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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz durante la última sesión de control al Gobierno en el Congreso. EP El PSOE mide el aguante de Sumar en una cita marcada por las reticencias mutuasSánchez trata de limar asperezas antes de la reunión, pero no dará el brazo a torcer con la remodelación del Ejecutivo
Paula De las Heras y Miguel Ángel Alfonso
Madrid
Viernes, 19 de diciembre 2025, 00:30
... la provocada por el explosivo mix de la corrupción y la respuesta deficiente del principal partido del Gobierno a las denuncias de acoso sexual registradas contra cargos orgánicos e institucionales. Pero las expectativas de que puedan dar con el revulsivo que reclaman Yolanda Díaz y los partidos que conforman la confederación de izquierdas de la que forma parte son limitadas. Los socialistas, que rebajan la gravedad del momento, acuden a la cita sin ningún ánimo de hacer grandes concesiones y molestos con el modo en el que la vicepresidenta segunda ha gestionado la situación. Asu juicio, haciendo el caldo gordo a la derecha.Si a aquella acudieron dos pesos pesados, la vicepresidenta primera María Jesús Montero, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, a esta los socialistas tenían intención de enviar este jueves a la secretaría de Organización, Rebeca Torró y su equipo. Su mensaje es que lo que toca ahora es seguir con la hoja de ruta ya marcada y evitar escenificar un desencuentro que, aducen, no beneficia a nadie.
El socio minoritario del Gobierno cree que el presidente se equivoca pensando que puede continuar como si no pasara nada. El miércoles ya le avisaron de que esa es la mejor manera de «alimentar a Vox». Pero Sánchez respondió este jueves negando directamente la mayor. «La reflexión que tenemos que hacer es que el crecimiento de la ultraderecha en nuestro país nada tiene que ver con la acción del Gobierno de España sino con el blanqueamiento de la derecha a Vox», adujo al Consejo Europeo en Bruselas.
El jefe del Ejecutivo evitó eso sí cualquier reproche explícito y se limitó a plantear que, pese a las «discrepancias» son muchas «las cosas que unen a PSOE y Sumar». «La principal es la hoja de avances que estamos implementando en estos siete y los que nos quedan hasta 2027», remarcó. En privado, sin embargo, en Moncloa muestran su enfado. «Es entendible que busquen un desmarque en una situación de final de mandato, pero no cuando aún quedan dos años», defienden.
Las mismas fuentes insisten en que Sánchez no dará el brazo a torcer con la remodelación del Ejecutivo en la que el miércoles aún insistió el entorno de Díaz en la copa de Navidad con los periodistas. Argumentan que sería tanto como señalar a los ministros del PSOEcomo «corruptos y puteros» y que eso sería injusto. El relevo de la ministra de Educación y portavoz gubernamental, Pilar Alegría, candidata a los comicios de Aragón, será, probablemente ya el lunes, puntual.
«Tomarse en serio» la cita
Más allá de las expectativas con las que Sumar acude a la cita, desde varias de la organizaciones que conforman la coalición magenta, como Izquierda Unida o Más Madrid, recomendaron este jueves al PSOE «tomarse en serio» la reunión dado que hasta la fecha, creen, los socialistas «no ha estado a la altura» a la hora de responder a los casos de presunta corrupción y acoso en sus filas.
Frente a la encrucijada ante la que se encuentran, el grupo de Díaz cree que solo hay dos salidas: o convocar elecciones –un extremo que ni Sánchez ni ellos comparten– o emprender una «profunda remodelación de los equipos de Gobierno».
Los cambios en el Consejo de Ministros aportarían, entienden, la «gasolina» necesaria para llegar en forma hasta 2027, cuando está prevista la convocatoria de comicios generales. Pero los magentas, señalan otras fuentes, esperan algún guió del PSOE frente a la crisis de la vivienda. Sumar presentó en octubre una propuesta de real decreto con medidas como la prórroga de contratos de alquiler.
Sin embargo, el diagnóstico que cada organización hace de la situación les impidió este jueves incluso consensuar una postura común más allá de estas peticiones. Los comunes, por ejemplo, reconocen «tensiones» internas a la hora de lidiar los socialistas. De hecho, el líder de IU, Antonio Maíllo, se desmarcó de Díaz y lamentó que la petición de remodelar el Gobierno que lanzó hace una semana se hizo «sin consensuar» con el resto de formaciones de la coalición.
La gran incógnita en el horizonte es qué pasará si el PSOE no acepta la pretensiones de Sumar y la reunión acaba sin, al menos, un guiño a los de Díaz. «Cruzaremos el siguiente puente cuando lleguemos a ese río», insisten fuentes de la coalición magenta, que prefieren esperar a la cita de este viernes antes de tomar medidas.
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