Iván Espinosa de los Monteros, durante su entrevista en EL ESPAÑOL. Sara Fernández
PolíticaHABLANDO SOBRE ESPAÑA Iván Espinosa de los Monteros: "Nadie ha puesto en más peligro a las mujeres que Sánchez. Su discurso feminista es un fraude""Vox está girando hacia el estatalismo, las cosas que dice sobre la vivienda ya las dice Podemos".
"No entiendo por qué Vox ya no está en los actos institucionales con el Rey. ¿Han detectado una corriente republicana?".
"En España se es tan generoso con los subsidios sociales que hay muchas personas que vienen a vivir de esas ayudas".
"Si viene gente que no acepta nuestras reglas no puede ser bienvenida, aunque sea ingeniero nuclear".
Íñigo Zulet Publicada 7 diciembre 2025 02:59hLas claves nuevo Generado con IA
Iván Espinosa de los Monteros critica el discurso feminista de Pedro Sánchez, al que califica de fraude y acusa de poner en peligro a las mujeres con la ley del 'solo sí es sí'.
Espinosa de los Monteros se muestra alejado de la política institucional y de Vox, aunque sigue siendo afiliado, y duda sobre a quién votar en unas próximas elecciones.
El ex portavoz de Vox reivindica su nuevo 'think tank', Atenea, como espacio para impulsar reformas asumibles por la derecha y fomentar el entendimiento entre PP y Vox.
Critica el giro estatalista y obrerista de Vox, lo compara con Podemos y cuestiona la estrategia de ganar votos frente a defender ideas fundacionales.
Iván Espinosa de los Monteros (Madrid, 1971) llega a la redacción de EL ESPAÑOL en su BMW Serie 5. Se conoce el camino de memoria: la sede de su antiguo partido está justo al lado. Antes de entrar, una escena curiosa: se cruza con un actual diputado de Vox que toma un café frente al periódico. Se saludan con cordialidad, como viejos conocidos.
Es casi una excepción. Con otros no mantiene apenas contacto. Y muchos otros, que se han subido al barco "al calor del éxito", dice, son nuevos y ya no los conoce.
De los cuatro ascensores que tiene el edificio, Espinosa elige el montacargas, el más lento de todos. "Soy una carga", bromea.
Lo que no es ya es un "cargo" público. Dejó la política institucional en verano de 2023, cuando era portavoz de Vox. Desde entonces no ha vuelto a hablar con Santiago Abascal.
Iván Espinosa de los Monteros: "Nadie ha puesto en más peligro a las mujeres que este Gobierno"
Sigue siendo afiliado —"uno de los más antiguos"—, pero admite que hoy no sabe a quién votaría. De ahí nace Atenea, el think tank con el que pretende empujar reformas que la derecha pueda asumir.
Aunque está fuera de la política, todavía se le escapa el plural, como quien ha pasado demasiados años hablando en nombre de un partido.
Pero algunas cosas de su partido han cambiado, "lo cual es legítimo", insiste una y otra vez. Empezando por ese "giro estatalista y obrerista", una deriva que le recuerda a Podemos: "No era ese el plan inicial".
Y lanza una reflexión: "¿Vox está para defender ciertas ideas o para ganar votos? Porque se ganan más votos en el PP que en Vox".
Lo que no ha cambiado es su inglés impecable. Antes de empezar la entrevista hojea la revista de Magas. "Bookazine", pronuncia casi como un nativo anglosajón. Y nadie dice lawfare como él. Por algo lo llamaban "el políglota de Vox". Ahora, políglota a secas.
El pasado domingo le vimos en una protesta que convocó el PP en el Templo de Debod en Madrid. Se dijo que era "sin siglas", aunque los únicos dirigentes que hablaron fueron del PP: Ayuso, Feijóo… ¿Debemos interpretar su presencia como un acercamiento al PP?
El domingo estuve en dos manifestaciones, una que convocaba el PP y otra Revuelta, la organización juvenil que era de Vox. Ahora me acabo de enterar de que ya no lo es.
Iván Espinosa de los Monteros, durante su entrevista en EL ESPAÑOL. Sara Fernández
Apoyo cualquier manifestación cívica y legítima en contra de un Gobierno que está haciendo mucho daño a este país y que ya ha perdido la legitimidad que nunca tuvo, porque es un producto de mentiras y trampas. Es el momento de poner fin a esta agonía, que viene de más atrás. España lleva casi dos décadas perdidas pero se está agravando de una manera insoportable en los últimos siete años.
Se lo voy a preguntar de otra manera. Si mañana hubiera elecciones generales, ¿a quién votaría Iván Espinosa de los Monteros?
En este momento no tengo a quién votar. Por eso se funda Atenea, para proponer reformas sanas y necesarias que nos gustaría que PP y Vox asumieran. Entiendo que cuando uno está metido en política le absorbe la realidad del día a día, la noticia de esta mañana, el tuit que ha puesto no sé quién… pero cuando uno está fuera y tiene más perspectiva puede contribuir al debate político proponiendo reformas estructurales. Espero que alguno de los dos, o ambos, las puedan asumir y sean un poco más atractivos para el público como yo.
Usted dice que está "fuera", pero hasta donde yo sé, sigue afiliado a Vox.
Soy el afiliado más antiguo de Vox o el número más bajo después de Santiago Abascal.
¿No se va por algo nostálgico? Dice que a día de hoy no sabe a quién votar. Normalmente el militante suele votar al partido en el que milita.
Es correcto. Lo que pasa es que este partido está evolucionando de una manera diferente a como yo pensaba, cosa que es legítima, pero se distancia de lo que yo hubiera querido.
¿Puede poner algún ejemplo?
Todavía no he entendido bien el movimiento de salir de ECR en Europa, que nos acogió incluso antes de que llegáramos a ninguna institución. Es un grupo conservador y reformista, liberal en lo económico, fundado por Margaret Thatcher y poblado por socios deseables como la señora Meloni, la primera ministra más interesante que hay en este momento en Europa; o por los polacos de Ley y Justicia, con los que tenemos mucha afinidad, y lejos de otros partidos estatalistas que pueblan otros grupos donde se ha integrado ahora Vox.
Ese es un ejemplo. El giro obrerista y estatalista… no es eso a lo que yo había venido. Un partido puede cambiar, es legítimo, pero el plan inicial no era ese. Otra cosa es que los cambios se produzcan por la llegada de personas nuevas que tienen ideas diferentes, pero que no se parecen al proyecto con el que empezamos.
"En este momento no tengo a quién votar; sigo afiliado a Vox pero el partido se ha distanciado de como yo pensaba"
Hablando de Meloni, usted participó hace poco en un evento de ECR en Valencia y dijo que "algunos habían movido Roma con Santiago" para que no interviniera. Esa misma semana Santiago Abascal se reunió con la primera ministra italiana en Roma. ¿Cree de verdad que intentaron vetarle desde Vox?
Me consta que sí, así fue, pero no quiero profundizar en el tema, porque mi propósito no es atacar a Vox ni al PP, aunque hay muchas cosas que no me gustan. Ya he dicho suficiente sobre Vox. Podría decir otras muchas cosas del PP que tampoco me gustan. Mi propósito es atacar a un Gobierno que nos está haciendo mucho daño y buscar zonas de entendimiento entre PP y Vox.
¿Debería Feijóo presentar una moción de censura?
Presentarla sin los apoyos atados es un riesgo, indudablemente. Para atar los apoyos necesarios, asumiendo que Vox lo fuera a apoyar, que asumo que sí con las condiciones adecuadas, hay que atraer a partidos que no quieren colaborar en este empeño o que ponen condiciones inasumibles. Y aun así, comprendiendo el riesgo de que no tenga garantizado su éxito, creo que no es mala idea.
Tanto lo creo como que Vox ha presentado dos a lo largo de la legislatura anterior, en la que tenía más de 50 diputados, cosa que me pareció bien y me parece muy bien ahora. Como me pareció bien, en perspectiva, cuando la presentó Felipe González al Gobierno de Adolfo Suárez siendo jefe de la oposición.
Foto: Sara Fernández.
¿Por qué? Porque genera una dinámica de liderazgo, de visión de hacia dónde podría ir el país. Se centra la atención en lo que dice el candidato y aunque parezca que no sacar adelante la moción puede ser una victoria para el Gobierno, pueden aparecer sorpresas, matices o discursos de otros partidos donde cada uno se posiciona. Cosa que no está mal, dada también la posición de cada uno de los partidos separatistas.
Usted ha abogado precisamente por la ilegalización de los partidos separatistas.
Lo que propone Atenea es que los partidos que tienen representación en el Congreso, aunque vengan de una sola circunscripción, tengan como mínimo un 5% del voto a nivel nacional.
Y luego, los que no renuncian a la violencia y a la división de España no deberían participar en el juego democrático. No digo que no existan o no participen en otros ámbitos, pero desde luego no en el Congreso o en el Senado. Igual que no aceptaría un partido totalitario que esté en contra de la democracia o la separación de poderes.
¿Existe?
Hay uno que gobierna, que está absolutamente en contra de la separación de poderes, como demuestra día a día.
¿Pero entonces usted estaría a favor de ilegalizar el PSOE?
No, no estoy a favor de ilegalizar el PSOE. Estoy a favor de preservar la separación de poderes. El PSOE trabaja arduamente en contra de la separación de poderes y cada día perdemos un poco de calidad democrática. Por eso Atenea propone reformas para preservar los contrapesos, la independencia judicial, el sistema de elección de los miembros del CGPJ conforme a lo que prevé la Constitución.
Reformas que no deberían ser rechazadas por nadie por el hecho de ser de izquierdas o de derechas. Porque gobierne quien gobierne, a todos nos interesa que haya contrapesos para que no se cometan excesos.
"Sea por electoralismo o por convicción, el giro de Feijóo en inmigración es un acierto"
Si limitamos la presencia de los partidos separatistas como propone, para que el PP pueda llegar a la Moncloa sólo podría hacerlo de la mano de Vox.
Cuando uno propone una reforma no tiene que estar pensando en la consecuencia explícita de lo que pasa hoy, porque el panorama político cambia muy deprisa. Lo que importa es si la idea en sí misma tiene valor.
El PP ha gobernado con mayoría absoluta en algunos casos y en otros sitios está gobernando con Vox. Y que yo sepa no está pactando con nadie más. Tampoco cambiaría mucho el panorama actual.
Foto: Sara Fernández.
La semana pasada Feijóo pidió a la patronal catalana que convenza a Junts, parece que hay un acercamiento.
La realidad práctica cambia día a día, pero la idea principal se mantiene y hasta hoy, el PP sólo ha pactado con Vox y Vox sólo ha pactado con el PP. Pactan todos los días, hay docenas de municipios donde gobiernan juntos y varias comunidades autónomas que se sostienen gracias al pacto entre PP y Vox.
Aunque no sea en pactos de gobierno, en muchas votaciones el PP sí que coincide con PNV o Junts, como en inmigración.
El PP está cambiando la posición en materia de inmigración y está siendo más exigente. Y eso no coincide con lo que dicen el PNV o Junts.
¿Y le parece bien el cambio que ve en el PP?
Hasta ahora en inmigración ha habido sólo dos posturas: la de Vox y la de los demás. Se podrá criticar si sus medidas son suficientes, exageradas, radicales, tibias…
Eso se puede discutir, pero lo que no se puede discutir es que Vox es el único que lleva años hablando del problema que proviene de la inmigración. No que la inmigración en sí mismo sea un problema, sino que de ella se derivan ciertos problemas de convivencia, laborales, de seguridad…
Ahora lo que tenemos es una izquierda que sigue negando la existencia del problema y atacando a quien lo señala. Y el PP, que estaba en este bando, parece que va evolucionando hacia posturas intermedias.
¿Cree que lo hace por electoralismo?
No lo sé. Es un acierto en cualquier caso, sea por electoralismo o por convicción. Negar la existencia de un problema no ayuda a resolverlo. La inmigración supone un problema, no es una oportunidad, es un problema para millones de personas en España
Isabel Díaz Ayuso dijo que, sin inmigración, no habría mano de obra suficiente para tareas como la limpieza o la construcción.
Me parece increíble. Me asombra que cuando alguien habla de inmigración no hable en términos más elevados. Parece que la inmigración es la nueva esclavitud. Oiga, la inmigración cualificada también será capaz de hacer trabajos de ingeniería, medicina, biotecnología, arquitectura, trabajos STEM. Hay inmigrantes muy cualificados.
¿Qué tipo de inmigración necesita España? ¿Cuántos? ¿De dónde? No es un tema de raza o de color de piel, es un tema de la cultura y la intención que traen. Y es el país de destino el que tiene que decidir cuántos y cuáles tienen que entrar de manera legal. De manera legal no quiere decir que se dé la nacionalidad al llegar, quiere decir que tengan un permiso de trabajo que les permita sostenerse.
Puede que en algún momento necesitemos mano de obra sin mucha cualificación: carpinteros, fontaneros. O gente con cualificación superior: médicos, ingenieros. Pero eso tiene que decidirlo el país de destino, no las mafias de tráfico de personas que ponen en riesgo la vida de muchos de ellos y su capital, porque cuesta una fortuna inmigrar, aunque sea ilegalmente.
Foto: Sara Fernández.
Por no hablar de aquellos que vienen con la intención directamente de vivir de los subsidios sociales de este país. En España se es tan generoso con los subsidios que hay un número significativo de personas que vienen a vivir de esos subsidios. España, un país de menos de 50 millones de habitantes, no está para subsidiar a un planeta de 6.000 millones de habitantes. No nos lo podemos permitir.
Ahí también se abre otro debate: ¿es lo mismo la inmigración que proviene de Hispanoamérica o la de origen musulmán?
Los problemas de convivencia que ha habido con cierta población musulmana son mucho más evidentes que los que ha habido con otros, pero no me atrevería tanto a calificar por la religión, sino por la mentalidad. ¿Existe gente que practica los ritos musulmanes que se ha integrado en esta sociedad? Pues claro. ¿La hay que trabaja, contribuye y paga impuestos? Claro que la hay.
Por tanto, ¿prohibiría a la gente venir por la religión que profesa? No. Ahora, hay una correlación bastante elevada entre gente que no acepta nuestras reglas de convivencia, como la separación Iglesia-Estado, la legislación civil frente a la religiosa o la igualdad ante la ley de hombres y mujeres.
"¿Vox está para defender ciertas ideas o para ganar votos? Porque se ganan más votos en el PP que en Vox"
Cosas como aceptar que el hombre no puede ir cinco metros por delante de la mujer o que la mujer no puede ir tapada, o que las niñas no practican la ablación. O que uno es libre de comer o no ciertos productos, pero no es libre de prohibir a los demás en su misma comunidad que los coman. Cosas tan evidentes que hace cientos de años que hemos aceptado. Si viene gente que no las acepta, no puede ser bienvenida. Aunque sea ingeniero nuclear.
La relación entre Vox y el PP no parece que pase por su mejor momento, salvo en Valencia, donde hubo un acuerdo exprés para relevar a Mazón. Lo vemos en Extremadura, Baleares o Aragón.
No creo que estén pasando por un mal momento. Se casca mucho en público, pero cuando llega el momento de pactar, pactan en todos los gobiernos de todo el país. No se ha quedado un solo ayuntamiento o comunidad autónoma sin gobierno PP-Vox. El 100% de las veces que se han tenido que poner de acuerdo lo han hecho. Los acuerdos podrán ser fáciles o difíciles. En Valencia no podía ser más fácil. Ha sido cuestión de días y ni siquiera se ha hecho un acuerdo escrito.
¿Por qué hay entonces elecciones en Extremadura?
Hay elecciones después de que un gobierno formado por PP y Vox se pusiera de acuerdo, pero la presidenta [María Guardiola] decide erróneamente que le convienen más unas elecciones anticipadas que gobernar con los presupuestos del año anterior.
Es un error y el resultado no le va a favorecer. Lo que sí pronostico, aunque aquí nadie tiene una bola de cristal, es que después de estas elecciones volverá a haber un gobierno PP-Vox. La proporción podrá ser diferente, Vox podrá estar dentro, podrá estar fuera. Ya veremos.
¿Qué le parece que harán?
No quiero hacer pronósticos sobre Vox.
Lo digo porque cuando salieron de los gobiernos autonómicos en el verano de 2024 parecía una decisión arriesgada. Sin embargo, a día de hoy en las encuestas crecen. ¿Da la sensación de que se sienten más cómodos fuera?
Sí, da esa sensación.
¿Pero es real?
Lo iremos viendo en los próximos meses porque hay elecciones en Extremadura, Andalucía y Castilla y León. En Andalucía está por ver, pero en las otras dos comunidades parece que va a haber necesidad de que haya una alianza entre los dos. Y detrás vendrán las generales y lo veremos también.
Feijóo dice que existe una pinza entre Vox y el PSOE.
El PP dice que existe una pinza entre el PSOE y Vox. Vox dice que el PP está aliado con el PSOE en todas partes, pero la realidad es que cuando llega el momento de ponerse de acuerdo, PP y Vox se ponen de acuerdo, afortunadamente. El 100% de las veces. No el 90 o el 95, el 100%. Cosa que me alegra.
¿Entonces, por qué no fueron a la manifestación del domingo?
Porque no era ponerse de acuerdo para un gobierno. Pero si al día siguiente hay que conformar un gobierno nuevo en Castillejo de Abajo, se hace. Lo digo de manera optimista, porque quiere decir que cuando lleguen las elecciones generales, que espero que sean pronto aunque sospecho que no, si suman más de 176 entre los dos, hay una esperanza de que formen un gobierno conjunto y ojalá sea un gobierno estable.
Abascal no asistió a los actos institucionales el pasado 12 de octubre. ¿Le parece bien? ¿Comparte esa decisión? ¿Cree que no hay que hacerse ninguna foto con Sánchez y "la mafia" como denuncia Vox, o hay que estar en esos lugares?
Vox ha estado siempre en todos los actos institucionales donde estaba el Rey. Siempre. Y Vox ha sido —o había sido— siempre respetuoso con el Rey, sus discursos y sus actos. No entiendo por qué han cambiado. Pero, en fin. No me parece ilegítimo. Es un cambio, pero hay que ser conscientes. ¿Por qué, porque han detectado que hay una corriente republicana en España?
Foto: Sara Fernández.
Esto no es lo que se hacía antes. Y ojo, antes gobernaba Pedro Sánchez.
Vox dice que no es por un tema de estar a favor o en contra de la Monarquía, sino por la presencia del Gobierno.
Pero es que el Gobierno está presente en todos los actos institucionales desde el 2019 que entramos en el Congreso. Igual que no entiendo por qué en algunas manifestaciones suyas aparecen banderas con el escudo recortado o por qué se decide no apoyar, ni siquiera comentar, el discurso del Rey de Nochebuena.
"Girar al estatalismo y a la fantasía de que el Estado puede proveer los bienes y servicios como está haciendo Vox es hacer lo que ha hecho la izquierda"
¿Existe un PSOE bueno?
Nunca he creído que existiera un PSOE bueno, pero al escribir el libro España tiene solución tuve ocasión de reflexionar y leer bastante. Me di cuenta de una cosa interesante: los que hemos crecido en los años 80 o 90 con un Gobierno de Felipe González —que nunca apoyé y nunca voté y siempre me pareció espantoso— teníamos una percepción de lo que era el PSOE, que al llegar Zapatero y luego Sánchez se ve muy empeorada.
Ninguno es bueno, pero hay algunos peores. Estos dos son los peores y uno se podía quedar con la sensación creciendo en esos años de que lo infrecuente, lo raro, era lo de Pedro Sánchez y lo de Zapatero, Pero mirando atrás uno se da cuenta de que es al revés. Lo excepcional fue lo de Felipe González. No es que fuera el PSOE bueno, no es que fuera un Gobierno exento de casos de corrupción. Pero era sustancialmente distinto a lo de ahora. Pero también sustancialmente diferente a lo de antes. Es que lo de ahora es el PSOE auténtico.
Lo de ahora es el PSOE de Largo Caballero. Es el PSOE filo… violento, voy a dejarlo ahí. El PSOE que iba con armas al Congreso ya en los años 20, el que crea la Guerra Civil, el que agita a las masas siempre que no gana,el que dice aquello de "iremos a las elecciones mientras ganemos nosotros, si gana la derecha, iremos a la revolución". Esto es el PSOE. Felipe es un espejismo durante unos años.
Pero eso usted lo ve ahora, no fue consciente en su momento.
Es que alguno hace bueno al anterior. Nunca hubiera hablado bien del PSOE en aquella época. Del 0 al 10, hay un PSOE que es el 0, que es este; y el de Felipe, lo que usted quiera… el 3, o el 4. Nunca me ha convencido. Pero claro, comparado con esto, aquello era sustancialmente menos malo.
Este sábado es el Día de la Constitución, que cumple 47 años. ¿La reformaría?
Hay muchas cosas que me gustaría cambiar, pero no me parece el momento adecuado. Me gustaría volver a reforzar cosas que luego no se han cumplido. Al sistema de las comunidades autónomas hay que darle un repaso porque no ha funcionado como está previsto; la anexión de Navarra al País Vasco con el título adicional la borraría.
Hay muchas cosas reformables, pero una cosa es tener un espíritu reformista y querer mejorar el sistema que tenemos y otra querer acabar con todo el régimen. Lo digo porque últimamente oigo a gente, no sólo de la extrema izquierda, sino también de otros ámbitos, cuestionar el sistema en sí.
¿Qué ámbitos?
Gente que no pertenece a la extrema izquierda. Lo voy a dejar ahí. Y la pregunta es, ¿y tú qué régimen implantarías, cuál es tu sistema ideal? Proponemos reformas todos los días, no sólo de la Constitución, sino de leyes, reglamentos… Y lo que no tiene que ver con las leyes. Hay que hacer cambios de mentalidad. Pero eso no significa acabar con el sistema en sí mismo.
¿Existe el 'lawfare' en España?
Depende de lo que se quiera decir. La mayoría de la gente que utiliza el término no sabe lo que quiere decir. Lawfare es una derivada de warfare, que es la guerra, el arte de la guerra, la guerra física. Y lawfare es la guerra mediante el sistema judicial. Por lawfare entendemos que hay instituciones, incluso partidos, que van a los tribunales a demandar que se haga justicia sobre cosas que son ilegales.
Por ejemplo, Vox tiene el prestigio de haber conseguido dos sentencias del Constitucional declarando acciones de este Gobierno como anticonstitucionales o para imponerse desde la Justicia a las barbaridades que se estaban produciendo en el golpe de Estado de Cataluña, donde nadie más actuó: ni el Parlamento, ni Fiscalía…
Sólo Vox, que entonces era un partido extraparlamentario. Puso en marcha una maquinaria que consiguió las condenas a los golpistas del 1 de octubre. Eso es lawfare, utilizar legítimamente los tribunales de Justicia para exigir que se cumpla la ley. Me parece fantástico.
Pero aquí en España se usa con otro sentido.
¿Qué es lo que ellos quieren decir? Toda sentencia que no me convenga a mí es una manipulación del sistema. Por eso vuelvo a lo de antes: los contrapoderes, los equilibrios. Si un presidente comete un delito, sigue siendo un delito, aunque lo cometa el presidente. Lo digo en contraste con lo que decía Nixon en Estados Unidos. Tuvo que dimitir por haber inducido a cometer actos ilegales.
Que haya tribunales de Justicia que revisen legítimamente las decisiones del Ejecutivo es parte de los contrapesos. Eso no tiene por qué asustarnos. Nos da tranquilidad.
Desde que se conocieron las conversaciones del caso Koldo, las encuestas reflejan que el PSOE está perdiendo voto femenino. Esta semana hemos conocido las denuncias contra Paco Salazar. ¿Esa tendencia se va a agudizar o el discurso feminista del Gobierno lo revertirá?
El discurso feminista es un fraude desde el primer día. Nadie ha puesto en más peligro a las mujeres que Sánchez. Con la ley del sólo sí es sí y las rebajas de penas a violadores, asesinos y pederastas. Y, por supuesto, con la mirada hacia otro lado cada vez que los suyos actuaban de manera impresentable.
Y no dejemos de lado las consecuencias que la inmigración masiva y desordenada ha tenido sobre la seguridad de las mujeres. En España hay delitos que ni siquiera existían hace 20 años y que han introducido los inmigrantes que vienen con ideas en la cabeza bastante distorsionadas de lo que de lo que es una mujer.
Foto: Sara Fernández.
El 70% de las agresiones sexuales en manada las han cometido inmigrantes, cuando suponen el 10 o el 12% de la población. La izquierda dice que no hay causalidad entre el origen y el delito, sino entre la pobreza y el delito. Pues no, porque hay gente pobre de muchos otros sitios que nunca ha cometido este tipo de delitos.
Usted ha dicho que la oposición no ilusiona. ¿Es por su mensaje, por falta de líderes? ¿Qué diagnóstico hace?
España está en el peor momento de nuestras vidas. No en su peor momento histórico. España ha pasado por momentos durísimos. Los años 40 y principios de los 50 fueron una época de una España destrozada, paupérrima, de cartilla de racionamiento, de las naciones más pobres del mundo. Eso fue ayer.
No es el peor momento en absoluto de España. Pero es el peor momento de nuestras vidas. Llevamos 17 años sin crecimiento económico. El PIB per cápita todavía no ha alcanzado hoy los niveles de 2007. Si descontamos la inflación, en términos reales nuestra capacidad adquisitiva está por debajo de 2007. Esto no había pasado desde la Guerra Civil.
"Si viene gente que no acepta nuestras reglas, no puede ser bienvenida. Aunque sea ingeniero nuclear"
En la crisis política en la que estamos sumidos, no habíamos vivido nunca con un Gobierno que no sólo no gana las elecciones, sino que genera una inestabilidad brutal, porque es incapaz de sacar adelante un presupuesto, ningún tipo de legislación o de llegar a un pacto con sus socios, que exigen además cosas abominables y absolutamente imposibles de ceder.
También hay una crisis social porque hay una tensión entre las distintas divisiones que va generando la izquierda: campo contra ciudad, hombres contra mujeres, heteros contra gays y, ahora, mayores contra jóvenes o boomers contra jóvenes.
Nos pone en una situación muy delicada. Eso sólo tiene una ventaja, porque todo lo que podemos hacer es mejorar. Además de criticar, la oposición tiene que empezar a proponer soluciones concretas que generen ilusión. Por eso escribí ese libro llamado España tiene solución, porque España merece soluciones en el ámbito económico, político, social, fiscal, mercantil, laboral, energético, de infraestructuras, industrial, de servicios, de turismo.
Pero parece que la gente vota más por hartazgo que por ilusión.
Quizá porque no estamos generando suficiente ilusión.
¿Es culpa de la clase política?
Muchos problemas de España son culpa de la clase política, pero no todos. Y todos tenemos que reflexionar si esta es la clase política que nos merecemos o no. Si seguimos votando lo mismo, hagan lo que hagan, ya no sé si es culpa de ellos o nuestra como votantes.
Si nos lo tomamos como si fuera un partido de fútbol y votamos pase lo que pase al nuestro, la señal que llega al líder de ese partido es que da igual lo que haga, porque le van a seguir votando los mismos. Tenemos que ser más exigentes con nuestro voto y con nuestros políticos, porque quizá no son tan distintos los políticos que tenemos de la población que les elige.
Usted ha dicho que la política se defiende hoy en día de la entrada de talento y que al político profesional no le gusta el talento del sector privado. Deme ejemplos de políticos profesionales con nombres y apellidos, uno por cada partido.
Los líderes de todos los partidos.
¿Cree que tendrían problemas en el sector privado si dejaran la política?
Algunos no, pero otros desde luego sí. Por hablar de otro partido que no es el mío. Pongo un ejemplo, el de una mujer altamente cualificada en el mundo de la tecnología. Carme Artigas, con una trayectoria profesional brillante que montó una compañía de éxito, ganó mucho dinero legítimamente, fue una alta directiva de Telefónica y se le ofrece asumir una Secretaría de Estado de Inteligencia Artificial dependiente del Ministerio de Economía. En ese momento estaba al frente Nadia Calviño.
Ser secretaria de Estado ya es Gobierno. Artigas decide dedicar un par de años al sector público como un servicio a su país, porque por dinero desde luego no. Al cabo de un tiempo decide marcharse. Y se le ofrecen oportunidades en el mismo sector del que proviene, de consejera de sociedades tecnológicas e informáticas. Y como ha sido miembro del Gobierno se le obliga a pedir permiso a la Oficina de Conflictos de Interés y le dicen que no puede volver al sector que ella misma ha regulado.
¿Qué hace? Aceptar ofertas de otro país. Se ha perdido ese talento para España porque no se le ha permitido trabajar aquí. Eso es una barrera de salida. Mucha gente como ella ha tomado conciencia de que, si soy un experto ingeniero de caminos y trabajo en un puesto político dentro del Gobierno, después nunca podré volver a mi sector porque dirán que es incompatible con mi pasado.
No se le puede prohibir volver a ese mismo sector porque entonces no va a venir nunca gente con talento a la política.
¿A usted le ha penalizado pasar por la política?
No quiero entrar en detalles, pero claro. Primero, los ataques de la oposición, eso está descontado. Luego, ataques periodísticos, que alcanzan un nivel en lo personal que no se me había ocurrido nunca. También ataques de la Administración pública y luego ya ataques del propio partido, que tampoco me esperaba cuando me fui.
Son todo barreras de entrada para cualquiera que provenga de fuera de la política.
¿Cree que hay una campaña contra usted en su partido?
No digo nada que no esté ya publicado. Vox está detrás de una campaña con cuentas en Twitter de gente empleada para atacar a los que han pasado por ahí. O que me hayan abierto un expediente por algo absolutamente falso, como queda demostrado y ha quedado enterrado el expediente.
Me han llevado dos veces a Fiscalía por cosas que nunca sucedieron. Hay que entender cómo son los partidos y cómo es la naturaleza humana.
¿Y aun así parece que usted se deja tentar de nuevo por la política?
No voy a volver a un partido político previsiblemente después de lo que he vivido, he visto y estoy viendo. Pero sigo pensando que por encima de estas pequeñeces y miserias de la naturaleza humana está España. Y las comprendo porque entiendo las limitaciones de cada uno. Cuando hay cosas que se pueden mejorar y uno tiene la oportunidad de contribuir con ideas, es una obligación hacerlo.
"Nuestra capacidad adquisitiva está por debajo de 2007. Eso no había pasado desde la Guerra Civil"
Hablábamos antes de la clase política. Pedro Sánchez y Santiago Abascal llevan como líderes de sus respectivos partidos más de diez años. ¿Cree que hace falta una renovación? Sé que son casos distintos. ¿Hay relevo? ¿Hay que establecer límites en los mandatos, no solo en el Gobierno, sino también dentro de los partidos?
No. Que haya límites dentro de los partidos no me parece necesario. Lo que pasa es que no hay democracia interna que permita el relevo. El problema no son los límites, sino que no haya capacidad real de generar internamente una corriente alternativa. Eso es lo que está absolutamente impedido en el partido que yo conozco y en el otro sospecho que también.
Pero Pedro Sánchez se tiene que ir, no porque lleve diez años al frente del PSOE o siete al frente del Gobierno. Podría haber estado 13 como Felipe González. El tema es qué haces durante esos 7 o 13 años. En este Gobierno, desde el primer día ya estaban los compinches del Peugeot llamando a empresas para cobrar comisiones de licitaciones que aún no se habían producido.
En países como Estados Unidos se establece un límite de ocho años.
Los sistemas son diferentes. Ahí tienen un sistema presidencialista. No me parece ni inconstitucional ni inmoral poner unos límites. Aznar apuntó hacia ello. No lo reguló pero sí lo hizo personalmente, pensando que quizás si él daba ejemplo aquello perduraría. Zapatero también estuvo sólo ocho años porque ya se veía con un pie fuera. Y luego Rajoy no llegó a los ocho. Y este presidente va a estar hasta el último minuto del último día del último año que pueda.
Si puede quedarse 16, se queda 16, y si puede quedarse siete y medio, pues siete y medio. Pero el problema no es que se ponga una limitación de mandatos. No estoy en contra, pero ese no es el problema.
Algunos exdiputados dicen que el discurso de Vox en vivienda supone un "giro lepenista" y otros que recuerda a los inicios de Podemos.
Eso lo ha dicho Podemos. Más Madrid para ser exactos. Ha dicho que les han copiado el discurso.
¿Ahí hay un voto que puede conseguir Vox?
Lo que me pregunta abre un debate muy interesante. Vox, o cualquier partido, ¿está para defender ciertas ideas o para ganar votos? Si está para ganar votos, si el que más votos gana es el más legítimo, ¿para qué se fueron los que estaban dentro del PP? Se ganan más votos en el PP que en Vox.
Si se trataba de defender unas ideas diferentes, ¿por qué se justifica el cambio con que hay mucha gente que vota a esas ideas? Girar al estatalismo y a la fantasía de que el Estado puede proveer los bienes y servicios que un país necesita sólo se puede producir en situaciones muy, muy excepcionales. ¿Cuáles? Las que vivió España cuando era un país paupérrimo en los años 40.
Foto: Sara Fernández
Entonces el Estado crea, por ejemplo, una fábrica de coches y la llama Seat, que no competía con marcas privadas. Cuando España afortunadamente se abre al mundo, empiezan a entrar Ford, Opel, Citroën, Peugeot, Nissan… el Estado dice: "Yo ya no puedo competir con quien desde el sector privado hace las cosas mejor que yo". Y esto vale para coches y para casas.
En los años 50, cuando no había ni constructoras ni promotoras, el Estado se ponía a hacer casas. Pero en 2025 pretender que el Estado se ponga a hacer casas es como si se pretende que el Estado se ponga a hacer microchips o vehículos de tracción mecánica. No tiene sentido.
Otra cosa es que el Estado ponga el marco regulatorio necesario para que se vuelvan a hacer casas. Y no parece muy difícil. Terreno hay. Aquí estamos cerca de las cuatro, cinco torres [de la Castellana] y si uno mira hacia el norte ve un descampado gigante sin ningún valor medioambiental.
"No entiendo por qué en algunas manifestaciones de Vox aparecen banderas de España con el escudo recortado"
También hay demanda. Como mínimo para un millón de viviendas, entre otras cosas porque han venido cinco millones de personas nuevas en los últimos años. ¿Sabemos hacer casas? Microchips parece que no, pero tenemos constructoras y promotoras. ¿Hay financiación? España tiene las hipotecas más baratas del mundo.
¿Por qué no hay un millón de viviendas ya en el mercado? Porque los poderes públicos lo impiden, los ayuntamientos especulan con el suelo, ponen una fiscalidad que hace imposible adquirir una vivienda, normativas medioambientales inasumibles para los costes que luego hay que repercutir al comprador.
Todo está diseñado desde el mundo político para impedir que se hagan casas, pero es de los problemas más fáciles de solucionar y depende de la voluntad política.
Jorge Buxadé decía en una entrevista a este periódico precisamente eso, que el suelo está secuestrado por los ayuntamientos y las comunidades autónomas. En esa parte de la política de vivienda entiendo que están de acuerdo.
Cuando utilizas un lenguaje como prohibir la financiación del parque de viviendas —eso está en la proposición de ley de Vox—, dices que la propiedad de la vivienda tiene que estar supeditada a la función social de la misma y que vas a limitar o impedir que se tenga más de una vivienda, estás dando todas las señales de tenerlo todo al revés.
Es no entender cómo funciona el sistema de viviendas. Es hacer exactamente lo que ha hecho la izquierda en estos años, que ha generado un déficit de un millón de viviendas. Profundizar en el error, aunque sea con otro partido, no contribuye en nada a la solución de la vivienda.
Quien abandera este discurso ha sido ascendido apartando a Javier Ortega Smith. Estuvo en la presentación de su 'think tank' y mire ahora dónde está.
No sé si hay causa-consecuencia. Espero que no.
Él ha dicho que "los valores fundacionales del partido no se están cumpliendo". ¿Qué futuro cree que le espera en Vox?
De nuevo, no tengo la bola de cristal, pero le deseo todo lo mejor. Es una persona fundamental en la fundación de Vox. Como ahora hay tanta gente que ha llegado al partido al calor del éxito, no se pueden acordar de lo que no han vivido y del trabajo que hizo Javier cuando Vox no era más que unas siglas sin ningún tipo de apoyo.
De la labor que hizo en los tribunales ejerciendo la acusación popular contra el 1 de octubre en Cataluña, en el Supremo; de la labor que hizo con el tristemente fallecido fiscal general del Estado Maza, al que instigó a perseguir los delitos cometidos el 1 de octubre.
No se pueden acordar de la repercusión mediática que tuvo para un partido que no existía. Nadie se acuerda, o muy poca gente, porque no queda casi nadie de los que empezamos.
Queda Abascal.
Sólo queda Abascal, pero nadie más se acuerda, al parecer, de la travesía del desierto, porque no estaban ahí. De cuáles eran las ideas y las personas que contribuyeron, lideradas indudablemente por Santiago Abascal, a generar un partido donde no lo había y a proponer cosas que nadie más estaba diciendo en ese momento.
Las cosas que dicen ahora sobre la vivienda ya las dice Podemos. Javier fue una pieza indispensable en el crecimiento de Vox y, a título personal, de un enorme valor.
La fe del converso es la más intensa, y últimamente han llegado algunos provenientes de otros partidos o de ningún sitio que tienen que denostar a los que estaban antes y matar al padre. Eso es la política de partidos, desafortunadamente ya también en el partido que venía a ser distinto a todos los demás.
"Hay gente que ha llegado a Vox al calor del éxito y no se acuerdan del trabajo de Ortega Smith, por eso tienen que denostar a los que estaban antes"
¿Cuál es la última vez que ha hablado con Santiago Abascal?
El día que me fui.
¿Cómo se financia Atenea?
Con donaciones particulares. Tenemos una serie de embajadores y gente que pone un poco más de dinero. Gente que le preocupa España y cree que estamos en el camino de proponer las soluciones adecuadas. Por cierto, todos los que lo componemos somos voluntarios. Eso ayuda, es una manera indirecta. Es menos gasto. Toda entidad es un cúmulo de ingresos menos gastos. Si tienes unos mínimos ingresos y no generas mucho gasto, todo se equilibra mucho mejor. Si te dedicas a generar mucho gasto en una fundación, es distinto.
¿Habrá más presentaciones?
Constantemente. Hacemos varias al mes por toda España. La próxima es en Toledo.
- Partido Popular (PP)
- Pedro Sánchez
- VOX
- Santiago Abascal
- Alberto Núñez Feijóo
- Hablando sobre España
- Iván Espinosa de los Monteros