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Imagen del equipo del programa FitPicama. SUR El Clínico ofrece fisioterapia a operadas de cáncer de mama para que recuperen la movilidad del hombroLa Unidad de Linfedema del Hospital Virgen de la Victoria se coloca así a la vanguardia andaluza con este programa que ha atendido ya a más de 650 pacientes
Martes, 23 de diciembre 2025, 12:54
... radioterapia, se altera el drenaje de la linfa. Como consecuencia, el líquido se acumula y el brazo del lado operado puede aumentar de volumen, sentirse pesado o tenso. Es una complicación crónica, pero se puede controlar con tratamiento y cuidados adecuados. Así, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga cuenta con una Unidad de Linfedema pionera gracias a la implementación del programa de Fisioterapia Temprana para Pacientes Intervenidas de Cáncer de Mama (FitPicama). Esta iniciativa lleva a cabo un seguimiento, de al menos seis meses, a las mujeres operadas de cáncer de mama que presentan un mayor riesgo de desarrollar linfedema o limitaciones en la parte superior del cuerpo tras la cirugía o la radioterapia. Se trata de recuperar la movilidad y la fuerza del hombro afectado.Más de 650 mujeres atendidas
Desde su puesta en marcha hace dos años, el programa ha atendido a 650 mujeres con una excelente acogida y una adherencia del 85%. Los objetivos de la iniciativa son mejorar la movilidad y la fuerza del hombro, trabajar sobre la cicatriz quirúrgica, vigilar de forma temprana el linfedema y concienciar a la población sobre la importancia de la actividad física y el ejercicio terapéutico para la recuperación del proceso oncológico.
La intervención temprana resulta clave para estos fines, a través de sesiones individuales y grupales de fisioterapia en coordinación con médicos rehabilitadores y demás equipo multidisciplinar.
Charlas informativas reducen el estrés y la incertidumbre ante la cirugía oncológica fomentando la autonomía
En este contexto, cabe destacar que uno de los pilares del éxito asistencial de la unidad son las charlas formativas preoperatorias, en las que todas las pacientes reciben instrucción detallada sobre medidas de autocuidado y ejercicio terapéutico antes de la intervención quirúrgica. Estas sesiones ofrecen ventajas fundamentales, ya que permiten a la mujer identificar de forma temprana los signos de alarma y reducen significativamente la incertidumbre y el estrés asociados al proceso oncológico. Al proporcionar estas herramientas desde el inicio, se fomenta la autonomía de las pacientes, quienes pueden comenzar su recuperación funcional de manera segura, evitando así la aparición de disfunciones graves en la parte superior del cuerpo.
Por su parte, la fisioterapeuta del programa Fitpicama, Sonia Sánchez, ha destacado el valor de esta intervención integral, ya que: «La fisioterapia ha evolucionado hacia un enfoque integral y personalizado; no solo tratamos síntomas, sino que consideramos aspectos biopsicosociales para mejorar el bienestar global y la funcionalidad máxima de la paciente».
Modelo eficiente y humano
El análisis de los registros de la unidad revela que el 75% de los casos tratados son secundarios al cáncer de mama. La coordinación multidisciplinar entre rehabilitadores, cirujanas, oncólogos y enfermería garantiza que la atención no sea solo técnica, sino profundamente humana, centrada en la prevención y la vigilancia temprana de la inflamación crónica del sistema linfático y otras disfunciones en la parte superior del cuerpo que pueden aparecer tras la cirugía y la radioterapia.
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