- ALBERTO PAYO
Los expertos subrayan que, ante la incertidumbre y los eventos inesperados, la gestión activa se convierte en brújula que transforma los posibles peligros en oportunidades.
En un contexto de mercados cada vez más volátiles la gestión activa se ha consolidado como una herramienta imprescindible para los inversores. Así lo defendieron los participantes de la segunda mesa redonda del XIII Encuentro de Banca Privada y Gestión de Patrimonio, moderada por Diego Fernández Elices, director de Inversiones en A&G Banco, y compuesta por representantes de Swisscanto, BNY Investments, ODDO BFH y Tikehau Capital.
La conversación arrancó con una reflexión sobre el papel que debe desempeñar la gestión activa frente a la pasiva, un debate que sigue siendo central en la industria. Gonzalo Ramón-Borja, country head de Swisscanto Asset Management, destacó que "no compiten, se complementan", explicando que los índices pasivos permiten replicar de manera eficiente el comportamiento del mercado en condiciones normales, pero que en momentos de estrés, las estrategias activas muestran un rendimiento superior. Según su experiencia, la gestión activa permite no solo ajustar la exposición de la cartera, sino también reaccionar ante acontecimientos inesperados y corregir desviaciones en tiempo real.
Ralph Elder, director general BNY Investments Iberia y Latam, coincidió en que la gestión activa sigue siendo relevante, especialmente en un escenario de múltiples ciclos como el previsto para 2026. La posibilidad de aportar valor en la selección de sectores, identificar oportunidades en small caps y gestionar la ponderación de activos es fundamental para adaptarse a escenarios cambiantes. Leonardo López, country head de ODDO BFH, por su parte, ofreció datos concretos: estudios con medias móviles de tres a cinco años muestran que la gestión activa sí genera valor tangible.
El moderador planteó una cuestión clave que suele generar debates entre profesionales y clientes: "¿Estar en un índice es sinónimo de diversificación?". Christian Rouquerol, cocountry head en Tikehau Capital y head of sales Europe & Latin America, señaló que no necesariamente, ya que existen sesgos estructurales que incrementan la volatilidad y que exponen a la cartera a riesgos que no se perciben a simple vista. Según Rouquerol, la gestión activa permite corregir estos sesgos y optimizar la exposición a sectores o regiones con mayor potencial, evitando que la simple replicación de índices sea un sustituto de la estrategia de inversión pensada y personalizada. La idea central es que la diversificación efectiva requiere una mirada activa, que identifique correlaciones, sobrepeso de determinados valores y exposiciones inadvertidas que un índice por sí solo no controla.
Respecto a los principales riesgos en Bolsa, Elder alertó sobre los cisnes negros, eventos imprevisibles que pueden tener un impacto enorme en los mercados. Sin embargo, los responsables de ODDO BFH y Swisscanto coincidieron en señalar que la complacencia del mercado y el miedo a quedarse fuera (FOMO) son riesgos igualmente relevantes. Gonzalo añadió que la presión social y psicológica de no invertir puede llevar a los inversores a asumir riesgos innecesarios, un fenómeno que se observa especialmente en mercados alcistas prolongados. En tono de broma, comentaron que el término FOMO, tan popular entre los jóvenes, ellos lo llevaban aprendido desde hace años, por las decisiones impulsivas que la experiencia profesional ayuda a moderar.
Uno de los temas más comentados del panel fue la llamada burbuja de la IA. Rouquerol comparó la situación con la burbuja puntocom, aunque destacó diferencias importantes: hoy existe inversión real en infraestructura, como centros de datos y tecnologías que generan productividad tangible, lo que no sucedía hace dos décadas. López añadió que, aunque las valoraciones de algunas compañías tecnológicas son elevadas, seguir invertidos es clave, ya que la innovación tecnológica puede generar crecimiento y beneficios sostenibles a largo plazo. Elder enfatizó que algunas valoraciones son exigentes, pero que muchas de estas empresas ya generan beneficios, y los inversores deben centrarse en identificar catalizadores que podrían llevar a una burbuja futura, sin asumir que necesariamente se repetirá la experiencia de las puntocom. Además, se puso como ejemplo inversiones masivas en infraestructuras, como el centro de datos que Meta construye en Misisipi, que superará el tamaño de Manhattan, lo que evidencia un compromiso tangible con la innovación y no solo especulación.
Sectores de interés
En cuanto a oportunidades sectoriales, los panelistas destacaron que los fondos temáticos permiten identificar tendencias estratégicas que no siempre se reflejan en índices tradicionales. Entre las áreas señaladas se encuentran sostenibilidad, longevidad, digitalización, energía y ciberseguridad. López subrayó el potencial de los sectores Defensa y financiero en Europa, dados los compromisos presupuestarios de los países europeos y la necesidad de modernización tecnológica. Ramón-Borja enfatizó la importancia de mantener un enfoque en sostenibilidad y digitalización, sectores en los que la innovación y la transformación estructural generan retornos atractivos a medio y largo plazo. Asimismo, Rouquerol apuntó que los fondos temáticos, combinados con activos líquidos, permiten capturar tendencias emergentes sin comprometer la flexibilidad de la cartera, y pueden complementar perfectamente la gestión activa tradicional.
El debate también abordó la renta fija, un área que sigue siendo relevante incluso en entornos de tipos bajos. El responsable de Swisscanto señaló que sigue siendo un pilar para inversores conservadores que buscan rendimiento sin asumir riesgos excesivos. El director de Inversiones en A&G Banco indicó que, en la actualidad, la renta fija ofrece rentabilidades positivas por encima de la inflación, lo que la convierte en una alternativa atractiva. Por su parte, Rouquerol señaló que inversores que tradicionalmente se habían centrado en activos monetarios deberían considerar la renta fija para no perder oportunidades, aunque Elder recordó que la volatilidad de estos activos ha aumentado, por lo que es importante gestionarla con disciplina. También se rememoró que 2022 fue un año especialmente complicado para la renta fija y que el principal riesgo sigue siendo la exposición a deuda pública, lo que hace necesaria una gestión activa que evalúe continuamente la composición de la cartera.
En cuanto a ideas de inversión, López destacó la Bolsa americana como un componente esencial en cualquier cartera, dado su dinamismo y la rotación observada en los últimos años. A su parecer, una gestión activa de calidad permite superar sistemáticamente los índices mediante estrategias momentum, optimizando el rendimiento sin asumir riesgos desmedidos.
La opinión de Elder fue que la diversificación es una herramienta para suavizar la volatilidad. Así mencionó que el sector salud representa la mayor parte de su cartera, un reflejo de cómo la gestión activa permite equilibrar crecimiento y estabilidad. Por otro lado, Ramón-Borja mencionó bonos high yield, activos reales y mercados emergentes como alternativas que combinan retorno y diversificación, mientras Rouquerol destacó los fondos evergreen semilíquidos como vehículo para exponerse a tendencias estratégicas sin perder flexibilidad. A modo de cierre, Fernández despertó la sonrisa del público al comparar un buen asesor de inversiones con contar con un médico de cabecera, enfatizando la importancia de acompañamiento personalizado para decisiones estratégicas, especialmente en entornos muy volátiles.
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