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S. T.Jueves, 18 de diciembre 2025, 00:19
... la experiencia me dice que, para triunfar, antes que comprar tintos y blancos de categoría, debo buscar vinos de nombres llamativos. Al fin y al cabo, a la tercera copa, da lo mismo un joven que un reserva, un crianza sobre lías que un toque de roble francés, así que he ido a una vinoteca y he buscado marcas que provoquen comentarios. Esta Nochebuena, seré el rey de la cena cuando saque de la nevera los albariños Pato Mareao y Envidia Cochina y los verdejos El Gordo del Circo y De Puta Madre.El primer vino español de nombre divertido fue el Tío Pepe de la DO Jerez, que tenemos asumido, pero en su momento rechinó. Hoy, el desmadre nominalista es total y para que la familia comente tus vinos y alabe tu gracia debes rebuscar mucho. ¿Bromearán más con un Jumilla MachoMan o con un Turia Ostras Pedrín? ¿Dirán más picardías al beber un Cojón de Gato (Somontano) o un Mala Follá granadino? Lo reconozco: yo también he entrado en la espiral de la estupidez y basta un godello para definirme: El Ganso Loco.
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