Saturday, 13 de December de 2025
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Secuencias que valen más que mil palabras

Secuencias que valen más que mil palabras
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Ocho cineastas españolesen el candelero escogen algunas de sus escenas favoritas de la historia del séptimo arte

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Imágenes de las películas seleccionadas por nuestros cineastas. Fotomontaje: El Correo Secuencias que valen más que mil palabras

Ocho cineastas españolesen el candelero escogen algunas de sus escenas favoritas de la historia del séptimo arte

Iker Cortés

Madrid

Sábado, 13 de diciembre 2025, 17:10

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Con un último film como 'La cena', tenía todo el sentido que Manuel Gómez Pereira apostase por una comedia. La suya es 'El gran dictador' y la secuencia es aquella en la que Chaplin empieza a jugar con el globo terráqueo de su despacho. «Me impresionó por su capacidad de síntesis y su mensaje potente y muy premeditado», cuenta. Chaplin se descuelga por una enorme cortina, se acerca al globo terráqueo y declama: «César o nada. ¡Emperador del mundo! Mi mundo». Acto seguido toma el globo y comienza a jugar con él como si fuera un niño hasta que explota. «Es maravillosa. Condena el capricho de un dictador, que tiene el mundo en sus manos, y denuncia a través del humor el fascismo, el antisemitismo y el nazismo», explica Gómez Pereira, al que no se le escapa la vigencia que aún tiene la cinta debido al resurgir del fascismo. «Era un visionario».

Alberto Rodríguez 'El salario del miedo' (1953)

«Es una lección de narrativa desde un solo punto de vista»

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O«Esto es el cine», dice Alberto Rodríguez sobre la secuencia que ha escogido. Está hacia el final de 'El salario del miedo', la película de Henri-Georges Clouzot. Ambientado en un país sudamericano, el filme sigue los pasos de cuatro europeos contratados para trasladar una peligrosa carga de nitroglicerina en dos camiones. «Toda la película es ese viaje y vas acumulando tensión porque sabes que puede ocurrir algo terrible», explica el cineasta, cuya película 'Los tigres' acaba de desembarcar en las salas de cine. «En un momento determinado, uno de ellos se está liando un cigarrillo, pero el tabaco se vuela». La pantalla parpadea con dos blancos y lo siguiente es la explosión. El tabaco ha volado por la onda de choque. «Es una idea maravillosa: cómo contar algo enorme con algo tan pequeño y con una elegancia increíble», dice sobre una secuencia que se ha renovado a lo largo de la historia –el agua que tiembla al paso del Tiranosaurio Rex en 'Parque jurásico'–. «Es también una lección de cómo narrar algo ciñéndote a un solo punto de vista».

Paco Cabezas 'Dos hombres y un destino' (1969)

«Con unos planos muy cortos de los ojos lo dicen todo»

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OEl responsable de 'Adiós' y artífice de algunos capítulos de 'Miércoles' o 'The Walking Dead: Daryl Dixon' opta por este wéstern de George Roy Hill, con Paul Newman y Robert Redford, sobre dos forajidos que buscan una nueva vida en Bolivia. A Cabezas le encanta el final, cuando ambos se encuentran dentro de un edificio, asediados por el ejército boliviano y saben que van a morir. «Con unos planos muy cortos de los ojos y sin apenas mediar palabra lo dicen todo y deciden salir, liarse a tiros y morir heroicamente». Al cineasta le gusta comparar esta secuencia con el final de 'Bonnie & Clyde' (Arthur Penn, 1967), cuando la policía para el coche en el que va la pareja y ambos deciden salir. «Aunque cuentan lo mismo, las decisiones de los directores son distintas. En 'Bonnie & Clyde' los acribillan a tiros, de manera truculenta y horrible, dejándote un regusto de tristeza y horror; pero en 'Dos hombres y un destino' la imagen se congela, convirtiendo a Butch Cassidy y Sundance Kid en héroes».

Pilar Palomero 'La prima Angélica' (1974)

«Se me pone la carnede gallina»

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OLa de Pilar Palomero es la única secuencia de esta selección que pertenece a un cineasta español. Se trata de Carlos Saura y de 'La prima Angélica', «una película preciosa», sostiene la directora de 'Los destellos'. La protagoniza José Luis López Vázquez, y en la secuencia Luis, el protagonista, conduce a Segovia, a casa de sus tíos donde lo dejaron sus padres cuando estalló la Guerra Civil. El coche se detiene, baja del vehículo y la cámara se mueve con él. Se le ve pensativo. «De pronto, de forma mágica, entra en el plano un coche de los años veinte o treinta del que se bajan dos personajes. Son sus padres y es un recuerdo», relata Palomero. «Con un plano y un contraplano, Saura hace un salto temporal en el que juega con la representación porque no sale Luis de niño sino que es el propio López Vázquez quien hace de él y escuchamos su pensamiento: 'No, yo me quiero quedar con vosotros'. Se me pone la carne de gallina porque condensa de forma superelegante la nostalgia, el amor por unos padres y ser adulto sintiéndote niño eternamente».

Carla Simón 'Una mujer bajo la influencia' (1974)

«Es una de las mejores actuaciones de la historia»

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OA Carla Simón, la directora de 'Romería', le fascina una escena de 'Una mujer bajo la influencia', la cinta de John Cassavetes que retrata a una ama de casa emocionalmente inestable. La directora elige el momento en el que Mabel (Gena Rowlands) ha invitado a unos amigos de sus hijos al cumpleaños de uno de ellos y se planta un padre en su casa, con su hijo. Visiblemente incómodo, Mabel lo lleva al jardín a jugar con los pequeños, pero él se queda de mero observador, también cuando ella sintoniza en la radio 'El lago de los cisnes' y se lanza a bailar con los pequeños. «En ese momento, en el que ella está tan arriba, su marido la llama y ella le dice que es una buena madre, que es lo que está intentando durante la película», explica Simón. Mabel manda a los chiquillos a hacerse unos disfraces y sale al jardín de nuevo, esta vez más relajada, tarareando 'El lago de los cisnes', pero aún con el señor Jensen observándola. «Es una escena muy arriesgada, que funciona por la espectacular actuación de Rowlands, de las mejores de la historia del cine porque es un personaje complejo», cuenta la cineasta. «Para mí la grandeza de esta escena está en ese confluir de emociones contradictorias: la euforia, la pena, la vergüenza, el miedo de los adultos y el caos, el juego y la alegría de los niños», señala. «Hay también algo a nivel visual, con el rojo de los globos, el azul de su ropa, que es muy potente, y con el uso emocional del primer plano».

Gemma Blasco 'Noche de estreno' (1977)

«Me ha inspirado muchísimo y enseñado un montón»

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La autora de 'La furia' ha escogido también una película de Cassavetes protagonizada por Gena Rowlands, que aquí encarna a Myrtle Gordon, una actriz de Broadway que ensaya su última obra sobre una mujer incapaz de admitir que envejece. En la escena que ha seleccionado Blasco, ubicada en el primer tercio de la cinta, asistimos a uno de los ensayos. Tras un sopapo fingido, Gena «medio ida y desbocada» se tira al suelo rojo del escenario. «Esta en un viaje emocional en el que se desmontan varias cosas a partir de un detonante que es que una fan suya muere durante una función. Ella empieza a mimetizarse con la obra y a mezclar realidad y ficción», desarrolla. A su alrededor, los técnicos, el actor y el director están observándola: «Está expuesta, es una escena incómoda, pero a la vez liberadora porque ella se está permitiendo hacer eso, pero con mucho control, lo que humaniza el personaje y remite también a la fisicalidad de la película», comenta la realizadora sobre una secuencia con un montaje y una planificación «excelentes». «Me ha inspirado muchísimo y he aprendido un montón de ella».

Arantxa Echevarría 'París, Texas' (1984)

«Si tienes algo de alma, lloras»

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«La vi cuando era adolescente y me dejó impactada». Habla Echevarría, la directora de 'La infiltrada', de 'París, Texas', la cinta de Wim Wenders acerca de Travis Henderson, un tipo que camina por el desierto de Texas que no recuerda quién es, encarnado por Harry Dean Stanton. Poco a poco irá descubriendo que hace cuatro años abandonó a su mujer (Natassja Kinski) e hijo. La secuencia seleccionada ess la del 'peepshow'. Él ya sabe que en una de esas cabinas en las que se introducen monedas para ver a una 'striper' está su ex, aunque ella no le puede ver porque el cristal está ensombrecido. En un momento determinado, él coge el teléfono que le comunica con ella y le va haciendo recordar hasta que se acaba mostrando. «Es una secuencia de quince minutos que si tienes algo de alma lloras. A mí emocionalmente me tocó. No es técnicamente apabullante, pero los actores están soberbios y la historia es brutal porque es una historia de malos tratos, con abandono y con un niño que está sin padre y sin madre porque estos dos se destrozaron la vida».

Leticia Dolera 'Cuestión de tiempo' (2013)

«La escena de la playa me rompió»

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OLeticia Dolera, directora de la exitosa serie 'Pubertat', es la única que opta por una película relativamente reciente, 'Cuestión de tiempo', de Richard Curtis. Tim Lake (Domhnall Gleeson) es un joven de 21 años que descubre que puede viajar en el tiempo. Su padre (Bill Nighy) le cuenta que todos los hombres de la familia han tenido ese don , el de regresar en el tiempo a un momento determinado, una y otra vez, hasta lograr hacer «lo correcto». Así pues, Tim decide volver al pasado para intentar conquistar a Mary (Rachel McAdams), la chica de sus sueños. La secuencia que tocó la fibra de Dolera es la de la playa. «Tim y su padre tienen un último viaje en el tiempo antes de que el padre muera y como ya no puede retroceder antes del nacimiento de su hija sin alterar su presente, esa escena es la última oportunidad que tienen para estar juntos. Y eligen revivir un momento bello y sencillo de la infancia de Tim», explica la directora y actriz. «En su día la peli de Curtis fue tachada de comercial y buenista. A mí me pareció una película muy emocionante. Después de su visionado, y durante días, no ves la vida igual», argumenta. «A mí la escena de la playa me rompió y conmovió profundamente, conectándome con la idea de ¿qué es aquello realmente importante en la vida?».

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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