China quiere más bebés. Muchos más. Los suficientes para aumentar su tasa de natalidad y frenar la pérdida de población que ha permitido que India la adelante como la nación más populosa del planeta. Tras derogar su política del 'hijo único' y desplegar una amplia batería de medidas pro natalidad a nivel político, social y económico, el Gobierno de Xi Jinping ha tomado una decisión radical: encarecer los condones y demás artículos anticonceptivos. Por primera vez en 30 años, quien quiera comprarlos ya no disfrutará de una exención del IVA.
En resumen: se encarece el sexo… al menos el seguro.
¿Sexo con condón? Paga más. Tener sexo saldrás más caro en China a partir de ahora. Al menos si se quiere hacer con anticonceptivos. En el contexto de una reforma tributaria más amplia y que afecta básicamente al impuesto al valor añadido (nuestro IVA), el Gobierno de Xi Jinping ha decidido eliminar la exención fiscal de la que disfrutaban hasta ahora los condones.
La decisión no es exactamente nueva. La ley en la que se apoya se aprobó a finales de 2024, pero está generando ruido ahora en las redes sociales y medios de comunicación por una razón muy sencilla: sus efectos empezarán a sentirse en breve, a partir del 1 de enero de 2026, que es cuando las parejas chinas se encontrarán con el incremento de precios en los anticonceptivos.
Una cifra: 13%. El cambio es importante porque esta clase de artículos anticonceptivos disfrutaban de una exención del IVA desde 1993, cuando China implantó la tasa a nivel nacional. A partir de ahora el escenario será distinto y quienes quieran comprar condones se encontrarán con un IVA del 13%.
A día de hoy, precisa The Guardian, un paquete de profilácticos estándar cuesta entre 40 y 60 yuanes (5,7-8,5 dólares). La píldora anticonceptiva, disponible en el país sin receta, se mueve entre los 50 y 130 yuanes, de 7,1 a 18,5 dólares.
El aumento de precios no será desorbitado, pero ha generado críticas en redes como Weibo. "Me enfadé muchísimo cuando vi que los preservativos iban a tener impuestos y subir de precio", se quejaba hace poco un usuario en RedNote. "¿Tan fácil resulta lucrarse con nosotros, los trabajadores? Me cabreé tanto que hice un pedido nocturno de los condones que me gustan… Sin querer compré de más".
¿Por qué ahora? La pregunta del millón. El Gobierno chino no ha aplicado gravámenes a los condones sin más. La medida se enmarca en una iniciativa más amplia que busca modernizar el sistema tributario y revisa la lista de productos y servicios exentos de IVA. Al fin y al cabo el impuesto al consumo supone una parte crucial de los ingresos fiscales de los que se nutren las arcas chinas.
Con todo, resulta llamativo que Pekín decida encarecer los anticonceptivos precisamente hora, cuando el país pierde población y busca formas de incentivar su natalidad, lo que ha llevado al Estado a actuar de 'celestina', ayudar a parejas con bebés o incluso ir hogar por hogar para animar a las mujeres a tener hijos.
Tampoco ha pasado inadvertido que la misma reforma fiscal contempla una reducción de impuestos para los servicios de cuidado de niños. En juego hay algo más que la demografía china: está la economía del país, apoyada en su enorme mercado doméstico, y el desafío de qué hacer con millones de pensionistas.
"Poco probable". La otra pregunta es… ¿Realmente espera el Gobierno que aplicar un impuesto del 13% a los preservativos vaya a traducirse en más bebés? Un informe de IndexBox muestra que en 2020 se consumieron en el país cerca de 5.400 millones condones. Hay quien opina, como Quian Cai, de la Universidad de Virginia, que una subida de precios quizás "reduzca el acceso" a anticonceptivos, sobre todo entre la población más pobre, pero advierte de las consecuencias.
"Podría generar más abortos y un aumento de los costes de atención médica", previene Cai. ¿El riesgo? Que en un intento por aumentar la natalidad, China se encuentre con más interrupciones de embarazos y un repunte de enfermedades de transmisión sexual. Otros sencillamente ven con escepticismo que encarecer los condones vaya a influir en el número de embarazos, sobre todo si se tiene en cuenta que uno de los frenos de la natalidad es el alto coste de la crianza.
"Es poco probable que el impuesto en sí tenga un efecto notable en las tasas de natalidad", explica a TIME Yuan Mei, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Administración de Singapur. "Las decisiones sobre tener hijos en China se ven influenciadas principalmente por factores económicos y de estilo de vida, como el coste de criar a un hijo y las largas jornadas laborales. Esos factores pesan más que pequeños cambios en el precio de los preservativos".
Entonces, ¿para qué? Hay quien considera que la tasa tiene un carácter simbólico y realmente busca ahondar en un mensaje. "Ahora que la política de natalidad de China se ha orientado a fomentar la natalidad y ya no promueve la anticoncepción es razonable volver a gravar los condones", reflexiona He Yafu, demógrafo de Guangdong. Tampoco parece que la iniciativa vaya a tener un impacto económico notable. No al menos si se pone en contexto.
Lee Ding, de Dezan Shira & Associated, explica a The Guardian que gravar los condones aportará alrededor de 5.000 millones de yuanes extra al año a las arcas del Estado (unos 710 millones de dólares). Es una cifra considerable, pero muy reducida si se compara con los miles de millones que recauda en general el país. “No creemos que la generación de ingresos sea la principal motivación".
Imágenes | Fenghua (Unsplash) 1 y 2 y CDC (Unsplash)
En Xataka | Mientras la natalidad en China se desploma una región no para de tener hijos. Su secreto: ser familia numerosa tiene premio
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La noticia
China quiere que los chinos tengan más hijos. Así que va a poner un impuesto especial a los condones
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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China quiere que los chinos tengan más hijos. Así que va a poner un impuesto especial a los condones
En plena crisis de natalidad, China ha decidido que los preservativos dejen de disfrutar de una exención fiscal
China quiere más bebés. Muchos más. Los suficientes para aumentar su tasa de natalidad y frenar la pérdida de población que ha permitido que India la adelante como la nación más populosa del planeta. Tras derogar su política del 'hijo único' y desplegar una amplia batería de medidas pro natalidad a nivel político, social y económico, el Gobierno de Xi Jinping ha tomado una decisión radical: encarecer los condones y demás artículos anticonceptivos. Por primera vez en 30 años, quien quiera comprarlos ya no disfrutará de una exención del IVA.
¿Sexo con condón? Paga más. Tener sexo saldrás más caro en China a partir de ahora. Al menos si se quiere hacer con anticonceptivos. En el contexto de una reforma tributaria más amplia y que afecta básicamente al impuesto al valor añadido (nuestro IVA), el Gobierno de Xi Jinping ha decidido eliminar la exención fiscal de la que disfrutaban hasta ahora los condones.
La decisión no es exactamente nueva. La ley en la que se apoya se aprobó a finales de 2024, pero está generando ruido ahora en las redes sociales y medios de comunicación por una razón muy sencilla: sus efectos empezarán a sentirse en breve, a partir del 1 de enero de 2026, que es cuando las parejas chinas se encontrarán con el incremento de precios en los anticonceptivos.
Una cifra: 13%. El cambio es importante porque esta clase de artículos anticonceptivos disfrutaban de una exención del IVA desde 1993, cuando China implantó la tasa a nivel nacional. A partir de ahora el escenario será distinto y quienes quieran comprar condones se encontrarán con un IVA del 13%.
A día de hoy, precisa The Guardian, un paquete de profilácticos estándar cuesta entre 40 y 60 yuanes (5,7-8,5 dólares). La píldora anticonceptiva, disponible en el país sin receta, se mueve entre los 50 y 130 yuanes, de 7,1 a 18,5 dólares.
El aumento de precios no será desorbitado, pero ha generado críticas en redes como Weibo. "Me enfadé muchísimo cuando vi que los preservativos iban a tener impuestos y subir de precio", se quejaba hace poco un usuario en RedNote. "¿Tan fácil resulta lucrarse con nosotros, los trabajadores? Me cabreé tanto que hice un pedido nocturno de los condones que me gustan… Sin querer compré de más".
¿Por qué ahora? La pregunta del millón. El Gobierno chino no ha aplicado gravámenes a los condones sin más. La medida se enmarca en una iniciativa más amplia que busca modernizar el sistema tributario y revisa la lista de productos y servicios exentos de IVA. Al fin y al cabo el impuesto al consumo supone una parte crucial de los ingresos fiscales de los que se nutren las arcas chinas.
Con todo, resulta llamativo que Pekín decida encarecer los anticonceptivos precisamente hora, cuando el país pierde población y busca formas de incentivar su natalidad, lo que ha llevado al Estado a actuar de 'celestina', ayudar a parejas con bebés o incluso ir hogar por hogar para animar a las mujeres a tener hijos.
Tampoco ha pasado inadvertido que la misma reforma fiscal contempla una reducción de impuestos para los servicios de cuidado de niños. En juego hay algo más que la demografía china: está la economía del país, apoyada en su enorme mercado doméstico, y el desafío de qué hacer con millones de pensionistas.
"Poco probable". La otra pregunta es… ¿Realmente espera el Gobierno que aplicar un impuesto del 13% a los preservativos vaya a traducirse en más bebés? Un informe de IndexBox muestra que en 2020 se consumieron en el país cerca de 5.400 millones condones. Hay quien opina, como Quian Cai, de la Universidad de Virginia, que una subida de precios quizás "reduzca el acceso" a anticonceptivos, sobre todo entre la población más pobre, pero advierte de las consecuencias.
"Podría generar más abortos y un aumento de los costes de atención médica", previene Cai. ¿El riesgo? Que en un intento por aumentar la natalidad, China se encuentre con más interrupciones de embarazos y un repunte de enfermedades de transmisión sexual. Otros sencillamente ven con escepticismo que encarecer los condones vaya a influir en el número de embarazos, sobre todo si se tiene en cuenta que uno de los frenos de la natalidad es el alto coste de la crianza.
"Es poco probable que el impuesto en sí tenga un efecto notable en las tasas de natalidad", explica a TIME Yuan Mei, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Administración de Singapur. "Las decisiones sobre tener hijos en China se ven influenciadas principalmente por factores económicos y de estilo de vida, como el coste de criar a un hijo y las largas jornadas laborales. Esos factores pesan más que pequeños cambios en el precio de los preservativos".
Entonces, ¿para qué? Hay quien considera que la tasa tiene un carácter simbólico y realmente busca ahondar en un mensaje. "Ahora que la política de natalidad de China se ha orientado a fomentar la natalidad y ya no promueve la anticoncepción es razonable volver a gravar los condones", reflexiona He Yafu, demógrafo de Guangdong. Tampoco parece que la iniciativa vaya a tener un impacto económico notable. No al menos si se pone en contexto.
Lee Ding, de Dezan Shira & Associated, explica a The Guardian que gravar los condones aportará alrededor de 5.000 millones de yuanes extra al año a las arcas del Estado (unos 710 millones de dólares). Es una cifra considerable, pero muy reducida si se compara con los miles de millones que recauda en general el país. “No creemos que la generación de ingresos sea la principal motivación".