Martiño Ramos, el profesor de Ourense que abusó de una alumna y huyó a Cuba tras ser condenado a 13 años de cárcel, está buscando abogados en La Habana, según La Región. El hombre, que se encuentra en una prisión de la capital cubana desde el pasado 21 de noviembre a la espera de ser trasladado a España, no ha reclamado ayuda al Consulado, pero sí ha pedido un listado de letrados de la isla.
El docente abandonó España a principios de julio, después de vender su piso en la calle Doctor Temes de Ourense y dar de baja su coche en un desguace de la ciudad. Desde Lisboa tomó un vuelo hacia Brasil, continuó hasta Perú y, finalmente, llegó a Cuba, donde se instaló en una vivienda que alquiló en El Vedado, uno de los barrios más ricos de La Habana.
Martiño, que se dio a conocer como Martín Soto en la capital cubana, llevaba "una vida tranquila" e "intentaba pasar desapercibido", según el inspector de la Interpol, Roberto Llamazares. Regentaba una tienda de serigrafía, realizaba sesiones de fotos, frecuentaba bares y restaurantes, y asistía a exposiciones. Además, quería "regular su situación" y conseguir el permiso de residencia con un matrimonio de conveniencia.
La Policía Nacional Revolucionaria cubana llevaba meses observándolo, mientras que la Interpol tuvo constancia de su presencia en La Habana en octubre. La Audiencia Provincial de Ourense emitió el 31 de octubre una orden internacional de detención y solicitó su extradición inmediata. Su arresto se produjo el 21 de noviembre y se encuentra a la espera de su extradición a España, que está confirmada, pero sin fecha.
El docente abandonó España a principios de julio, después de vender su piso en la calle Doctor Temes de Ourense y dar de baja su coche en un desguace de la ciudad. Desde Lisboa tomó un vuelo hacia Brasil, continuó hasta Perú y, finalmente, llegó a Cuba, donde se instaló en una vivienda que alquiló en El Vedado, uno de los barrios más ricos de La Habana.
Martiño, que se dio a conocer como Martín Soto en la capital cubana, llevaba "una vida tranquila" e "intentaba pasar desapercibido", según el inspector de la Interpol, Roberto Llamazares. Regentaba una tienda de serigrafía, realizaba sesiones de fotos, frecuentaba bares y restaurantes, y asistía a exposiciones. Además, quería "regular su situación" y conseguir el permiso de residencia con un matrimonio de conveniencia.
La Policía Nacional Revolucionaria cubana llevaba meses observándolo, mientras que la Interpol tuvo constancia de su presencia en La Habana en octubre. La Audiencia Provincial de Ourense emitió el 31 de octubre una orden internacional de detención y solicitó su extradición inmediata. Su arresto se produjo el 21 de noviembre y se encuentra a la espera de su extradición a España, que está confirmada, pero sin fecha.