Ponemos a prueba unas gafas de Meta realmente deportivas, pero orientadas claramente a creadores. Y con más sentido para ciclistas que para corredores
Sin comentariosFacebookTwitterFlipboardE-mail 2025-12-15T16:29:56ZJavier Lacort
Editor Senior - TechJavier Lacort
Editor Senior - Tech Linkedintwitter1893 publicaciones de Javier LacortLlevo tres semanas corriendo las Oakley Meta Vanguard, y ahora entiendo mejor por qué este tipo de dispositivo tiene tanto sentido para algunos y no termina de entusiasmar a otros.
Ya conocía las Oakley Meta HSTN, aquellas gafas que intentaban ser elegantes y tecnológicas a la vez pero que acababan en tierra de nadie: ni suficientemente deportivas ni realmente urbanas. Las Vanguard llegan con una promesa clara: olvidémonos de pretender ser todo para todos, vamos a por el deportista.
Son más resistentes al agua (IP67 frente a IPX4), con batería que promete aguantar hasta nueve horas, altavoces más potentes para combatir el ruido del viento, y una cámara reposicionada justo entre las cejas en lugar de en la patilla.
Todo apunta a que están pensadas para moverse, para sudar, para grabar mientras pedaleas o corres sin tener que sacar el móvil del bolsillo. La pregunta es si realmente lo consiguen.
Ficha técnica de las Oakley Meta Vanguard
OAKLEY META VANGUARD
dimensiones y peso
136 x 120 x 59 mm
66 gramos (montura) / 258 gramos (estuche)
captura de imágenes
3024 x 4032 píxeles
12 MP, ultra gran angular, 122° de FOV
captura de vídeo
3K a 30 fps, 1080p a 60 fps, 720p a 120 fps
sistema de audio
Altavoces abiertos integrados en las varillas + matriz de 5 micrófonos con reducción de ruido para viento
asistente de voz
Meta AI
controles
Táctiles
Por voz
memoria
32 GB flash (+1.000 fotos o +100 vídeos de 30 segundos)
batería
Hasta 9 horas con una carga y uso intermitente
Hasta 36 horas acumulando cargas con el estuche completamente cargado
conectividad
WiFi 6e
Bluetooth 5.3
USB-C de carga (estuche)
compatibilidad
iOS 15.2 o Android 10 en adelante
precio
La promesa versus la realidad del peso
El primer contacto con las Vanguard deja claro que estas no son unas gafas de sol normales, pero tampoco se alejan tanto de las HSTN como esperaba. Pesan 66 gramos frente a los 53 de aquellas, 13 gramos más. Sobre el papel es poco. En la práctica, tras una hora corriendo, esos 13 gramos se multiplican por cada zancada. Por comparar, mis gafas de sol deportivas habituales, también de Oakley pero analógicas, pesan 30 gramos. Es absurdo compararlas, pero también es clave asumir que las Vanguard pesan más del doble.
Durante los primeros 20 minutos de uso, no molestan. Después de una hora corriendo, empiezas a notar ese peso concentrado en el puente de la nariz, sobre todo con el movimiento vertical constante de la carrera. Las HSTN ya se deslizaban hacia delante cuando aumentaba el ritmo, las Vanguard lo hacen menos gracias al diseño envolvente y las almohadillas de silicona, pero siguen haciéndolo.
No es insoportable, pero sí perceptible. Las he usado en tiradas de 90 minutos y al final del recorrido notaba las almohadillas marcadas en la piel. Para ciclismo imagino que es distinto: el movimiento es más estable, el contacto con la cara menos agresivo. Pero para correr, si tu intención es llevarlas cada día, prepárate para que tu nariz tenga algo que decir al respecto.
Imagen: Xataka. Imagen: Xataka.Mientras las tuve, tenía una tirada larga preparatoria para la maratón: 30 kilómetros de carrera popular. Casi dos horas y media. Decidí que no la haría con las Vanguard precisamente por la cuestión del peso. En ese tiempo me iban a resultar molestas.
Lo curioso es que Oakley ha mejorado bastante la distribución del peso respecto a las HSTN. Vienen con tres tamaños de almohadillas nasales intercambiables, el ajuste de las patillas es más firme sin apretar demasiado, y en ningún momento se me han movido durante sprints o tramos un poco más técnicos. El diseño envolvente tipo Spheara ayuda: como ya son gafas grandes de base, el volumen extra de la tecnología no desentona tanto como en las HSTN, que parecían unas gafas de paseo infladas.
Una cámara entre las cejas que funciona mejor de lo esperado
La cámara está ahora centrada, justo sobre el puente nasal. Es más visible que cuando estaba escondida en la patilla de las HSTN o las Ray-Ban Meta. Con las HSTN en blanco, ya advertí que el agujero negro de la cámara en la esquina era demasiado evidente. Ahora, centrada, es incluso más obvia, aunque Meta ha sido astuta: dejaron huecos de aire a los lados del LED donde se ve tu cara en lugar del marco, lo que diluye un poco la atención sobre la luz.
Esto me genera la misma incomodidad que con las HSTN, pero amplificada. Aquellas gafas ya hacían que la gente sospechara algo raro. Estas lo confirman inmediatamente. He capturado decenas de vídeos y fotos durante carreras, paseos y algún momento cotidiano. La calidad de imagen es sorprendentemente buena para algo que va montado en unas gafas, notablemente mejor que las HSTN gracias al sensor de 12 MP y la grabación en 3K.
Algunas muestras de las fotos:
La farola de la izquierda no está curvada. Ese tipo de distorsión es una consecuencia óptica del gran angular que integran las Oakley Meta Vanguard. Tienen una distancia focal baja para capturar un campo de visión amplio, y eso genera esta distorsión de barril: las líneas rectas que están cerca de los bordes del encuadre se curvan. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Un ejemplo del recorte, aunque claramente no es la idea en unas gafas como estas contar con una cámara con buena capacidad de zoom por recorte. Imagen: Xataka.Los vídeos tienen colores vivos, buen nivel de detalle y una estabilización que funciona incluso corriendo. No es una GoPro, pero está más cerca de lo que esperarías. Las HSTN grababan en 1080p y el resultado era aceptable para Instagram, pero estas Vanguard entregan material que podrías usar en contenido más serio.
El gran problema sigue igual: solo graban en formato vertical (3:4). Esto tiene sentido si tu destino final es Instagram o Strava, pero si quieres hacer contenido más elaborado para YouTube, te encontrarás con que el formato no es el ideal. La ultra gran angular de 122° captura mucho contexto, a veces demasiado: acaba entrando en el encuadre demasiado cielo o más suelo del que me gustaría.
Lo que más me ha sorprendido es lo natural que resulta grabar simplemente pulsando un botón en la parte inferior de la patilla derecha, o diciendo "Hey Meta, graba un vídeo". Esto ya funcionaba bien en las HSTN, pero aquí la cámara centrada mejora el encuadre: lo que capturas coincide más con lo que realmente estás mirando, en lugar de estar ligeramente desplazado hacia un lado.
Altavoces potentes que aislan (demasiado) bien
Los altavoces son aún mejores que en las HSTN, y aquellas ya sonaban bien. Estos suenan alto, con graves sorprendentemente decentes para unos altavoces abiertos, y se escuchan perfectamente incluso con viento o tráfico cercano. El ajuste automático de volumen funciona: cuando estás en zonas ruidosas, suben solos; cuando hay silencio, bajan. Es un detalle que parece tonto hasta que lo usas.
El problema es que por momentos suenan demasiado bien. Es decir, llegan a aislar en cierta forma, con muchas comillas. Durante mis salidas con música por caminos interurbanos, a veces no escuchaba coches acercándose por detrás hasta que estaban demasiado cerca. Ni siquiera los más ruidosos.
Parte trasera del estuche de carga. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka. Imagen: Xataka.Con las HSTN me pasaba lo mismo, pero al menos aquellas no pretendían ser gafas deportivas. Estas sí, y que un producto deportivo te aísle tanto del entorno cuando corres por ciudad o carreteras compartidas es algo a considerar: mantén el volumen moderado.
Para entornos controlados –gimnasio, pista de atletismo, carril bici segregado...– son geniales. Para correr por ciudad o carreteras compartidas con tráfico, me parece arriesgado. No tanto por la tecnología en sí, sino por cómo tendemos a usar la música: a tope. De verdad: moderación.
Meta AI: útil a ratos, molesto a ratos
Decir "Hey Meta" en público sigue siendo raro. Ya lo era con las HSTN, sigue siéndolo con las Vanguard. No importa cuántas veces lo hagas, siempre hay una parte de ti que piensa "¿de verdad estoy hablando con mis gafas en público?". Dicho esto, funciona igual de bien (o mal) que antes.
Puedes pedir que cambie de canción, que te cuente tu ritmo medio si tienes un Garmin vinculado como es mi caso, que identifique un árbol, que te traduzca un cartel, o que mande un mensaje por WhatsApp. La integración con Garmin es probablemente la funcionalidad más relevante si eres un atleta de datos, y es lo único verdaderamente nuevo frente a las HSTN.
En XatakaHe corrido durante semanas con unas gafas que proyectan datos en mi campo de visión. El futuro del running tendrá que esperarPuedes preguntarle tus métricas en tiempo real sin mirar el reloj: ritmo, frecuencia cardíaca, distancia, cadencia. También puede capturar clips automáticamente en momentos "interesantes" del entreno según tus zonas de intensidad o hitos. En la práctica, la captura automática era más bien aleatoria: me grababa parado en un semáforo aburrido, pero se perdía un sprint improvisado cuesta arriba. Y las consultas al Garmin no siempre atinaban.
El problema de fondo con Meta AI sigue siendo el mismo que con las HSTN:
- Necesitas llevar el móvil encima para la mayoría de funciones, lo cual reduce parte del atractivo en un producto orientado al deporte al aire libre.
- La app de Meta AI sigue siendo algo que quiere gustar muy por encima de lo que consigue gustar.
Las lentes PRIZM son excelentes, como siempre
Si algo hace bien Oakley es fabricar lentes de calidad. Por eso mis gafas de sol deportivas, las analógicas que llevo desde hace dos años, son de esa marca.
Ya me impresionaron los cristales PRIZM dorados de las HSTN, con ese tono cálido que hacía que todo pareciera una película de Wes Anderson. Los cristales Prizm de las Vanguard mantienen esa excelencia: nítidos, con contraste mejorado, y sorprendentemente efectivos tanto a pleno sol como en condiciones de luz variable.
Imagen: Xataka.Mi unidad venía con cristales PRIZM negros en montura blanca, que funcionan bien en la mayoría de escenarios y estéticamente son mis favoritos, aunque para running probablemente hubiera preferido las PRIZM Road (entre el rosa, el morado y el amarillo) por su versatilidad en luz cambiante. El único 'pero': no hay opción de cristales graduados. Si necesitas corrección visual, tendrás que usar lentillas o buscar adaptadores no oficiales. Es una limitación que ya existía en las HSTN y que sigue sin resolverse.
El diseño envolvente protege bien del viento y los elementos, el ajuste es más sólido que en las HSTN, y la construcción se siente robusta. Como gafas de sol normales, cumplen perfectamente. Que además lleven un pequeño ordenador dentro es casi un bonus.
¿Para quién tiene sentido este producto?
Las HSTN me dejaron con la sensación de que Meta y Oakley no sabían muy bien a quién dirigirse: ni suficientemente deportivas ni realmente urbanas, atrapadas en tierra de nadie. Las Vanguard intentan salir de esa indefinición apostando claramente por el atleta, el problema es que siguen sin clavar la ejecución.
Son extraordinarias para un nicho muy concreto: creadores de contenido deportivo. Si eres influencer de ciclismo, running, trail, o cualquier deporte al aire libre, y necesitas grabar POV sin montar cámaras aparatosas, estas gafas son fantásticas. La captura es rápida, la calidad es más que suficiente para redes sociales, y el flujo de trabajo es ágil.
Para el resto de mortales, la ecuación cambia. Estás pagando 549 euros (220 euros más que las Ray-Ban Meta básicas, 170 más que las HSTN) por un producto que hace tres cosas:
- Funciona como gafas de sol premium (150 euros).
- Como cámara de acción limitada (200 euros).
- Y como auriculares deportivos (100 euros).
Si sumas esas piezas, llegas a 450 euros, así que el precio no es descabellado, y menos teniendo en cuenta su robustez y la calidad de sus lentes.
No obstante, también estás atando todo a un ecosistema que requiere la app de Meta, que sube tu contenido a la nube de Meta, y que no te deja simplemente enchufar las gafas al ordenador y descargar los archivos. Esto ya era así con las HSTN, pero al menos aquellas costaban un poco menos.
Imagen: Xataka.Después de tres semanas, mi sensación es que estamos ante un "futuro imperfecto mejorado". La tecnología funciona mejor que en las HSTN, la ejecución es más sólida, pero siguen siendo una primera versión deportiva que no termina de ser cómoda para cualquier deportista. Son algo pesadas para llevar todo el día, la batería se resiente si grabas mucho (90 minutos de grabación te deja en el 20%), y no todos los casos de uso deportivo encajan igual de bien.
- Para ciclismo parecen ideales.
- Para running, son mejores que las HSTN pero siguen teniendo los matices del peso y el deslizamiento.
- Para deportes más tranquilos como senderismo o pesca, probablemente sobren prestaciones (pero quién no se pega un homenaje de vez en cuando).
Lo que me queda claro es que Meta y Oakley están aprendiendo. Las HSTN fueron un primer intento de llevar las gafas inteligentes al deporte. Las Vanguard son un segundo intento que mejora en casi todo, pero que todavía no da en el clavo. El concepto tiene sentido. La ejecución aún necesita una tercera iteración.
Yo, que no soy creador de contenido ni necesito documentar cada salida, las he encontrado más útiles que las HSTN, pero no imprescindibles. Aunque admito que cuando las llevo puestas y grabo un tramo técnico con solo pulsar un botón, viendo después el vídeo perfectamente centrado y estabilizado, entiendo perfectamente por qué alguien podría querer que este fuera el futuro de las gafas deportivas.
Solo falta que ese futuro pese un poco menos y que Meta entienda que no todos queremos vivir dentro de su ecosistema de IA generativa. Claro que esto último es quizás el mayor escollo a resolver.
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