Federico Romero Hernández
JURISTA
Sábado, 20 de diciembre 2025, 01:00
... han hecho pensar en los espacios de intransferibilidad que cada persona tenemos, es decir, en aquel reducto que nos pertenece, de tal manera, que no podemos transmitir, porque genuina e irrenunciablemente es nuestro, queramos o no. La primera ha tenido especial difusión mediática en aquel sector de la población que no solo les pide a las películas entretenimiento, sino asuntos que nos hagan pensar, y que ha merecido la atención de los creyentes. A ello ha contribuido quizás el hecho de haber sido dirigida por una mujer que ha dicho que no es creyente, pero que ha tratado el difícil asunto de la vocación religiosa con un gran respeto y sobriedad. Puede que ese tratamiento riguroso y correcto de 'Los Domingos' por su directora, Alauda Ruiz de Azúa, sea insólito, por su estado de personal increencia, pero también es cierto que el film tiene bastantes valores puramente cinematográficos, tal como ha reconocido la prensa. Vaya por delante mi personal aprecio a ambas cualidades en su forma de expresión y en su contenido. También es un valor añadido que, cuando en el ambiente de indiferencia que nos rodea el tema de la trascendencia del hombre sea tan poco afrontado, algunas películas se ocupen de tal dimensión y lo hagan con solvencia.La vida conventual puede que resulte certeramente definida, pero con una frialdad poco expresiva de esa Presencia que suscita la determinación de la entrega absoluta y alegre de toda una vida. Reconozco que mostrar esa forma de amor silencioso y absoluto resulta muy difícil. Así como el amor humano no lo es tanto, pues permite, aunque sea de forma indirecta, con palabras y miradas, y hasta la expresión exterior de los silencios -sobre todo si es un amor sensible- el amor sobrenatural, el amor de Dios, que no solo se desenvuelve en los retiros conventuales y monacales, sino en medio del mundo, el amor por Alguien al que nadie ha visto ni oído, solo tiene posibilidad de expresarse gracias a su encarnación en Cristo. Y Dios mismo nos ha dicho que solo es reconocible por medio de los frutos de amor a los demás hombres. Y eso necesitaría toda una serie. No hay una forma de decirlo más rápida y certera de Jesucristo que lo dicho en los Hechos de los Apóstoles: «pasó haciendo el Bien».
El amor de verdad a Dios y a nuestros hermanos es el don más precioso de nuestra vida
El otro film que he empezado a comentar, en cuanto a aquello que es intransferible, podría decirse que anda a caballo entre la categoría de película de 'Horror' y la de 'Ciencia-ficción'. Confieso que no soy precisamente un fan de esos géneros y que muy pocas películas de esa clase me han gustado. En este caso, lo horrible de la película 'La acompañante' no reside en la abundancia de violencia y de sangre (o salsa de tomate), a lo Tarantino -que también la hay-, sino que la ficción puede llegar a ser realidad. La película de Drew Hancock no ha tenido malas críticas. Incluso trufada de gags graciosos, puede resultar hasta divertida. No quiero ser un spoiler, pero para hablar de ella es necesario contar algo de su argumento. La muerte de un excéntrico multimillonario que ha invitado a sus escasos amigos a su finca, durante un fin de semana, nos hace descubrir que, en las dos parejas invitadas, la acompañante protagonista, y el acompañante de la otra pareja, son robots alquilados a una Compañía que explota este negocio. Sin contar su argumento, en muchos momentos su realismo es tal, que se olvida de que los acompañantes no son más que robots y que han sido 'fabricados' para estar fielmente enamorados de su 'pagador', por así decirlo, aunque parezca un amor real.
El amor de verdad a Dios y a nuestros hermanos es el don más precioso de nuestra vida. Pero el modo de expresarse en cada amante y en la relación amorosa es intransferible e imposible de reflejar en un robot, que es artificial por su naturaleza. ¡FELIZ Y ENAMORADA NAVIDAD!
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Iniciar sesión Más información¿Tienes una suscripción? Inicia sesión