Cinco de cinco para la estadounidense en eslalon, después de tener que remontar tras una primera manga diabólica, con récord en el corte de las 30 mejores
Mikaela Shiffrin, tras atravesar la meta en la segunda manga.Pier Marco Tacca- MIGUEL ANGEL LARA
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Mikaela Shiffrin se colocó en el portillón de salida de Semmering para luchar más consigo misma que con sus rivales, porque eso es lo que reflejaba el desarrollo del eslalon femenino esta temporada. Al quinto de los diez fijados, se llegaba con pleno de victorias en Vail: Levi, Gurgltal, Cooper Mountain y Courchevel. Toda una dictadura, que no tiene fin y se alargó en Semmering,
En la Panorama, una de sus pistas preferidas —siete victorias, más que nadie: cuatro en gigante y tres en eslalon—, Shiffrin buscaba igualar su mejor racha. Estaba a una victoria de las cinco que encadenó al inicio de la temporada 2019-20, racha que entonces cortó Petra Vlhová en Flachau. En esas cinco se quedó la gran Marlies Schild al inicio de la 2011-12. La mejor marca de arranque de una temporada en eslalon es de ocho victorias consecutivas, logradas por Janica Kostelić (2004-05), mientras que el 100 % lo alcanzó Vreni Schneider en 1988-89: siete de siete.
Emma Aicher, una de las víctimas de la tremenda primera manga en Semmering.Pier Marco TaccaCon todos los ojos puestos en ella, Shiffrin fue la cuarta en salir en una carrera a horas poco habituales: 14:15 la primera manga y 17:45 la segunda. La apertura de la competición, el decimoctavo eslalon de la historia en Semmering, fue para una de casa: Katharina Liensberger. Las austriacas, reinas ayer del gigante con Julia Scheib, buscaban una victoria en un eslalon que se les niega desde 2010, cuando ganó la gran Marlies Schild.
La bajada de Liensberger, que tuvo que esperar en la zona de salida por el cambio de una puerta, detuvo el crono en 55.04 segundos y dejó la sensación de que la pista escondía altas dosis de dificultad. Llegó la hora de Shiffrin, con Lara Colturi como poseedora del mejor tiempo. Y esta vez, Mikaela no mostró su cara de robot: se quedó a 0.54 de la albanesa, siendo la última de las que habían bajado. Hacía siete carreras, desde Courchevel (30-1-2025), que la primera manga no se cerraba con Shiffrin como líder.
Mikaela Shiffrin, durante su primera bajada.Giovanni AulettaEsa plaza se la adueñó la suiza Camille Rast, brillante y segunda en el gigante de ayer, y una apuesta seria para romper el dominio de Shiffrin. A partir de la quinta corredora, la pista comenzó a pasar factura y nadie pudo colarse en el orden marcado por las cuatro primeras en salir: Rast, Colturi (+0.09), Liensberger (+0.34) y Shiffrin (+0.54). Las diferencias, a medida que avanzaban las bajadas, se hacían más profundas.
Corte de récord
Tanto se destrozó la pista que el corte se fue a unos históricos 5.96 (la noruega Bianca Westhoff) y una sensación de desazón y frustración se apoderó de las corredoras. "Es todo muy extraño", explicaba una cariacontecida Shiffrin entre manga y manga. Nadie sabía lo que podía pasar en la segunda, más cuando su trazado provocó tensión, protestas y modificaciones. Sólo 40 de las 79 inscritas fueron capaces de llegar a meta.
Con la noche ya cerrada a las seis menos cuarto en Semmering, se inició la segunda manga sin saber bien qué podía suceder. La noruega se quedó fuera y fue la canadiense Kiki Alexander quien marcó el primer tiempo a batir: 1:58,29. Se iniciaba una larga danza de cambio de líder.
La alerta sobre la respuesta de la pista al frío, al hielo y a las huellas de las esquiadoras estaba activada como pocas veces para las mejores. No se sabía a partir de qué punto se podía empezar a hablar de la pelea por la zona alta de la clasificación. En ese maremagnum de situaciones poco habituales, la andorrana Carla Mijares se plantó en la segunda manga con el vigesimocuarto mejor crono. Llegó a meta, se puso primera y estrenó su cuenta de puntos en la Copa del Mundo.
La croata Zrinka Ljutic en acción.Pier Marco TaccaA la pelea de las diez mejores, marcada por la ganadora del globo de la pasada temporada, la croata Zrinka Ljutic, se llegó con la bandera suiza al mando y defendida por un dorsal alto: el 25 de Eliane Christen. A esas alturas ya se sabía que la respuesta de la pista era mucho mejor que en la primera. Ljutic, lejos del nivel de la temporada pasada, se puso líder a pesar de ceder un segundo respecto a la suiza.
Shiffrin lanzó la traca final, la gran pelea por ganar en Semmering. En ese momento, a falta de las cuatro mejores, el sillón de líder lo ocupaba la austriaca Katharina Truppe, que firmó una excelente bajada para marcar el mejor tiempo de la segunda manga (54,39 para un total de 1:49,75) y presentar una seria candidatura al podio.
El Expreso de Vail sacó todo lo que lleva dentro. Y es mucho. Las 12 centésimas de ventaja sobre Truppe se convirtieron en 0,93. Las tres que faltaban ya sabían que o daban lo mejor de lo mejor que tenían o no iban a ganar. La primera en intentarlo fue Liensberger. La austriaca no pudo más que ponerse segunda, a 0,91 de la estadounidense.
Con el podio asegurado, y van 162, Shiffrin esperaba. Lara Colturi tampoco pudo conservar su ventaja, aunque sí se puso justo detrás de la norteamericana: a 0,57. Y faltaba Camille Rast, con sus 54 centésimas de ventaja. ¿Le bastarían? Las fue perdiendo sector a sector. Al cruzar la meta vio que no había ganado, por solo nueve centésimas. Shiffrin lo había vuelto a hacer: cinco de cinco esta temporada en eslalon, seis seguidas, 69 en su especialidad preferida y 106 en la Copa del Mundo. No hay palabras.
"Ha sido un día durísimo, pero la gente que estaba aquí se merecía que diéramos lo mejor", explicaba Mikaela a Eurosport tras su victoria.
Llegado al ecuador de la pelea por el globo de eslalon, el liderazgo no admite dudas. Mikaela Shiffrin mira a los ojos al que sería su noveno globo en la especialidad. Sus 500 puntos son 220 sobre Colturi y 238 ante Rast. Suyo es también el mando de la General, en la que lidera con 698 puntos, que le dan 195 respecto a Rast y 214 ante Alice Robinson. El 4 de enero, en Kranjska Gora, las eslalomistas retoman una batalla a la que ya solo le quedan cinco citas, la mitad.
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