El insomnio es para muchas personas un grave problema con el que lidian a diario, tanto de día como de noche, y cuyo tratamiento siempre se basa en tres pilares: higiene del sueño, terapia cognitivo-conductual o fármacos hipnóticos. Sin embargo, a veces lo que para una persona es útil, para otra es inútil. Algo que ahora sabemos que se debe a que no existe un solo tipo de insomnio, sino cinco.
El estudio. Con origen español y publicado en el Journal of Sleep Research confirma lo que muchos especialistas estaban sospechando: el insomnio no es un trastorno único. Tal y como apunta Francesa Cañellas, del Hospital Universitario de Son Espases, la investigación ha comprobado que hay cinco subtipos distintos de insomnio, un hallazgo que promete revolucionar la forma en que tratamos los problemas de sueño.
Su evolución. La primera hipótesis que se planteó sobre la variabilidad del insomnio llega desde el año 2019, cuando unos investigadores holandeses ya veían que este trastorno contaba con cinco caras. El problema es que se tenía que probar estas diferencias según los rasgos de personalidad y la biografía de cada uno de los pacientes.
Eso es exactamente lo que ha hecho el equipo español. Financiado por la Sociedad Española de Sueño (SES), el estudio ha analizado datos de ocho unidades de sueño en España utilizando el Cuestionario de Tipos de Insomnio (ITQ). Utilizando las respuestas de los pacientes en estos cuestionarios y los datos obtenidos del sueño de cada uno, se ha visto que estos cinco perfiles son ciertos. Aunque el problema es que el tipo más severo es el más frecuente.
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Los diferentes tipos. Lo interesante de este estudio es que no clasifica el insomnio por la cantidad de horas que se pasen durmiendo, sino por los rasgos de personalidad o el nivel de angustia. Partiendo de esto, la clasificación que se plantea es la siguiente:
Tipo 1: un grupo muy complejo, ya que su peculiaridad es que cuentan con una alta angustia en su interior. De esta manera, son pacientes con altos niveles de neuroticismo, tensión y depresión. Tipo 2: pacientes que cuentan con una angustia moderada, pero que pueden responder a los estímulos positivos. De esta manera, son capaces de superar el problema gracias a la terapia cognitivo-conductual que es el tratamiento estándar habitual. Tipo 3: en este caso los pacientes no sienten mucha angustia, pero sí que tienen una gran insensibilidad al placer, lo que se conoce como anhedonia. Esto es un problema, porque al ser plano emocionalmente no son muy eficaces los tratamientos convencionales. Tipo 4 y 5: son las formas más leves, ya que se deben a problemas puntuales en la vida de cada paciente que aumentan su nivel de estrés pero sin una carga psicológica detrás.
La mala noticia. Aunque se haya conseguido clasificar el insomnio en diferentes tipos, la realidad es que el 82% de los pacientes pertenecen a los subtipos 1 y 3. Estos son los que peor responden a los tratamientos y que generan un mayor daños psicológico sobre las personas.
Como es lógico, estas son las personas que con mayor frecuencia acuden a la consulta médica y a las unidades del sueño porque literalmente no pueden más, puesto que difícilmente se va a solucionar su problema con una pastilla para dormir. De hecho, el estudio destaca que estos dos grupos son los que presentan mayor consumo de hipnóticos y ansiolíticos, a menudo con resultados pobres.
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Una medicina de precisión. La importancia de este trabajo radica en que no hay un tratamiento estándar eficaz contra el insomnio. De esta manera, si un paciente del tipo 2 recibe la terapia psicológica le va a ir de maravilla, pero a un paciente del tipo 3 este tratamiento no le hará casi nada. Del mismo modo, el tipo 1 podría requerir un abordaje psiquiátrico para tratar esa angustia de fondo para después tratar el problema de insomnio.
Con todo esto se busca dejar de tratar la enfermedad de manera aislada, y concebir que va a asociada a una persona que cuenta con una biografía concreta y una personalidad que puede requerir de unos cuidados diferentes.
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La noticia
Creíamos que el insomnio era solo no poder dormir. Ahora sabemos que son cinco trastornos distintos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
José A. Lizana
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Creíamos que el insomnio era solo no poder dormir. Ahora sabemos que son cinco trastornos distintos
La mayoría de las personas sufre el peor tipo de insomnio de la clasificación
El estudio. Con origen español y publicado en el Journal of Sleep Research confirma lo que muchos especialistas estaban sospechando: el insomnio no es un trastorno único. Tal y como apunta Francesa Cañellas, del Hospital Universitario de Son Espases, la investigación ha comprobado que hay cinco subtipos distintos de insomnio, un hallazgo que promete revolucionar la forma en que tratamos los problemas de sueño.
Su evolución. La primera hipótesis que se planteó sobre la variabilidad del insomnio llega desde el año 2019, cuando unos investigadores holandeses ya veían que este trastorno contaba con cinco caras. El problema es que se tenía que probar estas diferencias según los rasgos de personalidad y la biografía de cada uno de los pacientes.
Eso es exactamente lo que ha hecho el equipo español. Financiado por la Sociedad Española de Sueño (SES), el estudio ha analizado datos de ocho unidades de sueño en España utilizando el Cuestionario de Tipos de Insomnio (ITQ). Utilizando las respuestas de los pacientes en estos cuestionarios y los datos obtenidos del sueño de cada uno, se ha visto que estos cinco perfiles son ciertos. Aunque el problema es que el tipo más severo es el más frecuente.
Los diferentes tipos. Lo interesante de este estudio es que no clasifica el insomnio por la cantidad de horas que se pasen durmiendo, sino por los rasgos de personalidad o el nivel de angustia. Partiendo de esto, la clasificación que se plantea es la siguiente:
Tipo 1: un grupo muy complejo, ya que su peculiaridad es que cuentan con una alta angustia en su interior. De esta manera, son pacientes con altos niveles de neuroticismo, tensión y depresión.
Tipo 2: pacientes que cuentan con una angustia moderada, pero que pueden responder a los estímulos positivos. De esta manera, son capaces de superar el problema gracias a la terapia cognitivo-conductual que es el tratamiento estándar habitual.
Tipo 3: en este caso los pacientes no sienten mucha angustia, pero sí que tienen una gran insensibilidad al placer, lo que se conoce como anhedonia. Esto es un problema, porque al ser plano emocionalmente no son muy eficaces los tratamientos convencionales.
Tipo 4 y 5: son las formas más leves, ya que se deben a problemas puntuales en la vida de cada paciente que aumentan su nivel de estrés pero sin una carga psicológica detrás.
La mala noticia. Aunque se haya conseguido clasificar el insomnio en diferentes tipos, la realidad es que el 82% de los pacientes pertenecen a los subtipos 1 y 3. Estos son los que peor responden a los tratamientos y que generan un mayor daños psicológico sobre las personas.
Como es lógico, estas son las personas que con mayor frecuencia acuden a la consulta médica y a las unidades del sueño porque literalmente no pueden más, puesto que difícilmente se va a solucionar su problema con una pastilla para dormir. De hecho, el estudio destaca que estos dos grupos son los que presentan mayor consumo de hipnóticos y ansiolíticos, a menudo con resultados pobres.
Una medicina de precisión. La importancia de este trabajo radica en que no hay un tratamiento estándar eficaz contra el insomnio. De esta manera, si un paciente del tipo 2 recibe la terapia psicológica le va a ir de maravilla, pero a un paciente del tipo 3 este tratamiento no le hará casi nada. Del mismo modo, el tipo 1 podría requerir un abordaje psiquiátrico para tratar esa angustia de fondo para después tratar el problema de insomnio.
Con todo esto se busca dejar de tratar la enfermedad de manera aislada, y concebir que va a asociada a una persona que cuenta con una biografía concreta y una personalidad que puede requerir de unos cuidados diferentes.