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Los diez mejores discos internacionales de 2025, según los críticos de ABC

Los diez mejores discos internacionales de 2025, según los críticos de ABC
Artículo Completo 3,308 palabras
Un año más, la tradición manda y los críticos de ABC han elegido los que, en su opinión y mediante la pertinente votación –democracia hasta en el pop y el folclore–, han sido los diez mejores diez discos nacionales de 2025. En la elaboración de esta clasificación han participado Fernando Pérez, Israel Viana, Fernando Rojo, Javier Villuendas, María Alcaraz, María Carbajo, Luigi Gómez, Carlos G. Fernández, Jesús Lillo, Juan Roig, Nacho Serrano y Andrés Castaño.Bad Bunny 1. 'DeBÍ TiRAR MáS FOToS'«Lo revienta Benito, que incluso pervierte el reguetón» Discográfica: Rimas Entertaiment Por Jesús LilloPese a tratarse una obra de fuerte vocación nacionalista y no menor exhibicionismo identitario, 'Debí tirar más fotos' es la apuesta más globalista realizada hasta ahora por Bad Bunny, que juega al despiste con las raíces híbridas de un folclore patrio -forjado dentro y fuera de las fronteras de Puerto Rico, contaminado de ritmos prestados, polinizados a la buena de Dios y del viento- aquí sometido a su entero capricho, que pasa por cambiar de velocidad, yuxtaponer géneros, sintetizar bases y cantar por encima de todo eso unas cosas tan bonitas y bien escritas que ponen en evidencia a los letristas de este lado del océano. Lo revienta Benito, que incluso pervierte un reguetón tratado ya con el respeto con que manosea y babea un clasicismo contrahecho, asonante y remezclado. Como al Medoro Madera que Rubén Blades se saca de la manga para de vez en cuando hacerse cubano, pureza absoluta, a Bad Bunny no le hubiera resultado difícil -le sobra conocimiento- fabricar un disco de salsa neoyorquina y receta puertorriqueña, patentada hace ya medio siglo. Mejor probar sonido y someter a examen la tolerancia del público anglosajón a su cada vez más sofisticada y académica bellaquera. Sin llegar a la experimentalidad de la 'Playa negra' de Gabriel Ríos y la primera parte de las 'Piedras' de Nicolas Jaar, Benito da un pasito p'alante y otro p'atrás para no perder la chispa mientras reeduca a su público: al del reguetón con una producción electrónica más que avanzada y depurada, y al norteamericano, con un lección de prehistoria del perreo, galante y de salón. Quizás identitario y todo lo que quiera, Bad Bunny no se pone aquí fronteras: se va de verga, por México, y llega hasta Jarabe de Palo, por un beso de la flaca.John Maus 2. 'Later Than You Think'«En el peor momento de su vida ha publicado el mejor álbum de su carrera» Discográfica: Young Por Israel VianaEs probable que en el peor momento de su vida John Maus haya publicado el mejor álbum de su carrera. Siete años ha necesitado el compositor estadounidense para ponerle buena cara al mal tiempo. A principios de 2018 publicó 'Addendum', se casó con el amor de su vida y salió de gira por primera vez con una banda en la que, además, incorporó a su hermano Joe al bajo. ¿Qué podía salir mal? El mundo le sonreía y la crítica le elogiaba. Pero entonces, todo se desmoronó. Joe murió repentinamente. Días después falleció su tío, un padre para él, y a continuación, su tía. La ansiedad acabó con su matrimonio y, cuando empezaba a sacar cabeza, fue cazado por las cámaras en Washington D.C. durante el asalto al Capitolio. ¡Cuidado, no en el Capitolio! Según explicó, había quedado en las inmediaciones para hablar sobre la música que estaba componiendo para la nueva película de Alex Moyer y se encontraron con los disturbios. Decidió acompañar a la directora a filmar algunas imágenes y se fueron antes de que todo se saliera de control. Nadie le creyó y llegaron las primeras cancelaciones de festivales. La depresión hizo que se recluyera en su casa y, milagro, compuso su disco más luminoso hasta la fecha. «Reconstruye tu vida», tal y como canta en el tercer tema de este 'Later Than You Think' que te atraviesa con sus contagiosas líneas de bajo, sus sencillas melodías y un pequeño puñado de versos que repite en cada uno de los 16 cortes como si de un cantaor de pop jondo se tratara. Maus –licenciado en música experimental por la Universidad de California– lleva lo que ya hacía bien al siguiente nivel, recorriendo con la cabeza bien alta el camino abierto antaño por bandas como Kraftwerk o New Order. 'Because We Built It', 'Disappears', 'Came & Got', 'Out Of Time', 'Let Me Through', pequeños tesoros como 'Shout', 'Tonight', 'Losing Your Mind'... Casi todo en este disco es como un rayo de luz abriéndose paso en la oscuridad, y espero que te ilumine.Baxter Dury 3. 'Allbarone'«Siempre perverso y ahora pervertido, Baxter no defrauda» Discográfica: Heavenly Por Jesús LilloQue el talento musical no se hereda -a los Strauss hay que darles de comer aparte- lo confirman Jakob Dylan, Sean Lennon o Kiko Rivera. Lo de Baxter Dury es otra cosa. En nada se parece a su padre, el de 'Spasticus Autisticus'. Comenzó como un cantautor con pretensiones y con cada disco ha cambiado de registro, hasta desembocar en un 'Allbarone' en el que se transforma en una perra 'electroclashera' sacada de un antro de hace un cuarto de siglo -soberbia la pieza homónima que abre el álbum- y en el que sin dejar de lado la distorsión vocal y los sintetizadores parece seguir el rastro de Gainsbourg allí donde lo dejó el galán francés. Se rodea de jovencitas, tira de lujuria y desvergüenza y renace, otra vez, como en cada trabajo, para empezar de cero. Siempre perverso y ahora pervertido, Baxter no defrauda.Horsegirl 4. 'Phonetics on and on'«Es una gozosa golosina indie que quiere ocultar sus influencias» Discográfica: Matador Por Fernando PérezAbrigo y guarida, el segundo disco del jovencísimo trío femenino de Chicago se ha convertido en las últimas semanas en el antídoto perfecto para un agotador epílogo invernal de lluvias bíblicas y precipitaciones al abismo. Cálido e ingrávido, juguetón y magnético, milimétricamente destartalado, 'Phonetics On and On' es una gozosa golosina indie que no puede ni quiere ocultar sus influencias (Yo La Tengo, The Raincoats, The Feelies, The Moldy Peaches, The Evens... la lista tras los puntos suspensivos podría ser kilométrica), pero que trasciende el ejercicio de puro mimetismo y nostalgia con el sugerente contraste que crean la combinación de las guitarras tensas y desnudas con las armonías vocales adorablemente naifs (a la emoción por la fonética) y el aire desapasionado y casi mecánico con el que Penelope Lowenstein despacha unos textos que exploran con eficaz sencillez ('we have so many mistakes to make') en esa desconcertante travesía de descubrimientos y extravíos que lleva hacia el pantanoso territorio de la madurez. Apenas queda rastro aquí de la distorsión enmarañada de su apreciable pero muy genérico debut de hace tres años, 'Versions of Modern Performance'. Este segundo intento es un gigantesco salto adelante desde un trampolín minúsculo en el que tiene mucho que ver la producción de Cate Le Bon. Sin sacrificar la espontaneidad, la galesa consigue dar cuerpo y consistencia a un sonido orgánico y aparentemente austero, un esqueleto flexible en el que se van acumulando pequeños y deliciosos descubrimientos en cada nueva escucha, anticipando que seguiremos atrapados durante muchos muchos meses en este inesperado y acogedor refugio estacional.Bon Iver 5. 'SABLE, fABLE'«Interesantísimo artefacto el del antiguo rey Midas del pop cerebral» Discográfica: Jagjaguwar Por Carlos G. FernándezInteresantísimo artefacto nos acerca esta vez el señor Vernon, antiguo rey Midas del pop cerebral (o de los artistas pop que querían petarlo también en el trozo de pastel de aquello llamado indie, con éxito). Quienes ya le conocieran, verán trozos de toda su carrera aquí, mil sonidos, pero casi todo el rato sorprendentemente limpios, directos, sin vuelta de hoja: hay unas guitarras perfectas (eso sí, en un estéreo espectacular) y unas baterías demasiado simples, como de niños, e incluso su voz, la voz famosa por ser mil coros en tromba, prácticamente limpia y sola. Y todo esto viniendo de alguien que se especializó en retorcerlo todo, en hacerse críptico, especialmente en ese tercer álbum que fue un aparente tiro en el pie, escondiendo melodías bien preciosas en una tormenta digital que a muchos nos asustó. Y aquí hay, sin perder la aparente sencillez (en realidad complicadísima), sonidos casi Nashville, otros casi Jackson-Five, guitarras submarinas como las de Mk.gee, coros juguetones hiphoperos, una pulsión casi infantil por redescubrir la música, hacerse el tonto, el naíf, el puro, olvidar todos los plugins, los cacharros y las capas del disfraz. Y nosotros con él, pues nos enseña a coger nuestra expectativa, quitarle también los artificios, y dejarnos atravesar por lo mejor de la música.Natalia Lafourcade 6. 'Cancionera'«Una delicia de 14 temas grabados con mucho gusto y que transmiten paz» Discográfica: Sony Por María CarbajoVuelve la de Veracruz tras su triunfal trabajo anterior ('De todas las flores' 2022) y se sumerge de lleno en la música tradicional de su tierra. Una apuesta que puede provocar cierto recelo a priori pero que resulta en una delicia de 14 temas grabados con mucho gusto y que transmiten paz. Es un disco para escuchar por la noche, con una luz tenue y una copa de vino. Ella está inmensa y las canciones (paridas mano a mano con su ya inseparable Adan Jodorowsky, amén de algún clásico mexicano reinterpretado), con vientos, cuerdas y percusiones componen un viaje que es totalmente opuesto al aburrimiento que pudiera suscitar la idea. El único pero, la intro instrumental de cinco minutacos que, aunque bonita, puede hacer bajarse del carro a más de uno. No lo hagas y pasa a la segunda pista, te llevarás una grata sorpresa. La mezcla de culturas del dueto con Israel Fernández ('Amor clandestino') merece mención. Un disco bonito de verdad.Geese 7. 'Getting Killed'«El disco mejora con cada escucha y te devuelve la fe en el rock» Discográfica: Partisan / Play it again Sam Por Juan RoigEn un mundo donde el rock suena cada vez más a tópico y reiterativo, es fácil perder la esperanza de encontrar grupos que lo hagan sonar fresco y enérgico una vez más. Es por ello que cuando sale algún proyecto con un sonido reminiscente a los buenos viejos tiempos –como Greta Van Fleet en inglés o Arde Bogotá en español–, los nostálgicos se aferren a ellos como clavos ardiendo, aunque las bandas sean una sombra caricaturesca de lo que emulan. Es difícil tener como referencias a los grandes sin caer en un sonido similar, sumando al tedio en un mar de mediocridad, pero cuatro chavales de Brooklyn lo han conseguido. Sí, en la voz están Mick Jagger y Thom Yorke, pero también Jeff Magnum de Neutral Milk Hotel, así como en las letras, crípticas y evocadoras a partes iguales. Además, saben tocar sus instrumentos y se nota que se compenetran con sus transiciones y por el sonido que solo pueden dar horas de jams juntos. También queda patente su fuerza creativa que, junto con el déficit de atención Gen Z, a veces se puede convertir en una cacofonía de sonidos y de ideas. Aún así, si te subes a la ola, el disco mejora con cada escucha y, lo mejor de todo, te devuelve la fe en que el rock no ha muerto.Ela Minus 8. 'DÍA'«Explora la capacidad expresiva de la electrónica en la cultura popular» Discográfica: Domino Por Andrés CastañoLa colombiana Gabriela Jimeno Caldas, conocida como Ela Minus, indaga en las posibilidades melódicas de los sintetizadores y la cacharrería del universo electrónico (samplers, cajas de ritmos,…). Nos sorprendió con su primer album 'acts of rebellion' (Domino, 2020), definido como 'bright music for dark times', situándose en los márgenes del IDM y el synthpop. Con 'Día', su propuesta se consolida en lo conceptual (versa sobre el devenir) y explora la capacidad expresiva de la electrónica en la cultura popular. Todo fluye divinamente desde esa inicial 'Abrir Monte' hasta el cierre mágico de 'Combat'. Contribuye tener en la producción a Marta Salogni (Björk, Depeche Mode, Bon Iver, Black Midi, Sampha, Romy, Porridge Radio,…). Conquista con su forma de crear texturas ('Idols'), o experimentar ('IDK', 'QQQQ', 'Onwards' o 'I want to be better'). 'Broken' es el hit más claro pero 'Día' suena robusto, manifiesta una intensidad salvaje y eleva la electrónica a los cielos. No es un disco de electrónica de club, pero menuda manera de hacer bailar a tu cerebro.Stereolab 9. 'Instant Holograms On Metal Film'«Su hipnótica maquinaria no chirría ni se atasca tras quince años de parón» Discográfica: Duophonic UHF / Warp Por Fernando PérezMirando de reojo al metrónomo, suspendidos y absortos en su propio tiempo y espacio, en un lugar indeterminado de un futuro aún por definir, Stereolab ya eran una completa anomalía en unos años 90 en los que parecía imposible escapar del magma de las etiquetas generacionales y los moldes estilísticos. Las modas se marchitan, el estilo es perenne. Por eso su hipnótica maquinaria no chirría ni se atasca tras quince años de parón. No hay nostalgia ni autocomplacencia en una estupenda reaparición en la que todo sigue sonando como si hoy fuera ayer y al mismo tiempo ya estuviera a punto de romper un nuevo día. Las numerosas y variadas piezas de su 'patchwork' no cambian. La elegancia lounge, el mecanicismo repetitivo del krautrock, el corazón del pop francés, el magma ruidista velvetiano, la experimentación electrónica y la cacharrería 'vintage' se unen en exploraciones imprevisibles, pequeñas sinfonías de probada capacidad magnética que cambian de forma y de idea sin que la propuesta pierda nunca su reconocible e inmutable esencia. 'Instant Holograms on Metal Film' es un regreso convincente para los seguidores de primera hora y una oportunidad para añadir nuevos adeptos a una banda cuyo culto se ha agrandado con el tiempo (sorprende su millón de oyentes en Spotify). No hay demasiados argumentos nuevos para captar a los que siempre encontraron un punto de afectación y pretenciosidad en sus bucles infinitos (sensación subrayada con esa desgana tan genuinamente 'indie' que se gasta Laetitia Sadier) y cierta impostura en la militancia marxista de la banda (heredada de los reivindicables McCarthy, el proyecto en el que Tim Gane y Sadier coincidieron por primera vez). Pero aunque no se desgañiten ni alcen airados su puño, proclamas como «la avaricia es un agujero insaciable» o «la economía de guerra es violentamente inviolable, suprime toda inteligencia que entre en conflicto» resultan especialmente pertinentes en estos tiempos de confusión y regresión y confirman que el reino de Stereolab, aunque suspendido en el espacio y en el tiempo, siempre fue de este mundo.Richard Dawson 10. 'End Of The Middle'«Como si Jeff Mangum y Jeff Buckley se hubieran fusionado en un cantautor amigo» Discográfica: Domino Por Javier VilluendasLa pretensión de este 'End Of The Middle' del neocastrense Richard Dawson, de conveniente genitilicio para su práctica musical, es como la de aquella obra maestra del tebeo llamado 'Here', que enfocaba en todas sus páginas el mismo rincón de una casa durante generaciones (e incluso antes de la edificación, como tierra descampada con sus dinosaurios y monetes), para contar la vida desde lo doméstico y hacer la de 'de lo local a lo universal'. Así, en 'Gondola' canta sobre una anciana británica alcohólica y corroída por no haber ido jamás a Venecia y que se apremia a «crear recuerdos antes de que sea demasiado tarde», pequeños grandes sueños «bajo el puente de Rialto acurrucados en una góndola» que luego la generación sin futuro cumplió sin despeinarse en un Ryanair infame también existencial al luego tener que volver al piso compartido a sus 40 años, cero hijos, cero casas, cero euros en el banco. Esta y otras joyas acústicas, de folk arpegiado, labran la tierra sonora de este álbum de título antiEdmundo Bal, un 'End Of The Middle' que es un cofre de tesoros y emoción como si los Jeffs (pues Robert posee el cante-cabra de Jeff Mangum, de Neutral Milk Hotel, y los quiebros castratados de Jeff Buckley) se hubieran fusionado en un cantautor amigo de los arreglos disonantes y ruidosos, ya sean de guitarra, trompeta o piano, y una voz que sublima lo que toca y te ablanda como si casi llorara. La vuelta de un artista especial, entre lo mejor de su discografía, que siempre raya a gran nivel, y en donde regresa al folk élfico tras sus escarceos con el rock y justo tras la machada de 'The Ruby Cord', con aquella canción de 40 minutos que eran varias y Vic Chesnutt siempre ahí y aquí, en todo su esplendor melancólico. Mejor aquí, más concentrado. O no. En el desparrame brilla igual o más. Un disco ortodoxo de un músico heterodoxo por místico y jondo.

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Un año más, la tradición manda y los críticos de ABC han elegido los que, en su opinión y mediante la pertinente votación –democracia hasta en el pop y el folclore–, han sido los diez mejores diez discos nacionales de 2025. En la elaboración de ... esta clasificación han participado Fernando Pérez, Israel Viana, Fernando Rojo, Javier Villuendas, María Alcaraz, María Carbajo, Luigi Gómez, Carlos G. Fernández, Jesús Lillo, Juan Roig, Nacho Serrano y Andrés Castaño.

«Lo revienta Benito, que incluso pervierte el reguetón»

Discográfica: Rimas Entertaiment

Por Jesús Lillo

Pese a tratarse una obra de fuerte vocación nacionalista y no menor exhibicionismo identitario, 'Debí tirar más fotos' es la apuesta más globalista realizada hasta ahora por Bad Bunny, que juega al despiste con las raíces híbridas de un folclore patrio -forjado dentro y fuera de las fronteras de Puerto Rico, contaminado de ritmos prestados, polinizados a la buena de Dios y del viento- aquí sometido a su entero capricho, que pasa por cambiar de velocidad, yuxtaponer géneros, sintetizar bases y cantar por encima de todo eso unas cosas tan bonitas y bien escritas que ponen en evidencia a los letristas de este lado del océano. Lo revienta Benito, que incluso pervierte un reguetón tratado ya con el respeto con que manosea y babea un clasicismo contrahecho, asonante y remezclado. Como al Medoro Madera que Rubén Blades se saca de la manga para de vez en cuando hacerse cubano, pureza absoluta, a Bad Bunny no le hubiera resultado difícil -le sobra conocimiento- fabricar un disco de salsa neoyorquina y receta puertorriqueña, patentada hace ya medio siglo. Mejor probar sonido y someter a examen la tolerancia del público anglosajón a su cada vez más sofisticada y académica bellaquera. Sin llegar a la experimentalidad de la 'Playa negra' de Gabriel Ríos y la primera parte de las 'Piedras' de Nicolas Jaar, Benito da un pasito p'alante y otro p'atrás para no perder la chispa mientras reeduca a su público: al del reguetón con una producción electrónica más que avanzada y depurada, y al norteamericano, con un lección de prehistoria del perreo, galante y de salón. Quizás identitario y todo lo que quiera, Bad Bunny no se pone aquí fronteras: se va de verga, por México, y llega hasta Jarabe de Palo, por un beso de la flaca.

John Maus

2. 'Later Than You Think'

«En el peor momento de su vida ha publicado el mejor álbum de su carrera»

Discográfica: Young

Por Israel Viana

Es probable que en el peor momento de su vida John Maus haya publicado el mejor álbum de su carrera. Siete años ha necesitado el compositor estadounidense para ponerle buena cara al mal tiempo. A principios de 2018 publicó 'Addendum', se casó con el amor de su vida y salió de gira por primera vez con una banda en la que, además, incorporó a su hermano Joe al bajo. ¿Qué podía salir mal? El mundo le sonreía y la crítica le elogiaba. Pero entonces, todo se desmoronó. Joe murió repentinamente. Días después falleció su tío, un padre para él, y a continuación, su tía. La ansiedad acabó con su matrimonio y, cuando empezaba a sacar cabeza, fue cazado por las cámaras en Washington D.C. durante el asalto al Capitolio. ¡Cuidado, no en el Capitolio! Según explicó, había quedado en las inmediaciones para hablar sobre la música que estaba componiendo para la nueva película de Alex Moyer y se encontraron con los disturbios. Decidió acompañar a la directora a filmar algunas imágenes y se fueron antes de que todo se saliera de control. Nadie le creyó y llegaron las primeras cancelaciones de festivales. La depresión hizo que se recluyera en su casa y, milagro, compuso su disco más luminoso hasta la fecha. «Reconstruye tu vida», tal y como canta en el tercer tema de este 'Later Than You Think' que te atraviesa con sus contagiosas líneas de bajo, sus sencillas melodías y un pequeño puñado de versos que repite en cada uno de los 16 cortes como si de un cantaor de pop jondo se tratara. Maus –licenciado en música experimental por la Universidad de California– lleva lo que ya hacía bien al siguiente nivel, recorriendo con la cabeza bien alta el camino abierto antaño por bandas como Kraftwerk o New Order. 'Because We Built It', 'Disappears', 'Came & Got', 'Out Of Time', 'Let Me Through', pequeños tesoros como 'Shout', 'Tonight', 'Losing Your Mind'... Casi todo en este disco es como un rayo de luz abriéndose paso en la oscuridad, y espero que te ilumine.

Baxter Dury

3. 'Allbarone'

«Siempre perverso y ahora pervertido, Baxter no defrauda»

Discográfica: Heavenly

Por Jesús Lillo

Que el talento musical no se hereda -a los Strauss hay que darles de comer aparte- lo confirman Jakob Dylan, Sean Lennon o Kiko Rivera. Lo de Baxter Dury es otra cosa. En nada se parece a su padre, el de 'Spasticus Autisticus'. Comenzó como un cantautor con pretensiones y con cada disco ha cambiado de registro, hasta desembocar en un 'Allbarone' en el que se transforma en una perra 'electroclashera' sacada de un antro de hace un cuarto de siglo -soberbia la pieza homónima que abre el álbum- y en el que sin dejar de lado la distorsión vocal y los sintetizadores parece seguir el rastro de Gainsbourg allí donde lo dejó el galán francés. Se rodea de jovencitas, tira de lujuria y desvergüenza y renace, otra vez, como en cada trabajo, para empezar de cero. Siempre perverso y ahora pervertido, Baxter no defrauda.

Horsegirl

4. 'Phonetics on and on'

«Es una gozosa golosina indie que quiere ocultar sus influencias»

Discográfica: Matador

Por Fernando Pérez

Abrigo y guarida, el segundo disco del jovencísimo trío femenino de Chicago se ha convertido en las últimas semanas en el antídoto perfecto para un agotador epílogo invernal de lluvias bíblicas y precipitaciones al abismo. Cálido e ingrávido, juguetón y magnético, milimétricamente destartalado, 'Phonetics On and On' es una gozosa golosina indie que no puede ni quiere ocultar sus influencias (Yo La Tengo, The Raincoats, The Feelies, The Moldy Peaches, The Evens... la lista tras los puntos suspensivos podría ser kilométrica), pero que trasciende el ejercicio de puro mimetismo y nostalgia con el sugerente contraste que crean la combinación de las guitarras tensas y desnudas con las armonías vocales adorablemente naifs (a la emoción por la fonética) y el aire desapasionado y casi mecánico con el que Penelope Lowenstein despacha unos textos que exploran con eficaz sencillez ('we have so many mistakes to make') en esa desconcertante travesía de descubrimientos y extravíos que lleva hacia el pantanoso territorio de la madurez. Apenas queda rastro aquí de la distorsión enmarañada de su apreciable pero muy genérico debut de hace tres años, 'Versions of Modern Performance'. Este segundo intento es un gigantesco salto adelante desde un trampolín minúsculo en el que tiene mucho que ver la producción de Cate Le Bon. Sin sacrificar la espontaneidad, la galesa consigue dar cuerpo y consistencia a un sonido orgánico y aparentemente austero, un esqueleto flexible en el que se van acumulando pequeños y deliciosos descubrimientos en cada nueva escucha, anticipando que seguiremos atrapados durante muchos muchos meses en este inesperado y acogedor refugio estacional.

Bon Iver

5. 'SABLE, fABLE'

«Interesantísimo artefacto el del antiguo rey Midas del pop cerebral»

Discográfica: Jagjaguwar

Por Carlos G. Fernández

Interesantísimo artefacto nos acerca esta vez el señor Vernon, antiguo rey Midas del pop cerebral (o de los artistas pop que querían petarlo también en el trozo de pastel de aquello llamado indie, con éxito). Quienes ya le conocieran, verán trozos de toda su carrera aquí, mil sonidos, pero casi todo el rato sorprendentemente limpios, directos, sin vuelta de hoja: hay unas guitarras perfectas (eso sí, en un estéreo espectacular) y unas baterías demasiado simples, como de niños, e incluso su voz, la voz famosa por ser mil coros en tromba, prácticamente limpia y sola. Y todo esto viniendo de alguien que se especializó en retorcerlo todo, en hacerse críptico, especialmente en ese tercer álbum que fue un aparente tiro en el pie, escondiendo melodías bien preciosas en una tormenta digital que a muchos nos asustó. Y aquí hay, sin perder la aparente sencillez (en realidad complicadísima), sonidos casi Nashville, otros casi Jackson-Five, guitarras submarinas como las de Mk.gee, coros juguetones hiphoperos, una pulsión casi infantil por redescubrir la música, hacerse el tonto, el naíf, el puro, olvidar todos los plugins, los cacharros y las capas del disfraz. Y nosotros con él, pues nos enseña a coger nuestra expectativa, quitarle también los artificios, y dejarnos atravesar por lo mejor de la música.

Natalia Lafourcade

6. 'Cancionera'

«Una delicia de 14 temas grabados con mucho gusto y que transmiten paz»

Discográfica: Sony

Por María Carbajo

Vuelve la de Veracruz tras su triunfal trabajo anterior ('De todas las flores' 2022) y se sumerge de lleno en la música tradicional de su tierra. Una apuesta que puede provocar cierto recelo a priori pero que resulta en una delicia de 14 temas grabados con mucho gusto y que transmiten paz. Es un disco para escuchar por la noche, con una luz tenue y una copa de vino. Ella está inmensa y las canciones (paridas mano a mano con su ya inseparable Adan Jodorowsky, amén de algún clásico mexicano reinterpretado), con vientos, cuerdas y percusiones componen un viaje que es totalmente opuesto al aburrimiento que pudiera suscitar la idea. El único pero, la intro instrumental de cinco minutacos que, aunque bonita, puede hacer bajarse del carro a más de uno. No lo hagas y pasa a la segunda pista, te llevarás una grata sorpresa. La mezcla de culturas del dueto con Israel Fernández ('Amor clandestino') merece mención. Un disco bonito de verdad.

Geese

7. 'Getting Killed'

«El disco mejora con cada escucha y te devuelve la fe en el rock»

Discográfica: Partisan / Play it again Sam

Por Juan Roig

En un mundo donde el rock suena cada vez más a tópico y reiterativo, es fácil perder la esperanza de encontrar grupos que lo hagan sonar fresco y enérgico una vez más. Es por ello que cuando sale algún proyecto con un sonido reminiscente a los buenos viejos tiempos –como Greta Van Fleet en inglés o Arde Bogotá en español–, los nostálgicos se aferren a ellos como clavos ardiendo, aunque las bandas sean una sombra caricaturesca de lo que emulan. Es difícil tener como referencias a los grandes sin caer en un sonido similar, sumando al tedio en un mar de mediocridad, pero cuatro chavales de Brooklyn lo han conseguido. Sí, en la voz están Mick Jagger y Thom Yorke, pero también Jeff Magnum de Neutral Milk Hotel, así como en las letras, crípticas y evocadoras a partes iguales. Además, saben tocar sus instrumentos y se nota que se compenetran con sus transiciones y por el sonido que solo pueden dar horas de jams juntos. También queda patente su fuerza creativa que, junto con el déficit de atención Gen Z, a veces se puede convertir en una cacofonía de sonidos y de ideas. Aún así, si te subes a la ola, el disco mejora con cada escucha y, lo mejor de todo, te devuelve la fe en que el rock no ha muerto.

Ela Minus

8. 'DÍA'

«Explora la capacidad expresiva de la electrónica en la cultura popular»

Discográfica: Domino

Por Andrés Castaño

La colombiana Gabriela Jimeno Caldas, conocida como Ela Minus, indaga en las posibilidades melódicas de los sintetizadores y la cacharrería del universo electrónico (samplers, cajas de ritmos,…). Nos sorprendió con su primer album 'acts of rebellion' (Domino, 2020), definido como 'bright music for dark times', situándose en los márgenes del IDM y el synthpop. Con 'Día', su propuesta se consolida en lo conceptual (versa sobre el devenir) y explora la capacidad expresiva de la electrónica en la cultura popular. Todo fluye divinamente desde esa inicial 'Abrir Monte' hasta el cierre mágico de 'Combat'. Contribuye tener en la producción a Marta Salogni (Björk, Depeche Mode, Bon Iver, Black Midi, Sampha, Romy, Porridge Radio,…). Conquista con su forma de crear texturas ('Idols'), o experimentar ('IDK', 'QQQQ', 'Onwards' o 'I want to be better'). 'Broken' es el hit más claro pero 'Día' suena robusto, manifiesta una intensidad salvaje y eleva la electrónica a los cielos. No es un disco de electrónica de club, pero menuda manera de hacer bailar a tu cerebro.

Stereolab

9. 'Instant Holograms On Metal Film'

«Su hipnótica maquinaria no chirría ni se atasca tras quince años de parón»

Discográfica: Duophonic UHF / Warp

Por Fernando Pérez

Mirando de reojo al metrónomo, suspendidos y absortos en su propio tiempo y espacio, en un lugar indeterminado de un futuro aún por definir, Stereolab ya eran una completa anomalía en unos años 90 en los que parecía imposible escapar del magma de las etiquetas generacionales y los moldes estilísticos. Las modas se marchitan, el estilo es perenne. Por eso su hipnótica maquinaria no chirría ni se atasca tras quince años de parón. No hay nostalgia ni autocomplacencia en una estupenda reaparición en la que todo sigue sonando como si hoy fuera ayer y al mismo tiempo ya estuviera a punto de romper un nuevo día. Las numerosas y variadas piezas de su 'patchwork' no cambian. La elegancia lounge, el mecanicismo repetitivo del krautrock, el corazón del pop francés, el magma ruidista velvetiano, la experimentación electrónica y la cacharrería 'vintage' se unen en exploraciones imprevisibles, pequeñas sinfonías de probada capacidad magnética que cambian de forma y de idea sin que la propuesta pierda nunca su reconocible e inmutable esencia. 'Instant Holograms on Metal Film' es un regreso convincente para los seguidores de primera hora y una oportunidad para añadir nuevos adeptos a una banda cuyo culto se ha agrandado con el tiempo (sorprende su millón de oyentes en Spotify). No hay demasiados argumentos nuevos para captar a los que siempre encontraron un punto de afectación y pretenciosidad en sus bucles infinitos (sensación subrayada con esa desgana tan genuinamente 'indie' que se gasta Laetitia Sadier) y cierta impostura en la militancia marxista de la banda (heredada de los reivindicables McCarthy, el proyecto en el que Tim Gane y Sadier coincidieron por primera vez). Pero aunque no se desgañiten ni alcen airados su puño, proclamas como «la avaricia es un agujero insaciable» o «la economía de guerra es violentamente inviolable, suprime toda inteligencia que entre en conflicto» resultan especialmente pertinentes en estos tiempos de confusión y regresión y confirman que el reino de Stereolab, aunque suspendido en el espacio y en el tiempo, siempre fue de este mundo.

Richard Dawson

10. 'End Of The Middle'

«Como si Jeff Mangum y Jeff Buckley se hubieran fusionado en un cantautor amigo»

Discográfica: Domino

Por Javier Villuendas

La pretensión de este 'End Of The Middle' del neocastrense Richard Dawson, de conveniente genitilicio para su práctica musical, es como la de aquella obra maestra del tebeo llamado 'Here', que enfocaba en todas sus páginas el mismo rincón de una casa durante generaciones (e incluso antes de la edificación, como tierra descampada con sus dinosaurios y monetes), para contar la vida desde lo doméstico y hacer la de 'de lo local a lo universal'. Así, en 'Gondola' canta sobre una anciana británica alcohólica y corroída por no haber ido jamás a Venecia y que se apremia a «crear recuerdos antes de que sea demasiado tarde», pequeños grandes sueños «bajo el puente de Rialto acurrucados en una góndola» que luego la generación sin futuro cumplió sin despeinarse en un Ryanair infame también existencial al luego tener que volver al piso compartido a sus 40 años, cero hijos, cero casas, cero euros en el banco. Esta y otras joyas acústicas, de folk arpegiado, labran la tierra sonora de este álbum de título antiEdmundo Bal, un 'End Of The Middle' que es un cofre de tesoros y emoción como si los Jeffs (pues Robert posee el cante-cabra de Jeff Mangum, de Neutral Milk Hotel, y los quiebros castratados de Jeff Buckley) se hubieran fusionado en un cantautor amigo de los arreglos disonantes y ruidosos, ya sean de guitarra, trompeta o piano, y una voz que sublima lo que toca y te ablanda como si casi llorara. La vuelta de un artista especial, entre lo mejor de su discografía, que siempre raya a gran nivel, y en donde regresa al folk élfico tras sus escarceos con el rock y justo tras la machada de 'The Ruby Cord', con aquella canción de 40 minutos que eran varias y Vic Chesnutt siempre ahí y aquí, en todo su esplendor melancólico. Mejor aquí, más concentrado. O no. En el desparrame brilla igual o más. Un disco ortodoxo de un músico heterodoxo por místico y jondo.

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«Hago tarta con turrones. Lleva turrón, cuatro huevos, cuatro yogures griegos, una de queso de untar y trituras»

Fuente original: Leer en ABC - Cultura
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