FC BarcelonaGarcía Pimienta: "En La Masía si te duermes, el compañero te come la tostada"
Entrevista al exentrenador del Barça B, Las Palmas y Sevilla
Entrevista a García Pimienta, ex entrenador del Barça B. Análisis de La Masía y sus jugadores.
• LUIS F. ROJO Actualizado 28/11/2025 - 10:52CET
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• Traspaso Todo lo que el Barça ha cobrado por Cucurella
Xavier García Pimienta (Barcelona, 1974) es un entrenador de fútbol formado en La Masía. Allí desarrolló gran parte de su carrera en la que tuvo a sus órdenes a jugadores de la categoría de Messi, Piqué, Fábregas, Cucurella, Gavi, Araujo... Después de una brillante etapa en el Barcelona, entrenó a Las Palmas, equipo al que ascendió a Primera, y Sevilla. Mientras espera un nuevo destino en el banquillo, atiende a MARCA.
Xavier García Pimienta.FRANCESC ADELANTADO
-Usted se formó en las categorías inferiores del club. ¿Cómo se vivía la presión de saber que cualquier día le pueden decir que ya no vale para el Barça?
-Desde pequeñito ya sabías que estabas en un gran club como es el Barcelona. Eres uno de los elegidos, pero todo el mundo tenía en la cabeza que llegaría el final de temporada y te dirían si sigues o no. Por el camino se iban quedando jugadores que, a priori, veías del mismo nivel que tú. Es una competencia directa que tienes con tus propios compañeros. Tienes que estar siempre al 100%, porque, si no, otro compañero te puede quitar el sitio. Pero esa competencia es sana, porque si eres capaz de llegar al primer equipo o ser futbolista profesional, te vas a encontrar con esa situación continuamente. Si te duermes, tienes un compañero al lado que te va a comer la tostada. Eso sí, esa exigencia es la que permite que chicos tan jóvenes, como está pasando ahora en el primer equipo del Barça, sean capaces de jugar ante 100.000 personas con una presión increíble porque lo llevan sufriendo desde muy pequeños.
-¿Cómo fue entrenar a ese famoso cadete en el que estaban Messi, Piqué y Cesc?
-En el cadete es cuando ya se empieza a ver si los jugadores pueden llegar a ser futbolistas profesionales, porque es cuando empiezas a hacer el cambio con 15 o 16 años. Yo estaba de segundo entrenador, con Álex García, y nos encontramos esa generación magnífica de jugadores del año 87. Cuando empiezas a ver esos entrenamientos y ves que jugadores como Leo Messi hacen cosas increíbles, es cuando te das cuenta de que este chico, si no pasa nada raro, va a llegar al primer equipo. Después, una vez llega allí, se tiene que consolidar. Es muy, muy difícil debutar en el primer equipo, pero todavía es más difícil consolidarse.
Xavier García Pimienta.FRANCESC ADELANTADO
-¿Ya se les veía con esa fuerte personalidad que demostraron?
-Sí, claramente se les veía que estaban hechos de otra pasta, que tenían unas condiciones buenas para jugar al fútbol al máximo nivel, pero también la mentalidad para pensar: “Esto no se me va a escapar”. Messi, al año siguiente de estar con nosotros, empezó la pretemporada con el Juvenil B y acabó debutando en el primer equipo con solo 16 años.
Nosotros, con chicos jovencitos, pequeñitos y con un ADN muy claro de intentar jugar el balón, fuimos capaces de ganar la Youth League
García Pimienta
-¿Qué recuerdo tiene de la Youth League que ganó?
-Me hizo mucha ilusión. También porque enganchamos una generación muy buena. Se ganó la Liga y la Youth League. Pero también por cómo se ganó, porque eliminamos a PSG y Atlético en octavos y cuartos, y en la Final Four a Manchester City y Chelsea, que tenían jugadores que incluso ya habían tocado primer equipo, muy fuertes y muy buenos. Pero nosotros, con chicos jovencitos, pequeñitos y con un ADN muy claro de intentar jugar el balón, fuimos capaces de ganar los dos partidos con un fútbol muy vistoso. Fue una muy buena dosis de energía para seguir creyendo en esto que es tan importante para el Barça, como es la cantera.
-¿No es curioso que no hubiera grandes figuras en ese equipo?
-No había grandes estrellas. Era una generación que llevaba bastante tiempo jugando junta. Jugadores de los que se veía que iban a ser profesionales y, de hecho, algunos debutaron en el primer equipo. Tenían esa manera de entender el juego como nosotros queríamos. Muy orgulloso por ganar, porque el Barça tiene que ganar siempre, pero también por el cómo.
¿Cucurella? Hay muchos futbolistas que tienen capacidad para jugar en el Barcelona, pero no entran todos.
-¿Cómo es posible que un jugador como Cucurella no triunfara en el Barcelona?
-Si te fijas, estaba Jordi Alba en el primer equipo. Si te pones a mirar la cantidad de jugadores que hay en el mundo que han pasado por el Barça, te tiras de los pelos. En ese equipo estaba Cucurella, pero también Grimaldo, otro gran jugador, internacional y de talla mundial. Hay muchos futbolistas que tienen capacidad para jugar en el Barcelona, pero no entran todos. La cantera del Barça genera muchísimos jugadores y no todos pueden estar en el primer equipo. Y esto demuestra que no es cierto eso que se dice de que el futbolista de la cantera solo puede jugar en el Barcelona, porque él puede ser estrella mundial en otro equipo.
El once de los canteranos de García Pimienta.
-Se mira al primer equipo y también a los que vienen por detrás. En el caso de Cucurella venía Balde, ¿no es cierto?
-Cuando hacemos las reuniones miramos lo que llamamos la línea de sucesión. Hacemos una previsión de que un jugador en dos años puede estar en el filial y en tres en el primer equipo. Hay reuniones de planificación de plantillas y esa línea de sucesión permitía ver a los técnicos si en un año o dos alguno podía llegar al primer equipo. Y si no era así, buscar un fichaje de fuera para reforzar esa posición.
No hay manera de bajar las revoluciones a Gavi; a medida que vaya pasando el tiempo, él se irá dando cuenta
García Pimienta
-¿Qué pensó la primera vez que vio a Gavi?
-Yo era entrenador del filial en mi última temporada, en la que Gavi era juvenil de primer año y lo estaba haciendo muy bien en el A. Necesitábamos reforzar esa posición y lo subimos. Tú tienes una idea de cómo es el jugador, pero cuando lo ves entrenar cada día y le pones retos para ver cómo responde, te das cuenta de la capacidad que tiene. Gavi es un ganador nato, técnicamente muy bueno, agresivo, no da un balón por perdido... Le daba igual enfrentarse a un compañero que a uno del Barça B que tenía cuatro o cinco años más. Estaba llamado a ser jugador del primer equipo.
-¿Hay alguna manera de bajarle las revoluciones?
-No. A medida que vaya pasando el tiempo, él se irá dando cuenta. Le sucedía a Carles Puyol, que se dejaba la vida en cada balón, no solo en los partidos, sino en los entrenamientos. Tienen un perfil de jugador que, si se lo intentas cambiar, ya no serían ellos mismos y no rendirían igual. Gavi tiene ese gen competitivo que lo hace ser diferente. Y técnicamente es muy bueno.
Araujo trabajó dos años muy duros para mejorar: muchos vídeos, mucho trabajo individual, muchas horas extras por las tardes... Pero se mentalizó y lo consiguió
García Pimienta
-También tuvo a Araujo. ¿Hubo que trabajar mucho con él para que se adaptara al fútbol del Barça?
-Vino conmigo al filial según acabó su etapa juvenil. Si tenía algún déficit, era la salida de balón y el tema técnico. No es fácil llegar al filial del Barça a competir con jugadores que ya tenían muy interiorizada esa forma de jugar y le llevaban ventaja. Pero Ronald era y es un portento físico muy difícil de superar. Y puso todo su empeño en mejorar algo que le hacía falta para llegar al primer equipo, que era el aspecto técnico. Le hicimos muchos vídeos, mucho trabajo individual, se quedaba por las tardes a hacer trabajos específicos de mejora... Y cuando ves que el chico tiene ese interés y capacidad en mejorar, hay que hacer todo lo posible para ayudarle. Fueron dos años muy duros de trabajo. Para mí es un éxito conseguir que un futbolista que no tenía algunas características para llegar al primer equipo acabe llegando y siendo el capitán. En su caso, se mentalizó y lo consiguió.
-¿Nico en el City, otro caso Cucu?
-Yo le veía unas condiciones increíbles. Pero claro, si en el primer equipo tienes a Sergio Busquets lo tienes difícil para asentarte. Lo hizo bien en el primer equipo, luego en el Oporto, y si estuviera de nuevo aquí lo haría muy bien y jugaría al máximo nivel.
Nico tenía unas condiciones increíbles, pero si en el primer equipo está Busquets lo tienes muy difícil para asentarte
García Pimienta
-¿Cómo es la relación con el entrenador del primer equipo, que el día que menos te lo esperas se te lleva a dos jugadores?
-Tienes que estar mentalizado de que eres el entrenador del filial y dependes del primer equipo. Nunca hubo ningún problema porque lo tenía claro. Poníamos los entrenamientos los mismos días que el primer equipo por si hacía falta que se llevaran a dos, tres o seis jugadores. Y con los partidos igual. Y tienes que tener en cuenta una cosa: cuando un jugador formado en la casa juega en el primer equipo es un premio para todos los entrenadores de La Masía.
-¿Para el entrenador de un filial es fácil asimilar que lo importante es el desarrollo de los jugadores y no los títulos?
-Es que debe ser así. Nunca hay que poner una excusa si el primer equipo tiene tres o cuatro jugadores tuyos. Hay que ir y coger del juvenil. Es la línea de sucesión de la que antes te hablaba. Esto es así y hay que mostrar a los jugadores que se están haciendo las cosas bien y que siempre hay que competir y ganar.
-¿Qué le faltó para entrenar al primer equipo?
-El filial siempre tiene que estar preparado para lo que el primer equipo necesite: médicos, fisios, recuperadores, delegado, jugadores, entrenador... Cuando salí del Barça, Sergi Barjuán estuvo dos partidos como entrenador porque lo necesitaba el primer equipo hasta que llegó Xavi.
Las Palmas era el sitio ideal con los jugadores idóneos para transmitir lo que sientes
García Pimienta
-¿Cómo recuerda su etapa en Las Palmas?
-Llegamos a mitad de temporada, en enero. Buscaron un cambio y nosotros acertamos de pleno. Era el sitio ideal con los jugadores idóneos para transmitir lo que sientes. Un nivel técnico muy bueno para nuestra forma de entrenar. Y luego se consiguieron éxitos: el ascenso a Primera y la permanencia al año siguiente. Pero además está el cómo se hizo. Toda la isla se volcó, con el estadio lleno en Primera y en Segunda, se hizo récord de socios y la forma de juego se arraigó mucho en la isla. Fue una etapa muy bonita. La afición canaria quiere ganar, pero también con buen juego.
¿Qué pasó en Sevilla, que no salieron tan bien las cosas?
-No estoy de acuerdo. En el Sevilla se hizo una temporada decente, pero se cambiaron los objetivos a mitad de temporada. En la jornada 27 el equipo estaba en puestos europeos; cambió el objetivo de un equipo que estaba pensado para estar en la zona tranquila de la tabla. Pero esto es fútbol y, cuando encadenas una mala racha de resultados, te acaban cesando, que es parte del fútbol.
Lamine es todavía muy joven y no puede tener toda la responsabilidad del primer equipo
García Pimienta
-¿Cómo ve el Barça actual?
-Están haciendo las cosas muy bien. El pasado año lucharon por todos los títulos y este año va a ser igual.
-¿Hay que cuidar de manera especial a un talento como Lamine Yamal, que solo tiene 18 años?
-Igual que a todos. Es cierto que Lamine es un jugador especial, tiene ese don y lo está demostrando. Es todavía muy joven y no puede tener toda la responsabilidad del primer equipo. Poco a poco va cogiendo la experiencia del Barça y de la selección. Es muy inteligente y, por la edad que tiene, tiene un amplio margen de mejora.
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Xavier García Pimienta (Barcelona, 1974) es un entrenador de fútbol formado en La Masía. Allí desarrolló gran parte de su carrera en la que tuvo a sus órdenes a jugadores de la categoría de Messi, Piqué, Fábregas, Cucurella, Gavi, Araujo... Después de una brillante etapa en el Barcelona, entrenó a Las Palmas, equipo al que ascendió a Primera, y Sevilla. Mientras espera un nuevo destino en el banquillo, atiende a MARCA.
Xavier García Pimienta.FRANCESC ADELANTADO
-Usted se formó en las categorías inferiores del club. ¿Cómo se vivía la presión de saber que cualquier día le pueden decir que ya no vale para el Barça?
-Desde pequeñito ya sabías que estabas en un gran club como es el Barcelona. Eres uno de los elegidos, pero todo el mundo tenía en la cabeza que llegaría el final de temporada y te dirían si sigues o no. Por el camino se iban quedando jugadores que, a priori, veías del mismo nivel que tú. Es una competencia directa que tienes con tus propios compañeros. Tienes que estar siempre al 100%, porque, si no, otro compañero te puede quitar el sitio. Pero esa competencia es sana, porque si eres capaz de llegar al primer equipo o ser futbolista profesional, te vas a encontrar con esa situación continuamente. Si te duermes, tienes un compañero al lado que te va a comer la tostada. Eso sí, esa exigencia es la que permite que chicos tan jóvenes, como está pasando ahora en el primer equipo del Barça, sean capaces de jugar ante 100.000 personas con una presión increíble porque lo llevan sufriendo desde muy pequeños.
-¿Cómo fue entrenar a ese famoso cadete en el que estaban Messi, Piqué y Cesc?
-En el cadete es cuando ya se empieza a ver si los jugadores pueden llegar a ser futbolistas profesionales, porque es cuando empiezas a hacer el cambio con 15 o 16 años. Yo estaba de segundo entrenador, con Álex García, y nos encontramos esa generación magnífica de jugadores del año 87. Cuando empiezas a ver esos entrenamientos y ves que jugadores como Leo Messi hacen cosas increíbles, es cuando te das cuenta de que este chico, si no pasa nada raro, va a llegar al primer equipo. Después, una vez llega allí, se tiene que consolidar. Es muy, muy difícil debutar en el primer equipo, pero todavía es más difícil consolidarse.
Xavier García Pimienta.FRANCESC ADELANTADO
-¿Ya se les veía con esa fuerte personalidad que demostraron?
-Sí, claramente se les veía que estaban hechos de otra pasta, que tenían unas condiciones buenas para jugar al fútbol al máximo nivel, pero también la mentalidad para pensar: “Esto no se me va a escapar”. Messi, al año siguiente de estar con nosotros, empezó la pretemporada con el Juvenil B y acabó debutando en el primer equipo con solo 16 años.
Nosotros, con chicos jovencitos, pequeñitos y con un ADN muy claro de intentar jugar el balón, fuimos capaces de ganar la Youth League
García Pimienta
-¿Qué recuerdo tiene de la Youth League que ganó?
-Me hizo mucha ilusión. También porque enganchamos una generación muy buena. Se ganó la Liga y la Youth League. Pero también por cómo se ganó, porque eliminamos a PSG y Atlético en octavos y cuartos, y en la Final Four a Manchester City y Chelsea, que tenían jugadores que incluso ya habían tocado primer equipo, muy fuertes y muy buenos. Pero nosotros, con chicos jovencitos, pequeñitos y con un ADN muy claro de intentar jugar el balón, fuimos capaces de ganar los dos partidos con un fútbol muy vistoso. Fue una muy buena dosis de energía para seguir creyendo en esto que es tan importante para el Barça, como es la cantera.
-¿No es curioso que no hubiera grandes figuras en ese equipo?
-No había grandes estrellas. Era una generación que llevaba bastante tiempo jugando junta. Jugadores de los que se veía que iban a ser profesionales y, de hecho, algunos debutaron en el primer equipo. Tenían esa manera de entender el juego como nosotros queríamos. Muy orgulloso por ganar, porque el Barça tiene que ganar siempre, pero también por el cómo.
¿Cucurella? Hay muchos futbolistas que tienen capacidad para jugar en el Barcelona, pero no entran todos.
-¿Cómo es posible que un jugador como Cucurella no triunfara en el Barcelona?
-Si te fijas, estaba Jordi Alba en el primer equipo. Si te pones a mirar la cantidad de jugadores que hay en el mundo que han pasado por el Barça, te tiras de los pelos. En ese equipo estaba Cucurella, pero también Grimaldo, otro gran jugador, internacional y de talla mundial. Hay muchos futbolistas que tienen capacidad para jugar en el Barcelona, pero no entran todos. La cantera del Barça genera muchísimos jugadores y no todos pueden estar en el primer equipo. Y esto demuestra que no es cierto eso que se dice de que el futbolista de la cantera solo puede jugar en el Barcelona, porque él puede ser estrella mundial en otro equipo.
El once de los canteranos de García Pimienta.
-Se mira al primer equipo y también a los que vienen por detrás. En el caso de Cucurella venía Balde, ¿no es cierto?
-Cuando hacemos las reuniones miramos lo que llamamos la línea de sucesión. Hacemos una previsión de que un jugador en dos años puede estar en el filial y en tres en el primer equipo. Hay reuniones de planificación de plantillas y esa línea de sucesión permitía ver a los técnicos si en un año o dos alguno podía llegar al primer equipo. Y si no era así, buscar un fichaje de fuera para reforzar esa posición.
No hay manera de bajar las revoluciones a Gavi; a medida que vaya pasando el tiempo, él se irá dando cuenta
García Pimienta
-¿Qué pensó la primera vez que vio a Gavi?
-Yo era entrenador del filial en mi última temporada, en la que Gavi era juvenil de primer año y lo estaba haciendo muy bien en el A. Necesitábamos reforzar esa posición y lo subimos. Tú tienes una idea de cómo es el jugador, pero cuando lo ves entrenar cada día y le pones retos para ver cómo responde, te das cuenta de la capacidad que tiene. Gavi es un ganador nato, técnicamente muy bueno, agresivo, no da un balón por perdido... Le daba igual enfrentarse a un compañero que a uno del Barça B que tenía cuatro o cinco años más. Estaba llamado a ser jugador del primer equipo.
-¿Hay alguna manera de bajarle las revoluciones?
-No. A medida que vaya pasando el tiempo, él se irá dando cuenta. Le sucedía a Carles Puyol, que se dejaba la vida en cada balón, no solo en los partidos, sino en los entrenamientos. Tienen un perfil de jugador que, si se lo intentas cambiar, ya no serían ellos mismos y no rendirían igual. Gavi tiene ese gen competitivo que lo hace ser diferente. Y técnicamente es muy bueno.
Araujo trabajó dos años muy duros para mejorar: muchos vídeos, mucho trabajo individual, muchas horas extras por las tardes... Pero se mentalizó y lo consiguió
García Pimienta
-También tuvo a Araujo. ¿Hubo que trabajar mucho con él para que se adaptara al fútbol del Barça?
-Vino conmigo al filial según acabó su etapa juvenil. Si tenía algún déficit, era la salida de balón y el tema técnico. No es fácil llegar al filial del Barça a competir con jugadores que ya tenían muy interiorizada esa forma de jugar y le llevaban ventaja. Pero Ronald era y es un portento físico muy difícil de superar. Y puso todo su empeño en mejorar algo que le hacía falta para llegar al primer equipo, que era el aspecto técnico. Le hicimos muchos vídeos, mucho trabajo individual, se quedaba por las tardes a hacer trabajos específicos de mejora... Y cuando ves que el chico tiene ese interés y capacidad en mejorar, hay que hacer todo lo posible para ayudarle. Fueron dos años muy duros de trabajo. Para mí es un éxito conseguir que un futbolista que no tenía algunas características para llegar al primer equipo acabe llegando y siendo el capitán. En su caso, se mentalizó y lo consiguió.
-¿Nico en el City, otro caso Cucu?
-Yo le veía unas condiciones increíbles. Pero claro, si en el primer equipo tienes a Sergio Busquets lo tienes difícil para asentarte. Lo hizo bien en el primer equipo, luego en el Oporto, y si estuviera de nuevo aquí lo haría muy bien y jugaría al máximo nivel.
Nico tenía unas condiciones increíbles, pero si en el primer equipo está Busquets lo tienes muy difícil para asentarte
García Pimienta
-¿Cómo es la relación con el entrenador del primer equipo, que el día que menos te lo esperas se te lleva a dos jugadores?
-Tienes que estar mentalizado de que eres el entrenador del filial y dependes del primer equipo. Nunca hubo ningún problema porque lo tenía claro. Poníamos los entrenamientos los mismos días que el primer equipo por si hacía falta que se llevaran a dos, tres o seis jugadores. Y con los partidos igual. Y tienes que tener en cuenta una cosa: cuando un jugador formado en la casa juega en el primer equipo es un premio para todos los entrenadores de La Masía.
-¿Para el entrenador de un filial es fácil asimilar que lo importante es el desarrollo de los jugadores y no los títulos?
-Es que debe ser así. Nunca hay que poner una excusa si el primer equipo tiene tres o cuatro jugadores tuyos. Hay que ir y coger del juvenil. Es la línea de sucesión de la que antes te hablaba. Esto es así y hay que mostrar a los jugadores que se están haciendo las cosas bien y que siempre hay que competir y ganar.
-¿Qué le faltó para entrenar al primer equipo?
-El filial siempre tiene que estar preparado para lo que el primer equipo necesite: médicos, fisios, recuperadores, delegado, jugadores, entrenador... Cuando salí del Barça, Sergi Barjuán estuvo dos partidos como entrenador porque lo necesitaba el primer equipo hasta que llegó Xavi.
Las Palmas era el sitio ideal con los jugadores idóneos para transmitir lo que sientes
García Pimienta
-¿Cómo recuerda su etapa en Las Palmas?
-Llegamos a mitad de temporada, en enero. Buscaron un cambio y nosotros acertamos de pleno. Era el sitio ideal con los jugadores idóneos para transmitir lo que sientes. Un nivel técnico muy bueno para nuestra forma de entrenar. Y luego se consiguieron éxitos: el ascenso a Primera y la permanencia al año siguiente. Pero además está el cómo se hizo. Toda la isla se volcó, con el estadio lleno en Primera y en Segunda, se hizo récord de socios y la forma de juego se arraigó mucho en la isla. Fue una etapa muy bonita. La afición canaria quiere ganar, pero también con buen juego.
¿Qué pasó en Sevilla, que no salieron tan bien las cosas?
-No estoy de acuerdo. En el Sevilla se hizo una temporada decente, pero se cambiaron los objetivos a mitad de temporada. En la jornada 27 el equipo estaba en puestos europeos; cambió el objetivo de un equipo que estaba pensado para estar en la zona tranquila de la tabla. Pero esto es fútbol y, cuando encadenas una mala racha de resultados, te acaban cesando, que es parte del fútbol.
Lamine es todavía muy joven y no puede tener toda la responsabilidad del primer equipo
García Pimienta
-¿Cómo ve el Barça actual?
-Están haciendo las cosas muy bien. El pasado año lucharon por todos los títulos y este año va a ser igual.
-¿Hay que cuidar de manera especial a un talento como Lamine Yamal, que solo tiene 18 años?
-Igual que a todos. Es cierto que Lamine es un jugador especial, tiene ese don y lo está demostrando. Es todavía muy joven y no puede tener toda la responsabilidad del primer equipo. Poco a poco va cogiendo la experiencia del Barça y de la selección. Es muy inteligente y, por la edad que tiene, tiene un amplio margen de mejora.
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