
Mito. Un collar antipulgas basta para protegerlos de los parásitos
Mantener a las pulgas y las garrapatas a raya es una de las preocupaciones más recurrentes de quienes conviven con un perro (sobre todo si acostumbran a retozar en descampados o pasear por entornos naturales). Sin embargo, el típico collar antipulgas puede no resultar lo suficientemente efectivo, aconsejándose la administración de pipetas o comprimidos bajo supervisión veterinaria.
Desde Gous Lezkairu se advierte además sobre la administración de ajo: aunque algunos lo consideran un excelente antiparasitario, «resulta altamente tóxico para los perros, al igual que otros alimentos como las cebollas».
Mito: Los perros sienten culpa cuando rompen algo
Si alguna vez ha dicho eso de 'mi perro entiende todo lo que le digo', sentimos desilusionarle. Aunque está demostrado que los perros comprenden algunas palabras (sobre todo si coinciden reiteradamente con premios o castigos), su comprensión es limitada y tiene más que ver con factores como nuestros gestos o el tono de voz.
Un ejemplo claro lo encontramos en esos vídeos de Internet que muestran a un can con mirada apesadumbrada frente a un jarrón roto: su expresión se debe a cómo interpretan la reprimenda de sus compañeros humanos; no son realmente conscientes de haber hecho algo malo.
Mito: Los perros mayores no pueden aprender trucos
Qué duda cabe de que los perros más jóvenes tienen una mayor facilidad de aprendizaje que los adultos, pero estos últimos siguen pudiendo entender y poner en práctica los trucos más variopintos. De hecho, la comunidad veterinaria coincide en que resulta aconsejable para ralentizar el inevitable deterioro cognitivo del animal.
Además de los expuestos, otros mitos generales que conviene desterrar son el de que las hembras deben tener al menos una camada antes de ser esterilizadas (esto no mejora en nada su salud ni las hace sentirse mejor); que los perros castrados pierden la alegría (ganarán tendencia al engorde, pero su carácter se mantendrá inmutable); o que medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno para humanos son aptos para los animales (pueden causarles daños en hígado y riñones).
Las razas injustamente etiquetadas
En el contexto de los mitos asociados a razas específicas de perro, resultan de especial interés las apreciaciones de la educadora canina Patricia Guerrero (PAT Educadora Canina), quien desmiente, por ejemplo, que los Golden Retrievers sean 'peluches' a nuestra merced: «También se agobian, hay que respetar su espacio por mucho que no se les pase por la cabeza sacar un diente. Evita que tu hijo los coja de la cola o se suba encima una y otra vez».
También desmonta fácilmente la idea de que los perros potencialmente peligrosos (PPP) son agresivos por naturaleza: «Ningún perro ataca si están cubiertas sus necesidades físicas, mentales o emocionales. Si lo hace es porque se siente amenazado y, en todo caso, lo advierte en múltiples ocasiones».
Finalmente, la experta pone el foco en las razas pequeñas («es absurda la idea de que no necesitan salir mucho; o de que se pasan el día ladrando»); los perros pastores («pese a la fama, no necesitan estar trabajando todo el día»); o los galgos («que sean más o menos tranquilos depende de sus vivencias, no de su genética»).
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