Sunday, 14 de December de 2025
Internacional

Hasta el moño

Hasta el moño
Artículo Completo 762 palabras
Los casos de acoso sexual en el seno del PSOE devastan a la militancia socialista y ponen en evidencia lo poco que se ha avanzado en la erradicación del machismo

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Ángeles Férriz, portavoz adjunta del Grupo Socialista. Joaquin Corchero / Europa Press

Héctor Barbotta

Sevilla

Domingo, 14 de diciembre 2025, 01:15

... suele expresar lo que piensa: «Estoy hasta el moño de puteros y acosadores». Su hastío, seguramente, representa el estado de devastación emocional en el que debe encontrarse la mayor parte de la militancia socialista, especialmente pero no sólo la femenina, ante el goteo incesante de casos de acoso sexual y de otros episodios que demuestran que el machismo campa a sus anchas por una organización que hizo del feminismo una de sus principales banderas hasta el punto de pretender apropiárselo en solitario.

Sin embargo, eso no debería ser un obstáculo para reconocer el mérito original que las mujeres socialistas, y también las de otras organizaciones de la izquierda, tuvieron en los primeros años de la democracia para poner la cuestión feminista en el centro de la agenda política, primero en el seno de su propio partido y después, o paralelamente, llevando este debate al conjunto de la sociedad. Hoy, con todos los avances que se han producido en esta materia, puede parecer poca cosa que hace ya varias décadas y gracias a la lucha de aquellas pioneras, los estatutos del PSOE establecieran la obligatoriedad de que al menos figurara un 25 por ciento de mujeres en las candidaturas electorales. Sin embargo, en su día supuso un avance sin precedentes.

El feminismo habita en la epidermis del PSOE, pero no ha penetrado en sus entrañas

Transcurridas ya cuatro décadas desde aquello y asumida la igualdad por una mayoría incuestionable de la sociedad, debe causar un gran desasosiego comprobar que dentro del partido que asumió en su día la vanguardia en esta reivindicación no se ha avanzado nada.

No porque se hayan producido comportamientos machistas en su seno, ya que ninguna organización está a salvo de episodios de este tipo, sino porque las reacciones tardías, cuando no de encubrimiento, cuando no de complicidad, demostraron que la defensa corporativa del compañero sigue siendo la premisa principal y que la reivindicación feminista tiene más de impostura y de oportunismo político que de convencimiento profundo. Que en estos comportamientos en los que se priorizó la protección del compañero antes que la denuncia del acosador o el amparo a las victimas hayan incurrido tanto hombres como mujeres demuestra hasta qué punto el feminismo habita en la epidermis del PSOE, pero no ha conseguido penetrar en sus entrañas.

En el Partido Socialista podrán argumentar que han tenido una reacción fulminante porque activaron el protocolo tal, porque fulano fue destituido o porque mengano ya ha dejado de ser militante, pero ninguna de esas decisiones tardías, tomadas cuando ya era imposible seguir haciéndose los distraídos, dejan de ser resoluciones administrativas, más propias de burócratas que de dirigentes políticos ocupados en transformar la realidad.

El problema del machismo no es judicial, sino político y profundamente ideológico

Una de las pantallas bajo la que se suelen escudar los burócratas es el argumento de que es la justicia la que debe actuar, pero el problema del machismo no es judicial, pese a que hay comportamientos que puedan merecer sanciones penales, sino político e ideológico.

Y un problema político e ideológico profundo de este calado sólo puede afrontarse desde una autocrítica profunda, descarnada y sincera que lamentablemente no se vislumbra ni remotamente en las filas socialistas. Posiblemente deban ser sus mujeres, una vez más y como herederas de aquellas pioneras de los años setenta y ochenta, quienes tomen la iniciativa, se enfrenten a los poderes internos e impulsen un ‘me too’ interno que haga una limpia. Sin que eso suceda la organización no podrá recuperarse de este varapalo devastador que ha desnudado su verdadera naturaleza y lo poco que ha conseguido avanzar.

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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