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Momento de la salida de la Virgen de la Piedad desde su casa hermandad. Migue Fernández La Hermandad de la Piedad de Málaga celebrará una procesión extraordinaria por su centenario: esta es la fechaEl 8 de mayo del próximo año se presentarán los actos por este aniversario de la cofradía del barrio de El Molinillo
Málaga
Viernes, 19 de diciembre 2025, 12:09
... las salidas, fuera de las fechas de culto externo de regla, del Crucificado de Hermandad y Caridad del Puerto de la Torre por el 25.º aniversario de su bendición –en breve se indicará el día–, Cristo del Santo Traslado, el 7 de noviembre, para proclamar los 75 años de su bendición, y del Nazareno de la Pasión, una semana después, el 14 de noviembre, por el cincuentenario de la bendición de la imagen de Ortega Bru. Pero la agenda de extraordinarias autorizadas por la Iglesia malagueña se extiende también a 2027, ya que el 2 de octubre de ese año saldrá el Señor de los Pasos de la Cofradía del Rocío con ocasión del 50.º aniversario de su bendición, y ahora se ha sumado otro icono devocional a la lista de procesiones conmemorativas, la Virgen de la Piedad.El motivo de este culto externo extraordinario no es otro que la culminación del siglo de historia de la corporación, entidad nazarena que fue erigida canónicamente el 11 de junio de 1926. Por tanto, la efeméride comenzará a celebrarse en la primavera de 2026 y finalizará coincidiendo con la misma estación, pero del año siguiente. «El Obispado de Málaga ha aprobado el dossier conmemorativo del Centenario de la Real Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad», ha señalado la cofradía este viernes.
La apertura de este aniversario se producirá el viernes 8 de mayo de 2026 con la presentación oficial de los actos programados, que se desarrollará en la sede de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, y la clausura será el sábado 12 de junio de 2027 con la procesión extraordinaria de la Virgen de la Piedad, obra de Francisco Palma Burgos, de 1941.
Historia
El 11 de junio de 1926 quedó constituida la Hermandad de la Piedad, conocida también como la de 'los Carteros', gremio vinculado a esta entidad nazarena desde los orígenes. Sin aún conocer el momento iconográfico, los fundadores atendieron a la sugerencia del escultor Francisco Palma García, quien frecuentaba una tertulia que se celebraba en el céntrico Café Madrid, donde acudían también algunos de los responsables de la hermandad. Conocida la iniciativa, Palma García dibujó el esquema compositivo que, con posterioridad, siguió en su obra, el cual fue plasmado seguidamente en una terracota policromada. Corría el año 1928 cuando se presentó la maqueta en su casa-taller de la calle Cobertizo del Conde, muy cerca de la plaza de la Merced. Desde ese mismo instante, el artista recibió el refrendo de los asistentes.
Hecho efectivo el encargo de forma oficial, el imaginero comenzó a modelar el grupo escultórico. Para recrear los rostros de la Dolorosa y del Señor, utilizó como modelos a su esposa, Purificación Burgos Fernández, y a un amigo personal, Manuel Gil Aceituno.
Concluidas las imágenes –contó con la colaboración de su operario Juan Ramos, tallista granadino–, se bendijeron el 17 de marzo de 1929 en la iglesia de la Merced. El resultado fue un equilibrado conjunto, en el que María, representada en una edad madura, acoge en su regazo el cuerpo sin vida de su Hijo. Llamaba poderosamente la atención el tratamiento de los ropajes tallados de la Dolorosa, simulando efectos pétreos, y la excelente anatomía del Redentor, sin estridencias. En este sentido, no cabe duda de que Palma García bebía de las fuentes de Pedro de Mena, como así se apreciaba en la resolución del perizoma, ceñido con una soga que dejaba al descubierto las caderas, tal y como ocurría en el primitivo Crucificado de la Buena Muerte.
Con la destrucción del templo de la Merced, en 1931, pereció el grupo y su trono, diseñado igualmente por Palma García, con talla de Francisco Silva. De estos trágicos sucesos, tan solo se logró rescatar el brazo derecho del Cristo y parte del pie diestro de la Virgen. Gracias a que el escultor conservó el modelo original de escayola, su hijo, Francisco Palma Burgos, pudo reproducir la obra después de la muerte del maestro, mediante el método de sacado de punto, incorporando las piezas salvadas al nuevo conjunto escultórico.
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