Wednesday, 10 de December de 2025
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Quero 'el Carmeno' y Moñino, la 'Isabel de Vox', los artífices del giro obrerista que roba votos al PSOE: "Conocen los barrios"

Quero 'el Carmeno' y Moñino, la 'Isabel de Vox', los artífices del giro obrerista que roba votos al PSOE: "Conocen los barrios"
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Los últimos sondeos consolidan el auge de Vox y apuntan hacia un trasvase de más de 300.000 votos del PSOE a los de Abascal. "Existe un grandísimo descontento con el Gobierno de coalición por no haber podido abordar el problema de la vivienda", señalan los sociólogos. Más información: Iván Espinosa de los Monteros: "Nadie ha puesto en más peligro a las mujeres que Sánchez. Su discurso feminista es un fraude".

Carlos Hernández Quero (i) e Isabel Pérez Moñino (d), los nuevos perfiles de Vox que buscan ganar adeptos en los barrios obreros. Europa Press / Redes sociales

Reportajes Quero 'el Carmeno' y Moñino, la 'Isabel de Vox', los artífices del giro obrerista que roba votos al PSOE: "Conocen los barrios"

Los últimos sondeos consolidan el auge de Vox y apuntan hacia un trasvase de más de 300.000 votos del PSOE a los de Abascal.

"Existe un grandísimo descontento con el Gobierno de coalición por no haber podido abordar el problema de la vivienda", señalan los sociólogos.

Más información: Iván Espinosa de los Monteros: "Nadie ha puesto en más peligro a las mujeres que Sánchez. Su discurso feminista es un fraude".

Publicada 10 diciembre 2025 02:50h

La "OPA hostil" de Vox sobre los barrios tradicionalmente obreros, y especialmente sobre el cinturón rojo de Madrid, se está traduciendo en un trasvase electoral desde la izquierda hacia la formación de Abascal. Concretamente, 300.000 votantes del PSOE podrían apostar hoy por la formación ultraderechista en unas hipotéticas elecciones, según señala la última encuesta realizada por EL ESPAÑOL.

Esa tendencia responde a un cambio de discurso en Vox: si bien en 2018 su argumentario se centraba en los problemas derivados del nacionalismo en Cataluña y en la necesidad de bajar los impuestos, hoy apela a la crisis de la vivienda, a la inseguridad en los barrios y al deterioro de los servicios públicos.

Un giro obrerista que queda evidenciado en el auge de figuras como la de la portavoz del partido en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino y, sobre todo, en la del portavoz nacional de Vivienda, Carlos Hernández Quero, también miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Vox.

La consolidación del "lepenismo"

El ascenso de Carlos H. Quero retumbó en la sala de máquinas de la política nacional el pasado noviembre, cuando fue nombrado portavoz adjunto del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados en sustitución del defenestrado Javier Ortega Smith.

Quero se ha presentado como un intelectual cercano a la calle. En la tribuna defiende un discurso muy social en materia de vivienda que bien podría asemejarse a la retórica de justicia social de la izquierda, solo que oculta tras un acérrimo nacionalismo. No en vano el exdiputado de Vox Juan Luis Steegmann se refirió a él como Quero "el Carmeno" (en alusión a Manuela Carmena) antes de abandonar el partido por su deriva "neofalangista".

La apariencia de Quero —barba desaliñada, pendiente en la oreja, aire de barrio— parece responder a una estrategia deliberada de diferenciación visual que contrasta con la imagen de los cuadros tradicionales de Vox y, sobre todo, con la de otros políticos de la derecha.

Él es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y es doctor en Historia Contemporánea gracias a su tesis El desborde de la ciudad liberal: cultura política y conflicto en los suburbios de Madrid. Trabajó como investigador en UCM (2015-2020), recibió el Premio Extraordinario al completar su doctorado y sólo después pasó a ser consultor político (2021-2023).

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Finalmente, dio el salto a Vox en 2023, cuando figuró en las listas por Málaga en las elecciones del 23-J y se convirtió en diputado. Acto seguido fue nombrado portavoz adjunto de las comisiones de Derechos Sociales y Consumo y Vivienda y Agenda Urbana.

El político, nacido en Madrid en diciembre de 1990 (34 años), habla de que "los hijos de la clase media se ven obligados a compartir pisos", insiste en que "el precio sube, la vivienda escasea y el Gobierno mira hacia otro lado" y argumenta que "el problema no son las casas vacías, sino las vidas vacías de quienes trabajan y no pueden tener una casa".

Si hablase catalán, bien podría ser el alter ego de Gabriel Rufián.

Más allá de sus opiniones políticas, su retórica responde a una estrategia calculada que nace en los laboratorios de la Fundación Disenso, el think tank afín a Vox. Allí cocinó, junto a Jorge Buxadé, un giro 'proteccionista' que busca romper con el neoliberalismo que representaron en su día perfiles como el de Espinosa de los Monteros.

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Su objetivo es pescar votantes en los barrios obreros de la izquierda descontentos con una socialdemocracia a la que acusan de haberse olvidado de las nóminas, de los alquileres y de la vida en los barrios.

El discurso de Quero es directo y demagógico: mientras el Gobierno habla de memoria democrática y lenguaje inclusivo, los ciudadanos no pueden pagar un piso digno ni para ellos ni para sus hijos. Ahí es donde se cuela su retórica : traduce un malestar difuso en una narrativa concreta. Los inmigrantes, las élites y el Estado expulsan a los españoles del mercado de la propiedad.

"El término que mejor define este cambio en Vox es el de lepenización", asegura Ismael Seijo, sociólogo e investigador de la Universidad de Barcelona. "A nivel internacional, la ultraderecha que ha llevado ese discurso en el que prioriza a la clase social ha sido el Frente Nacional de Le Pen, hoy Agrupación Nacional".

Seijo incide en que todas las ultraderechas de la historia se caracterizan por tener una doble cara: "Por un lado, hay una sección institucionalizada vinculada a las clases dominantes que es más conservadora". Ahí destacaron en su día Espinosa de los Monteros o Rocío Monasterio. "Hoy estaría Figaredo, que es una figura de mucho peso", pero más cercana al ala liberal.

El portavoz adjunto de Vox en el Congreso, Carlos Hernández Quero, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 11 de noviembre de 2025, en Madrid. Alberto Ortega Europa Press

Después existe otra corriente, "más demagógica, que apela a las clases populares y plantea una división en el interior de la clase obrera a nivel étnico-nacional". En el caso de Vox, "existe una dualidad entre el programa conservador y de clases altas y la apelación a las clases populares, pero no necesariamente una contradicción".

El giro estratégic comienza a sacar rédito en las encuestas. El último sondeo de EL ESPAÑOL, publicado este lunes, daba al PP de Alberto Núñez Feijóo145 escaños (más del 33% de voto) y consolidaba a Vox como tercera fuerza política, con 59 diputados. Entre ambos sumarían más de 200, una mayoría que ya no se explica sólo por el crecimiento del PP, sino por esa marea verde que está erosionando por abajo al electorado tradicional de la izquierda.

La estrategia 'Madrid Sur en Pie'

Este cambio de estrategia encuentra su máxima expresión en la campaña Madrid Sur en Pie. El objetivo es claro: lograr que el discurso de Abascal cale en barrios, municipios y ciudades tradicionalmente obreros como Aluche, Villaverde, Fuenlabrada, Móstoles o Parla.

El pistoletazo de salida de la campaña fue simbólico: un acto en el Auditorio Paco de Lucía de Aluche en el que Vox puso de manifiesto su compromiso con la "seguridad", con la defensa de los servicios públicos y con la preservación de la "identidad" de los barrios.

Allí se habló de las viviendas inaccesibles, de la inseguridad en las calles, de los locales comerciales tradicionales que están desapareciendo, del problema de la okupación y hasta se criticó a la "casta bipartidista".

Quero, de hecho, aseguró que "los hijos de la clase obrera se están convirtiendo en la 'generación caracol', ya que van de un lado a otro con la casa a cuestas de mudanza en mudanza".

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El término lepenización no es baladí. El propio Quero se formó políticamente en el Instituto de Ciencias Sociales, Económica y Políticas (ISSEP), un espacio fundado por Marion Maréchal, sobrina de Marine Le Pen, lo que entronca su conexión intelectual con la nueva derecha populista europea.

Al igual que hizo el partido de Le Pen en Francia, Vox quiere mutar de fuerza percibida como derecha radical a partido "de los de abajo contra los de arriba", combinando un discurso duro en inmigración y seguridad con la defensa del "derecho a techo" para los nacionales y la denuncia de la desindustrialización, la precariedad y la "traición" de las élites políticas y mediáticas.

Ahí encaja la insistencia de Quero en que "los hijos de la clase media ya no pueden acceder a una vivienda propia": no es sólo una crítica al Gobierno socialista que ha prometido atajar el drama de la vivienda; es la constatación de que el contrato social que permitió a los padres de toda una generación comprarse un piso en el cinturón obrero se ha roto.

"Sin embargo, ellos hablan de bajar impuestos, de desregular, de liberalizar el suelo. Son sus prioridades. A nivel parlamentario, este giro más social que apela a las clases populares luego no se refrenda con medidas parlamentarias, como subir el salario o reducir la jornada laboral", insiste el sociólogo Ismael Seijo.

La portavoz de VOX en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino, ofrece declaraciones a la prensa tras una charla en el campus de Somosaguas de la UCM, a 7 de noviembre de 2025, en Madrid Ricardo Rubio Europa Press

'La Isabel de Vox'

Pero Quero no es el único protagonista de este cambio de estrategia. Lo acompaña Isabel Pérez Moñino, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid. Nacida en 1987, constituye el rostro del "Vox de barrio". Su código postal es el de Fuenlabrada, es madre de una familia numerosa y abogada licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid.

Su trayectoria política explica por qué fue la elegida para sustituir a Rocío Monasterio en la portavocía madrileña y liderar la ofensiva contra Isabel Díaz Ayuso desde la tribuna: Moñino se curtió en la política municipal como concejal en Fuenlabrada, uno de los feudos históricos del socialismo madrileño.

Allí aprendió a hacer política en territorio hostil. Su discurso es una mezcla de reivindicación social y mano dura.

Moñino habla de la "clase trabajadora", de la "dignidad del sur" y de "servicios públicos colapsados". Aunque su trasfondo ideológico entronca con el nacionalpopulismo europeo, en el que la "prioridad nacional" va por delante, defiende un Estado del bienestar fuerte para beneficiar a los estratos más bajos de la sociedad.

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Pérez Moñino, a la que ya han bautizado como 'la Isabel de Vox', busca romper con el eje izquierda-derecha para sustituirlo por el eje barrio-globalismo. Así, es uno de los mayores azotes de la presidenta de la Comunidad de Madrid, cuyo modelo neoliberal ha señalado como responsable de querer deteriorar la capital hasta convertirla en una Little Miami.

Es decir, en un escaparate turístico y financiero para las élites. "¿Dónde están las 25.000 viviendas que usted prometió en el año 2019?", le espetó a la presidenta Ayuso en pleno debate de la Asamblea antes de señalar que, a 1 de septiembre de 2025, sólo se habían entregado 4.875, menos del 20% de lo prometido.

El modelo de Ayuso, señala Moñino, "empuja Madrid al colapso, a la pérdida de identidad, a la pérdida de seguridad y a la pérdida de nuestros barrios [...] Es una región en la que solamente pueden vivir quienes tienen suficiente dinero para sobrevivir a sus políticas".

Tachó de "circo" que el PP quisiera incrementar un 0,01% la partida destinada al acceso a la vivienda y lo calificó de "insulto" a los ciudadanos. 

Un giro auspiciado por Buxadé

Jorge Buxadé, entretanto, articula la defensa estratégica de este giro. Sobre el discurso de Quero en su intervención en un acto público, donde causó particular impacto entre activistas de redes sociales de distintos espectros, señaló a EL ESPAÑOL que "tuvo bailando a todo el mundo en las redes, a los de un lado y a los del otro, a los de aquí y a los de allá y a los de acullá".

"Hizo un discurso cojonudo, impecable y que explica la realidad que están viviendo los madrileños en los barrios. Para que luego le critique un tuitero que no vive en Madrid o que vive en una urbanización a las afueras, o un político que vive con escolta y que a lo mejor ni paga la hipoteca porque ahora tiene un piso asignado por el Ministerio o por una comunidad autónoma".

Buxadé considera que Quero y Moñino conocen "la realidad que se está viviendo en los barrios", los cuales "pierden su color, los olores, la textura". Y esa "entrada masiva de inversión extranjera promocionada está destruyendo la vida en ellos".

El eurodiputado y lugarteniente del ala más dura y reaccionaria de Abascal remató su argumento a este periódico: "Hay una España totalmente distinta y Vox se plantea respuestas a la España actual. ¿Las etiquetas? Déjese de rollos. El discurso maravilloso de Carlos H. Quero, ¿es de izquierdas o de derechas? Plantea soluciones de sentido común".

El eurodiputado de Vox Jorge Buxadé, durante su entrevista en EL ESPAÑOL. Javier Carbajal

El nuevo discurso "obrerista" de Vox, en definitiva, rompe con el liberalismo conservador que representaban figuras como Iván Espinosa de los Monteros, el cual ha sido abiertamente crítico con la deriva del partido. "Vox está girando hacia el estatalismo, las cosas que dice sobre la vivienda ya las dice Podemos", expresó en una entrevista con EL ESPAÑOL.

"Cuando utilizas un lenguaje como limitar la 'financiarización' del parque de viviendas, dices que la propiedad de la vivienda tiene que estar supeditada a la función social de la misma y que vas a limitar o impedir que se tenga más de una vivienda, estás dando todas las señales de tenerlo todo al revés".

"Es no entender cómo funciona el sistema de viviendas", continúa. "Es hacer exactamente lo que ha hecho la izquierda en estos años, que ha generado un déficit de un millón de viviendas. Profundizar en el error, aunque sea con otro partido, no contribuye en nada a la solución de la vivienda".

Esta estrategia supone una ruptura total con el liberalismo conservador y con su aparato mediático. Por ello, figuras como Federico Jiménez Losantos han declarado la guerra al sector que representan figuras como Quero, Buxadé y Moñino, al que tachan de "falangista" y "traidor" a la propiedad privada y al propio capitalismo.

Pese a todo, "la estrategia puede servirles electoralmente", remata Seijo. "El resultado depende de lo que hagan la izquierda y la derecha del PP. En los barrios no es que haya una movilización masiva de votos hacia Vox, pero sí un grandísimo descontento con el Gobierno del PSOE y Sumar por no haber podido abordar el problema de la vivienda".

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