Ampliar
Zelenski con la bandera europea. AFPHistoriador y analista de política internacional
Viernes, 19 de diciembre 2025, 21:40
... oportunidad para que ello fuera factible. La posibilidad se esfumó gracias a diversos actores geopolíticos interesados en que esto no se convirtiera en una realidad porque el cambio de fuerzas e influencia en el panorama global afectaba directamente a su hegemonía. Y, a partir de entonces, aquel país que se acercó a la Europa de la que forma parte se ha convertido en el mayor enemigo de ésta. La invasión de Ucrania y sus posturas maximalistas así lo manifiestan.Pues bien, en la cuestión ucraniana y después de los compromisos adquiridos en la última reunión del Consejo Europeo (23 de octubre de 2025) respecto a las acuciantes necesidades financieras, militares y de defensa de Ucrania en los dos próximos años, los dirigentes europeos vuelven a pecar de «blandura», porque al margen de la retórica de garantizar la seguridad del país eslavo y conseguir una paz duradera y justa para el mismo han sido incapaces de mostrar, una vez más, la firmeza necesaria para enfrentarse a la intransigencia rusa. Y todo ello recordando que hasta la fecha la Unión ha desembolsado casi 190.000 millones de euros (66.000 en apoyo militar) para defender a Ucrania.
El Consejo de los días precedentes era una ocasión idónea para intensificar la presión sobre Rusia y defender de verdad los intereses de Europa ofreciendo una imagen de dureza extrema frente a cualquier manifestación rusa. Los tiempos de los acuerdos blandos han terminado. No cometamos los errores del pasado. Rusia ya no está a nuestro alcance como parte de la Europa comunitaria y cualquier cesión nueva a sus exigencias sólo alimentará conflictos futuros. La financiación a Ucrania con un préstamo de 90.000 millones de euros a través de deuda común europea y la no utilización de los activos rusos congelados ante las reticencias de Bélgica son una prueba más de su pusilanimidad, disenso y cortas miras que no solucionarán el enfrentamiento a futuro ya que Rusia no ha mostrado hasta la fecha ninguna voluntad de negociación real y no se ha movido un milímetro en su posición.
El proyecto común que en su día construyó su identidad sobre la paz, la reconstrucción y la claridad moral está atrapado en una guerra que no sabe cómo terminar con el fin de preservar una narrativa que ya no puede permitirse cuestionar. Mientras se escribe este artículo, las grandes potencias se están posicionando para un conflicto potencial por la agresión rusa a Ucrania. Nadie que observe a los adversarios fuertemente armados sobre el terreno, la guerra por delegación que libra Occidente o las amenazas constantes de una escalada nuclear, se puede convencer de que la guerra, en todas sus múltiples variantes, se vaya a convertir en algo del pasado. La guerra tiene una larga historia humana y, lamentablemente, también tiene un prometedor futuro.
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Iniciar sesión Más información¿Tienes una suscripción? Inicia sesión