Hace 65 años, el Seat 600 era una compra habitual cuando a alguien le tocaba 'el Gordo'. ¿Sabes cuántos coches te podías comprar entonces con el primer premio?
El coche ha sido siempre uno de los caprichos más populares entre los afortunados ganadores.Seat/Loterías y Apuestas del Estado.- CARLOS ESPINOSA
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El 22 de diciembre es varias cosas a la vez: para una mayoría es el día de la salud. Para una minoría es también el de la buena suerte, que llega con esos décimos que compramos más por tradición que por esperanza. Este día de la Lotería de Navidad siempre ha sido un espejo de lo que haríamos si nos tocara el Gordo. Y en esa lista de deseos, puesto arriba o puesto abajo, casi siempre aparece un coche.
La cifra, el importe del llamado 'Gordo', ha sido a lo largo de décadas una referencia en sí misma, como también lo es el precio de ese coche 'normalito' que en cada época nos haría un apaño. Si relacionamos una cifra con otra, podemos entender hasta qué punto la compra de un coche se come más o menos parte del importe total de este premio.
Símbolo de libertad
Desde finales de los años 50, el Seat 600 había comenzado a motorizar el país, convirtiéndose en símbolo de progreso y libertad. Su llegada había permitido a miles de familias dar el salto desde la moto hacia un coche propio, en el que viajan familias de cinco o incluso seis miembros pese a que su diminuto interior solo estaba concebido para cuatro ocupantes. Su rendimiento no era estratosférico, como ya imaginarás: con solo 633 c.c., tenía 21,5 CV y alcanzaba una velocidad máxima de 95 km/h (101 km/h desde 1961).
El Seat 600 N, en versión con techo de lona.Seat.En aquel contexto de 1960, ganar el Gordo de Navidad suponía embolsase 3.000.000 de pesetas por número (18.030 euros), es decir, 300.000 pesetas (1.800 euros) por décimo que el ganador se embolsaba íntegras porque no había nada que descontar para Hacienda. Esta última cifra daba para comprar al contado un piso normal en una gran ciudad como Madrid o Barcelona.
65.000 pesetas
El precio de un Seat 600 rondaba en 1960 las 65.000 mil pesetas (390 euros), cuando el sueldo medio en nuestro país era de 8.000 pesetas (48 euros). Con un solo décimo premiado, el ganador podía comprar cuatro unidades del utilitario que motorizó España y aún le sobraba para pagar años de seguro, impuestos y gasolina. Y cuando el afortunado tenía más décimos del mismo número, en muchas ocasiones compraba un coche para cada miembro adulto de la familia, conservando margen toda suficiente para comprarse un buen piso o abrir un negocio. Pero lo habitual es que en la lista de deseos cumplidos no faltara el coche, que se consideraba una herramienta necesaria y, sobre todo, un medio para ganar en libertad.
Lo habitual en aquellos años es que aquel coche (a primeros de los años 60, el Seat 600 era el favorito) se cuidara durante décadas y pasara de padres a hijos como parte del legado familiar. Y es muy posible que buena parte de ellos sigan funcionando hoy como clásicos.
Seat Ibiza.Seat.Viajando desde entonces al presente, ponemos la mirada en el Seat Ibiza, que sería su heredero natural dentro de la marca española. Es evidente el salto temporal a la vista de la lista de airbags, asistentes electrónicos, pantallas digitales y motores ajustados a normativas estrictas del modelo actual. Y todo ello tiene un precio.
14.990 euros
Hoy, el Gordo de Navidad reparte cuatro millones de euros por número. Es decir, 400.000 euros al décimo que en realidad se quedan en 320.000 que van a nuestra cuenta corriente, después de cumplir con hacienda. El precio de un Seat Ibiza actual, en su versión más sencilla (Reference Salta!),se queda en 14.990 euros. Nada que ver en materia de rendimiento respecto al Seat 600 N si tenemos en cuenta que esta versión actual extrae 80 CV de su motor 1.0 TSI y alcanza 172 km/h.
La creencia popular de que el Gordo de Navidad da para mucho menos hoy día que hace décadas no se cumple en materia de coches, porque serían 21 Seat Ibiza los que podríamos comprar con el Gordo, frente a los cuatro Seat 600 que podíamos comprar en 1960. Además, el contexto también es hoy distinto por la mayor frecuencia con que cambiamos de coche, además de por las posibilidades de financiación, el renting o el leasing. De hecho, el pago al contado es hoy día cada vez menos habitual incluso en compradores con alta capacidad económica.
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