Los médicos forenses que participaron en el levantamiento del cadáver de Mari Carmen, la cocinera de 53 años asesinada en Alcalá de Henares en julio de 2023, han ratificado este martes ante el jurado que la mujer murió por estrangulamiento y que el acusado —un joven de 25 años que confesó el crimen a la Policía— empleó la técnica del mataleón, rodeando el cuello por detrás para inmovilizarla.

La sesión forma parte del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid, cuya vista oral comenzó el lunes con la selección del jurado y la declaración del procesado, que reconoció haber asfixiado a la víctima "bajo los efectos del alcohol y las drogas". Aseguró no recordar lo sucedido "con exactitud", aunque sí admitió haber aplicado la maniobra durante la discusión que mantuvieron la noche del 2 de julio de 2023.

Los especialistas han explicado que la causa final fue la asfixia mecánica externa, que impidió la llegada de oxígeno al cerebro. Los forenses han descrito que encontraron a la víctima en el suelo del domicilio con claros signos de violencia, entre ellos marcas visibles en el cuello compatibles con la maniobra de estrangulación conocida como mataleón.

También detectaron tres lesiones previas al estrangulamiento —entre ellas la fractura de varias costillas— que, sin embargo, no eran mortales. La mujer presentaba además una herida inciso-penetrante de dos centímetros en la espalda, producida por un cuchillo de cocina. Pese a su profundidad, los forenses han precisado que la lesión no afectó a órganos vitales y no causó la muerte.

Los expertos fijaron la hora aproximada del fallecimiento conforme a la rigidez cadavérica, concluyendo que la víctima había muerto unas tres horas antes de la llegada de los equipos policiales. Otro elemento destacado en la sesión ha sido que no existen indicios de que el acusado intentara practicar maniobras de reanimación, ya que no se observaron fracturas esternales ni señales típicas asociadas a la RCP.

Por otro lado, médicos del Instituto de Toxicología han explicado que analizaron las muestras remitidas por los forenses, entre ellas fragmentos de musculatura del cuello y un colgajo de la herida inciso-penetrante de la espalda. Con estos materiales elaboraron un informe pericial que confirma la compatibilidad de las lesiones con un episodio de estrangulamiento sostenido y con el uso de un arma blanca en la agresión previa, sin que ninguna de estas heridas —salvo la asfixia— resultara mortal por sí misma.

Fiscalía pide 20 años de prisión

Según la fiscal, el crimen se produjo en el transcurso de una discusión en la que el procesado golpeó ala mujer en la cabeza y la apuñaló por la espalda, procediendo a su estrangulamiento por la técnica del mataleón. Un día después, el acusado llamó al 112 y se hizo responsable de la muerte. En su detención, mostró su arrepentimiento.

La representante del Ministerio Público solicita 20 años de prisión para el acusado, si bien la pena quedará reducida ante el reconocimiento del asesinato al previsiblemente aplicarse una atenuante de adicciones, confesión y reparación del daño al haber abonado la responsabilidad civil con la herencia de sus padres.

La Fiscalía le imputa un delito de asesinato con alevosía y le pide libertad vigilada durante cinco años tras el cumplimiento de la pena, según consta en el escrito de acusación. En concepto de responsabilidad civil, el fiscal reclama que el acusado indemnice con 145.000 euros al hijo de la fallecida.