Estilo de VidaEl empresario que recupera el oficio de la lana que luce la Reina Letizia
• NEREA SERRANO 29 NOV. 2025 - 00:49
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• Enviar por emailRamón Cobo lidera una de las pocas empresas familiares que quedan en España dedicadas íntegramente al proceso de la lana.JMCadenas
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Desde hace cien años, la familia de Ramón Cobo se dedica a la lana en Mota del Cuervo (Cuenca). Él se salió del rebaño para recuperar la artesanía del oficio y su 'oro blanco' se empezará a vender en Amazon.

Ramón Cobo (Mota del Cuervo, Cuenca, 1986) corre cada día durante una hora entre los molinos de su pueblo. No es lo único por lo que puede sentirse como un Quijote contemporáneo. Su lucha para reivindicar el oficio perdido al que su familia se dedica desde hace cien años no le ha llevado a la locura pero sí al insomnio y al estrés: "Fundar una empresa así desgasta mucho".

Se refiere a Wooldreamers y Wool4Life, las dos compañías que ha creado para recuperar la manera en la que sus antepasados trabajaban la lana y especies de ovejas autóctonas en peligro de extinción.

"He crecido entre vellones de lana. Mi abuelo Julián tejía mantas para animales y capotes de pastor. Compraba la lana en el campo, la lavaba, la secaba, la cardaba, la tejía... hacía todo el proceso, pero entró el tractor y el negocio ya no daba para subsistir, así que empezó a vender hilos para terceros, pero entonces aparecieron las fibras sintéticas. La globalización que vino con el cambio de siglo fue la puntilla, debido a la presión de lo fabricado fuera de Europa", resume Cobo.

Esta empresa aún subsiste con un modelo de negocio industrial, pero cuando este conquense cumplió los 33 años decidió tejer la historia familiar con dos marcas que volvieran a producir como lo hacían las anteriores generaciones. El resultado es una materia prima que ha atraído la atención de Amazon, que venderá a partir de diciembre algunos productos de la colección cápsula fruto de la alianza de Cobo con la diseñadora Inés Sistiaga y que nació en la última edición de Madrid Design Festival. El hilo del que tiró este emprendedor ha llegado tan lejos que hasta la Reina Letizia lució el pasado martes uno de sus bolsos de lana.
De Mota del Cuervo a La Zarzuela. ¿Pensó que daría para tanto su idea empresarial?Yo solo quería que se valorara una materia prima que había pasado de llamarse el oro blanco a ser un residuo. Además, me daba rabia que se llamara lana a materiales sintéticos, así que empecé a aliarme con diseñadores y ganaderías, aunque me decían que estaba loco. Hice un estudio de mercado, viajé a ferias, investigué, no dormía porque todo lo hacía de manera autodidacta. Vi que había una posibilidad de ver el oficio más allá de la mera supervivencia y de repercutir ese valor económico en el campo.Con lo calentito que estaría con el negocio familiar y el frío que hace fuera... ¿merecía la pena el riesgo?Cuando ves a tu padre caer en depresión porque ha perdido a su compañero de vida y trabajo [el tío de Ramón Cobo falleció en un accidente] y que la lana se ha convertido en una batalla más que en un oficio digno, decides que, si hay que morir, que sea con las botas puestas. Nuestros padres y abuelos han luchado por un futuro para nosotros, así que debemos darle dignidad a ese sacrificio.¿Se ha convertido en una batalla personal?No lucho por un oficio, sino por un sector. Si no tiras tú del carro siendo joven, ¿quién lo va a hacer?¿Qué le dijo su padre?No lo entendía, lo veía como un hobby y un riesgo. Pero cuando descubrió cómo había recuperado el telar de mi abuelo le vinieron muchos recuerdos. Le ha dado vida a sus ochenta años; viene cada día a la fábrica a ayudarnos y aconsejarnos.Trabaja con sus primos y con su hermana Eva. ¿En una empresa familiar también hay unos que crían la fama y otros que cardan la lana?Como todo en esta vida, tiene sus cosas buenas y malas. Lo mejor de trabajar con tu familia es que tus objetivos van más allá de los económico, así que nos apoyamos entre todos y los cabreos duran menos. Lo más difícil es lidiar con la preocupación porque todos estemos bien y el peso de la responsabilidad de que tus decisiones afectan al pan de tus hijos y del resto de la familia.¿Entre esas decisiones puede estar una futura venta?No me mueve el dinero, lo que quiero es crear un cambio.¿Se ha planteado llevar el negocio fuera de tu pueblo?No. Es un orgullo ganarte el pan en un negocio que empezó tu familia y que repercute positivamente en los demás y en tu pueblo. No cambio mi vida en Mota del Cuervo por nada; es donde me siento más a gusto, donde están mis raíces y dónde vivo con mi hijo de cinco años y mis mellizos recién nacidos.Tienen alianzas con marcas. ¿A quién le diría que no?No le cierro las puertas a nadie siempre y cuando no sacrifiquen los valores que estamos promoviendo. Me estoy jugando la salud con muchas horas sin dormir y mucho estrés, así que eso sería tirar piedras contra mi propio tejado.¿Con un gigante como Amazon también comparte valores?La lana no puede perder la oportunidad de que estas grandes empresas apoyen este cambio. Lo contrario sería demagogia.¿Hay cada vez más conocimiento de los materiales que vestimos?Queda muchísimo por hacer y no estamos ni al 20% del cambio, pero la sociedad lo demanda porque se ha creado conciencia. Falta más legislación, porque usar fibras naturales no significa ser sostenible; lo es asegurar una trazabilidad detrás a nivel medioambiental, social y económica. Al aceite de oliva se le bajó el IVA al 0%, ¿por qué no a la lana española?Esta semana se celebra Black Friday. ¿Es partidario de esquilar tanto consumo?Estamos en la era donde a golpe de clic obtenemos dopamina. Habrá un cambio: la sociedad y el planeta obligarán a ello.Además de correr sin escudero entre molinos, ¿qué otras aficiones tiene?Me gusta el deporte en general y lo uso como terapia, de hecho hago triatlones.¿No tiene suficiente desafío con sus mellizos?Sí, a veces es como hacer un triatlón (risas), pero me encanta estar con ellos. No pasar el tiempo suficiente con mi familia es lo que más me pesa.
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