Si alguna vez esto fue normal, lo cierto es que, a día de hoy, el 25 de diciembre de 2025 ha sido algo completamente excepcional: no solo hablamos el día más frío de 2025, hablamos de la Navidad más fría en más de 15 años; hablamos de cotas de nieve a 500 metros y termómetros a -6ºC en media España. Pese a que los avisos han sido limitados, son palabras mayores.
¿Qué ha pasado realmente? Algo muy sencillo, en realidad: una combinación de aire polar y precipitaciones en el este. Es el resultado del bloqueo atmosférico al norte con el consiguiente desvío de masas de aire frío hacia nuestras latitudes (y de las sucesivas llegadas de borrascas del oeste vinculadas también a ese bloqueo).
Sea como sea, el resultado es el mismo: unos días gélidos, con heladas en el interior y la montaña, nieve en cotas bajas y problemas en una treintena de carreteras.
Y, claro, como ocurre habitualmente, mientras nosotros nos fijamos en la 'nieve', el riesgo real se fija en el hielo. La suma de heladas nocturnas y humedad genera placas invisibles en carreteras secundarias y puertos de montaña. Eso en un periodo de altísima movilidad (como la Navidad) es una bomba de relojería.
En Xataka
España entra en "bloqueo escandinavo" según AEMET y eso solo significa una cosa: una Navidad pasada por frío y nieve
La cuestión de fondo, de todas formas, es otra. Ya sabemos que un día a -6 grados no es suficiente para que hablemos de ola de frío. Y, sin embargo, la sensación social es clara: en un marco climático tendente a que esto sea cada vez más raro, un episodio frío de este tipo empieza a ser muy llamativo.
Pero, ¿qué vendrá después? La respuesta, según los modelos disponibles, es que el frío "pierda mordida"; pero las mínimas van a seguir bajas por lo que el riesgo de heladas no va a disminuir. Por su lado, durante el fin de semana, la inestabilidad aguantará algo más en el Mediterráne y la costa atlántica andaluza.
Luego vendrá la Noche Vieja, otro de esos "días grandes" en movilidad. Ahí también esperamos más frío del normal en casi toda España (menos en Canarias). En cambio, no se esperan grandes lluvias.
Enero está aún muy lejos para saber qué ocurrirá a ciencia cierta.
Algo a lo que no estamos acostumbrados. No hay que olvidar que la navidad de 2023 fue muy templada; la de 2022 la pasamos casi en manga corta con "valores dentro del percentil 95%: es decir, podrían darse temperaturas en el rango del 5% de temperaturas más altas del registro para la fecha". Y que 2021 se cerró con temperaturas de hasta 25 grados en sitios como el aeropuerto de Bilbao.
Lo normal, últimamente, es un diciembre cada vez más cálido en un contexto de años cada vez más cálidos. Así que más vale que disfrutemos, no parece que este frío vaya a ser algo habitual en los próximos años.
Imagen | ECMWF
En Xataka | La Niña va a ser meteorológicamente "menos intensa" de lo que esperábamos. Y eso en realidad esconde un problema
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La noticia
La pregunta que se hace AEMET ahora mismo es clara: ¿qué viene después de la Navidad más fría en 15 años?
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Xataka
por
Javier Jiménez
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La pregunta que se hace AEMET ahora mismo es clara: ¿qué viene después de la Navidad más fría en 15 años?
Tras muchas Navidades "en manga corta", 2025 nos está sorprendiendo. La clave está en los próximos días
Si alguna vez esto fue normal, lo cierto es que, a día de hoy, el 25 de diciembre de 2025 ha sido algo completamente excepcional: no solo hablamos el día más frío de 2025, hablamos de la Navidad más fría en más de 15 años; hablamos de cotas de nieve a 500 metros y termómetros a -6ºC en media España. Pese a que los avisos han sido limitados, son palabras mayores.
¿Qué ha pasado realmente? Algo muy sencillo, en realidad: una combinación de aire polar y precipitaciones en el este. Es el resultado del bloqueo atmosférico al norte con el consiguiente desvío de masas de aire frío hacia nuestras latitudes (y de las sucesivas llegadas de borrascas del oeste vinculadas también a ese bloqueo).
Sea como sea, el resultado es el mismo: unos días gélidos, con heladas en el interior y la montaña, nieve en cotas bajas y problemas en una treintena de carreteras.
Y, claro, como ocurre habitualmente, mientras nosotros nos fijamos en la 'nieve', el riesgo real se fija en el hielo. La suma de heladas nocturnas y humedad genera placas invisibles en carreteras secundarias y puertos de montaña. Eso en un periodo de altísima movilidad (como la Navidad) es una bomba de relojería.
La cuestión de fondo, de todas formas, es otra. Ya sabemos que un día a -6 grados no es suficiente para que hablemos de ola de frío. Y, sin embargo, la sensación social es clara: en un marco climático tendente a que esto sea cada vez más raro, un episodio frío de este tipo empieza a ser muy llamativo.
Pero, ¿qué vendrá después? La respuesta, según los modelos disponibles, es que el frío "pierda mordida"; pero las mínimas van a seguir bajas por lo que el riesgo de heladas no va a disminuir. Por su lado, durante el fin de semana, la inestabilidad aguantará algo más en el Mediterráne y la costa atlántica andaluza.
Luego vendrá la Noche Vieja, otro de esos "días grandes" en movilidad. Ahí también esperamos más frío del normal en casi toda España (menos en Canarias). En cambio, no se esperan grandes lluvias.
Enero está aún muy lejos para saber qué ocurrirá a ciencia cierta.
Algo a lo que no estamos acostumbrados. No hay que olvidar que la navidad de 2023 fue muy templada; la de 2022 la pasamos casi en manga corta con "valores dentro del percentil 95%: es decir, podrían darse temperaturas en el rango del 5% de temperaturas más altas del registro para la fecha". Y que 2021 se cerró con temperaturas de hasta 25 grados en sitios como el aeropuerto de Bilbao.