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Cuando el salón es el nuevo 'street style': por qué el interiorismo ocupa hoy el lugar de la moda

Cuando el salón es el nuevo 'street style': por qué el interiorismo ocupa hoy el lugar de la moda
Artículo Completo 1,047 palabras
Hubo un tiempo en que el estatus se medía por el corte de una solapa o el logo en un bolso de mano. Hoy, la verdadera declaración de intenciones no está en el armario, sino en la estantería del salón. La escena es habitual: una cena en casa no empieza hasta que la mesa, perfectamente "escenificada", ha sido capturada por el objetivo de un smartphone. La decoración es el nuevo lenguaje de identidad; un espacio donde proyectamos quiénes somos con la misma urgencia con la que antes elegíamos un outfit para salir a la calle. El refugio expuesto. La frontera entre lo privado y lo público ha saltado por los aires. Si antes el hogar era el lugar donde "nos quitábamos los zapatos", ahora es el escenario donde "nos ponemos el filtro". Un ejemplo de este fenómeno es el auge del desayunador. Lo que empezó como un gesto funcional para organizar tazas y cafeteras ha terminado siendo un "símbolo de la casa aspiracional" que inunda nuestras historias matinales en redes sociales. Este fenómeno no es casual. Como detalla el suplemento S Moda, la casa opera hoy con los códigos del street style: poses milimetradas, rincones estudiados y una luz cuidadosamente filtrada. Ya no decoramos para vivir, sino para que nuestra vida "se sostenga frente a la mirada de los voyeurs de las redes". En Xataka Al parecer ahora tu casa necesita un "desayunador" El desembarco de las marcas. El mercado ha leído el cambio con precisión quirúrgica. Según un informe de Business of Fashion, el diseño para el hogar es un mercado global de 643.000 millones de dólares que ha cogido una velocidad de crucero superior a la de la moda tras la pandemia. Las grandes firmas de lujo ya no ven los muebles como un accesorio, sino como una pieza central de su ecosistema: El lujo como arquitecto de vidas: Marcas como Hermès, Bottega Veneta o Loewe utilizan ferias como el Salone del Mobile de Milán para demostrar que su estética puede envolverlo todo, desde un bolso hasta una butaca de miles de euros.La democratización del estilo: El cambio real viene de la moda asequible. Como señala Modaes, Mango Home está emulando la estrategia de Zara Home, posicionando su línea de hogar en el segmento premium con aperturas en ubicaciones estratégicas para elevar la marca. Ya no compras una colcha, compras el "universo" de la firma.Incluso el cuidado del hogar se ha vuelto una rutina de belleza. La actriz Courteney Cox, a través de su marca Homecourt, ha convertido el detergente y los sprays para sábanas en objetos de deseo. Según explica en Forbes, su intención es que tareas mundanas como hacer la colada se sientan como "un ritual de autocuidado" y que los botes sean tan bonitos que no haya que esconderlos. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Para entender por qué nos obsesiona que nuestro salón sea "instagrameable", hay que mirar atrás. El punto de partida podríamos situarlo en el nacimiento de Pinterest en 2010, plataforma que creó el primer archivo global de aspiraciones domésticas. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión fue 2020. Al vernos encerrados, nuestras casas se convirtieron en nuestras oficinas, gimnasios y centros de ocio. Como explican desde el estudio Somos Nido para el suplemento, el espacio dejó de ser algo externo para ser parte de nuestra salud mental. Paralelamente, la crisis inmobiliaria ha jugado un papel psicológico. Según la psicóloga Noelia Sancho, entrevistada en El Mueble, ante la imposibilidad de comprar una casa en propiedad, invertimos en objetos para generar un vínculo emocional y reafirmar nuestra identidad en un mundo inestable. La rebelión contra la "dictadura de lo neutro". Durante los últimos años ha imperado una búsqueda de simpleza y homogeneización; una estética de espacios beige diseñados para el algoritmo. Pero las tendencias de 2026 ya proponen una rebelión contra esa frialdad. La reciente elección de Pantone del color 'Cloud Dancer' (un blanco etéreo) como Color del Año 2026 ha generado debate. Según recoge Arquitectura y Diseño, la interiorista Virginia Sánchez reconoce "no ser muy fan" por considerarlo un tono algo frío. Para evitar que las casas parezcan clínicas vacías, los expertos recomiendan acompañar este blanco de materiales rústicos y maderas cálidas. En este contexto, el mobiliario con carácter recupera su trono. Piezas como los aparadores de madera de mango o nogal y frentes acanalados —como los propuestos por la firma sweeek— vuelven con fuerza para aportar esa personalidad y "exotismo" que el minimalismo extremo había robado a nuestros salones. Habitar es el nuevo vestir. El auge del interiorismo nos dice que ya no nos conformamos con ser espectadores de la belleza; queremos vivir dentro de ella. Ya sea a través del tablescaping —el arte de decorar la mesa de forma casi teatral— o de la elección de una lámpara de diseño, estamos intentando recuperar el control de nuestro entorno más inmediato. La moda ha pasado de la pasarela al sofá porque, en un mundo cada vez más digital y efímero, el hogar sigue siendo el único lugar donde podemos construir un refugio que, además de ser bello en una pantalla, nos haga sentir bien cuando la cámara se apaga. Al final, la pregunta ya no es qué llevamos puesto para que nos vean, sino qué atmósfera hemos creado para poder ser nosotros mismos. Imagen | Unsplash Xataka | El bidé ha muerto. Lo mató el metro cuadrado y lo enterró el diseño escandinavo - La noticia Cuando el salón es el nuevo 'street style': por qué el interiorismo ocupa hoy el lugar de la moda fue publicada originalmente en Xataka por Alba Otero .
Cuando el salón es el nuevo 'street style': por qué el interiorismo ocupa hoy el lugar de la moda
  • La invasión de las marcas de moda en casa: el mercado de 600.000 millones que quiere que vivas en un universo Zara

  • De Pinterest al 'tablescaping': la evolución de una obsesión doméstica que nació en el confinamiento

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Alba Otero

Editora - Energía

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Hubo un tiempo en que el estatus se medía por el corte de una solapa o el logo en un bolso de mano. Hoy, la verdadera declaración de intenciones no está en el armario, sino en la estantería del salón. La escena es habitual: una cena en casa no empieza hasta que la mesa, perfectamente "escenificada", ha sido capturada por el objetivo de un smartphone. La decoración es el nuevo lenguaje de identidad; un espacio donde proyectamos quiénes somos con la misma urgencia con la que antes elegíamos un outfit para salir a la calle.

El refugio expuesto. La frontera entre lo privado y lo público ha saltado por los aires. Si antes el hogar era el lugar donde "nos quitábamos los zapatos", ahora es el escenario donde "nos ponemos el filtro". Un ejemplo de este fenómeno es el auge del desayunador. Lo que empezó como un gesto funcional para organizar tazas y cafeteras ha terminado siendo un "símbolo de la casa aspiracional" que inunda nuestras historias matinales en redes sociales.

Este fenómeno no es casual. Como detalla el suplemento S Moda, la casa opera hoy con los códigos del street style: poses milimetradas, rincones estudiados y una luz cuidadosamente filtrada. Ya no decoramos para vivir, sino para que nuestra vida "se sostenga frente a la mirada de los voyeurs de las redes".

En XatakaAl parecer ahora tu casa necesita un "desayunador"

El desembarco de las marcas. El mercado ha leído el cambio con precisión quirúrgica. Según un informe de Business of Fashion, el diseño para el hogar es un mercado global de 643.000 millones de dólares que ha cogido una velocidad de crucero superior a la de la moda tras la pandemia. Las grandes firmas de lujo ya no ven los muebles como un accesorio, sino como una pieza central de su ecosistema:

  • El lujo como arquitecto de vidas: Marcas como Hermès, Bottega Veneta o Loewe utilizan ferias como el Salone del Mobile de Milán para demostrar que su estética puede envolverlo todo, desde un bolso hasta una butaca de miles de euros.
  • La democratización del estilo: El cambio real viene de la moda asequible. Como señala Modaes, Mango Home está emulando la estrategia de Zara Home, posicionando su línea de hogar en el segmento premium con aperturas en ubicaciones estratégicas para elevar la marca. Ya no compras una colcha, compras el "universo" de la firma.

Incluso el cuidado del hogar se ha vuelto una rutina de belleza. La actriz Courteney Cox, a través de su marca Homecourt, ha convertido el detergente y los sprays para sábanas en objetos de deseo. Según explica en Forbes, su intención es que tareas mundanas como hacer la colada se sientan como "un ritual de autocuidado" y que los botes sean tan bonitos que no haya que esconderlos.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Para entender por qué nos obsesiona que nuestro salón sea "instagrameable", hay que mirar atrás. El punto de partida podríamos situarlo en el nacimiento de Pinterest en 2010, plataforma que creó el primer archivo global de aspiraciones domésticas. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión fue 2020.

Al vernos encerrados, nuestras casas se convirtieron en nuestras oficinas, gimnasios y centros de ocio. Como explican desde el estudio Somos Nido para el suplemento, el espacio dejó de ser algo externo para ser parte de nuestra salud mental. Paralelamente, la crisis inmobiliaria ha jugado un papel psicológico. Según la psicóloga Noelia Sancho, entrevistada en El Mueble, ante la imposibilidad de comprar una casa en propiedad, invertimos en objetos para generar un vínculo emocional y reafirmar nuestra identidad en un mundo inestable.

La rebelión contra la "dictadura de lo neutro". Durante los últimos años ha imperado una búsqueda de simpleza y homogeneización; una estética de espacios beige diseñados para el algoritmo. Pero las tendencias de 2026 ya proponen una rebelión contra esa frialdad. La reciente elección de Pantone del color 'Cloud Dancer' (un blanco etéreo) como Color del Año 2026 ha generado debate. Según recoge Arquitectura y Diseño, la interiorista Virginia Sánchez reconoce "no ser muy fan" por considerarlo un tono algo frío. Para evitar que las casas parezcan clínicas vacías, los expertos recomiendan acompañar este blanco de materiales rústicos y maderas cálidas.

En este contexto, el mobiliario con carácter recupera su trono. Piezas como los aparadores de madera de mango o nogal y frentes acanalados —como los propuestos por la firma sweeekvuelven con fuerza para aportar esa personalidad y "exotismo" que el minimalismo extremo había robado a nuestros salones.

Habitar es el nuevo vestir. El auge del interiorismo nos dice que ya no nos conformamos con ser espectadores de la belleza; queremos vivir dentro de ella. Ya sea a través del tablescapingel arte de decorar la mesa de forma casi teatral— o de la elección de una lámpara de diseño, estamos intentando recuperar el control de nuestro entorno más inmediato.

La moda ha pasado de la pasarela al sofá porque, en un mundo cada vez más digital y efímero, el hogar sigue siendo el único lugar donde podemos construir un refugio que, además de ser bello en una pantalla, nos haga sentir bien cuando la cámara se apaga. Al final, la pregunta ya no es qué llevamos puesto para que nos vean, sino qué atmósfera hemos creado para poder ser nosotros mismos.

Imagen | Unsplash

Xataka | El bidé ha muerto. Lo mató el metro cuadrado y lo enterró el diseño escandinavo

Fuente original: Leer en Xataka
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