Tener muchos seguidores en Instagram no es sinónimo de vivir acompañado
1 comentarioFacebookTwitterFlipboardE-mail 2025-12-09T18:30:14ZJosé A. Lizana
ColaboradorJosé A. Lizana
Colaborador Linkedintwitter215 publicaciones de José A. LizanaSolemos imaginar la soledad como un aislamiento total: una habitación vacía y un teléfono que no suena. Ver a una persona que está rodeada de personas y con una vida social activa parece que no puede sentir la soledad, pero la realidad es muy diferente en España, donde los estudios apuntan a que nunca habíamos estado tan conectados y a la vez tan solos. Y los jóvenes son los que se llevan la peor parte.
El problema en España. Un reciente estudio publicado en PLOS One acaba de poner nombre a un fenómeno que define a la generación Z y a los millenials más jóvenes: la ambivalencia social. Y no es que a los más jóvenes de nuestra sociedad les falta amigos o planes que hacer en el día a día, sino que demuestra que la cantidad de interacciones sociales no garantiza tener un bienestar emocional óptimo. Tener en Instagram decenas de 'me gustas' a una publicación no significa estar acompañado.
Algo que los datos del informe hecho por SoledadES en España ha confirmado, ya que sus conclusiones apuntan a que vivimos una epidemia silenciosa donde el 69% de los jóvenes admite haberse sentido solo. Y todo ello independientemente de la cantidad de seguidores en redes sociales o amigos que tengan en el día a día a su lado.
En XatakaUna buena forma de acabar con la soledad en las ciudades: plantar más árbolesCambio de concepto. Durante décadas, la sociología asumió que la soledad era simplemente la falta de contacto social que se veía en personas que no salían a la calle y no interaccionaban con nadie. De esta manera, la ecuación parecía bastante sencilla: a más amigos se tengan, menos soledad se presenta.
Pero esto ya no es así como se ha podido ver en los adultos que van desde los 18 a los 29 años. Aquí se ha visto que las personas que cuentan con una alta conexión social se acompañan de una sensación de soledad simultánea.
Los más afectados. El estudio, titulado "Lonely and Connected in Emerging Adulthood", señala que esta ambivalencia social se da especialmente en momentos de transición vital. Los jóvenes adultos atraviesan justamente un periodo de inestabilidad, como por ejemplo el cambio de residencia para ir a estudiar, la entrada al mercado laboral o el fin de sus estudios.
Esto solo hace que se rompan las redes de apoyo al perder por ejemplo el contacto con los amigos que se hacen en la universidad o la necesidad de tener que conocer nuevas personas en el trabajo. Es por ello que la conclusión es bastante clara: tener una agenda social llena no protege del sentimiento de aislamiento si las interacciones carecen de profundidad o si el joven siente que no encaja en el entorno que ha cambiado.
La radiografía en España. El "Estudio sobre juventud y soledad no deseada en España", promovido por el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) de Fundación ONCE nos da un dato que enciende nuestras alarmas.
En este caso apuntan a que el 25,5% de los jóvenes españoles de entre 16 y 29 años afirma sentirse solo en la actualidad. Pero si se amplía el foco, casi 7 de cada 10 jóvenes se sienten solos ahora o se han sentido así en algún momento reciente.
Su duración. De este informe la cantidad puede que no sea el más importante, sino la duración, puesto que este sentimiento se está cronificando en los jóvenes de nuestro país. Según los datos, tres de cada cuatro jóvenes que sufre de esta soledad llevan en esta situación más de un año. Pero casi la mitad sigue sintiéndose así durante más de tres años. Algo que pasa completamente la fase crítica de la adolescencia.
Por qué. Entre las razones que tratan de justificar este sentimiento la que gana más peso es la inestabilidad. Esto es algo que se puede ver en esos cambios de ambiente por estudios o trabajo que obliga a hacer nuevas relaciones, rompiendo los lazos originales donde se tenía una mayor confianza.
En XatakaSuecia se ha encontrado con un problema inesperado para la defensa y la salud del país: una epidemia de soledadEn España, esto se agrava por factores socioeconómicos. La dificultad para emanciparse, la precariedad laboral y la incertidumbre sobre el futuro dificultan la creación devínculos de calidad, que son los que verdaderamente combaten la soledad, a diferencia de la mera “cantidad” de interacciones sociales.
Y es que aquí destaca que no importa tener un gran número de amigos, sino que aunque sean pocos sean de calidad. Y esta es la calidad que a veces falta para poder ser 100% transparentes con otras personas que no nos hagan sentir tan solos por no poder manifestar nuestras preocupaciones y quedárselas para uno mismo.
Imágenes | Mert Uner Şahin Sezer Dinçer