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Lotería de Navidad y la diosa Chiripa

Lotería de Navidad y la diosa Chiripa
Artículo Completo 872 palabras
Estampas de Málaga. Memoria SUR Lotería de Navidad y la diosa Chiripa

Javier Ramírez

Jueves, 18 de diciembre 2025, 00:12

... En 'Estampas de Málaga. Memoria SUR', el historiador Javier Ramírez sigue este concepto para situar algunas fichas de un posible mapa fotográfico, y casi sentimental, de Málaga. Y lo hace en los tres parámetros de las cámaras fotográficas mecánicas: enfoque, profundidad de campo y tiempo. El resultado: un enfoque personal que escoge y comenta las capas que el tiempo dibuja. Bienvenidos a esta historia visual.

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Archivo Histórico Fotográfico UMA

Expectación en la plaza de la Constitución. La gente se arremolina frente a la entrada del Pasaje de Chinitas. Un rumor surge del grupo cada vez que el operario de Anuncios Nieto sube la escalera de mano y anota un número en el gran pizarrón que da cuenta del sorteo de la Lotería de Navidad. Los grandes premios ya se han repartido. Subido en un altillo, un fotógrafo de Foto Arenas registra el momento. Entre el personal de la empresa de Arenas late una sensibilidad muy especial por la lotería navideña: solo cuatro años atrás, Pepe Torres, otro de los fotógrafos de la plantilla de Arenas, era noticia de portada en un periódico de gran tirada en la Málaga de la época: la Unión Mercantil. Bajo el titular «¡La diosa chiripa se acordó de Málaga!», y a propósito también del sorteo navideño, el diario informaba que Pepe Torres, con una participación de 30 céntimos había ganado 3.000 pesetas. Cierto es que entre aquella Navidad de 1935 y la imagen de 1939 una tenebrosa guerra lo había cambiado todo. Empero, la vida sigue; dos días después, el domingo 24 de diciembre, el C.D. Malacitano empataba (1:1) con el Racing de Córdoba.

Sorteo del Niño, enero 1951

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Archivo Histórico Fotográfico UMA

El lotero posa en calle Larios, junto a la fachada del Círculo Mercantil. Vestido de faena, bata de trabajo y planta torera, despliega tres billetes íntegros de una hermosa capicúa para el sorteo del Niño. Aquí no hay trampa ni cartón, los desmesurados décimos equivaldrán a dinero contante y sonante en caso de que acompañe la suerte. No como va a ocurrir en Sevilla, ese mismo año, en el sorteo de Navidad, donde un avispado regente de dos administraciones de lotería, Miguel Escámez, valiéndose del respaldo que dan los establecimientos oficiales, emitirá participaciones fraudulentas produciendo un descomunal timo que será noticia nacional: en Sevilla cayó el Gordo y se armó la Gorda, viene a ser el resumen del caso Escámez. Varios centenares de personas afectadas en Sevilla, Cádiz, Jerez y otros pueblos de ambas provincias que vieron como su número premiado tenía como respuesta la insolvencia. El caso llegaría a los tribunales de justicia. Escámez fue condenado a 22 años de prisión; sus cómplices también a penas de cárcel, aunque no tan largas. En el caso de nuestro retrato, la autenticidad de los décimos del billete no eran, por supuesto, garantía de premio. La belleza de la capicúa tampoco.

Sorteo de Navidad. Administración de Lotería N.º 11

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Archivo Histórico Fotográfico UMA

Otro espacio que atrae la atención de las cámaras es el de las administraciones de lotería tras el sorteo, siempre que hayan repartido alguno de los primeros premios. Así ocurre en esta fotografía que nos acerca a la N.º 11, Alameda Principal, momentos después de conocerse la noticia de que allí se ha vendido la serie completa del número 59.237, 4º premio de la Lotería de Navidad de 1959, dotado con 400.000 pesetas. La curiosidad concentra ante el despacho de billetes a quienes quieren tener la certeza de lo que se cuenta; a los que se acercan por proximidad, como el empleado de la línea de tranvías que, con su uniforme de pana verde oscuro (traducción a color que se acoge al recuerdo), o a otros que piensan que quizás siga la racha y reincida la suerte. Como ocurrió dos veces con el gordo que visitó Málaga: uno, en 1938 y otro en 1967: ambos, de chiripa, coincidían en las tres últimas cifras. Claro que el de 1938 era como medio premio ya que ese año, una excepción notabilísima en los sorteos navideños, hubo dos sedes bien diferenciadas: una en Barcelona, afecta a la República, y otra en Burgos, promovida por bando llamado nacional.

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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