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Miércoles, 17 de diciembre 2025, 00:31
... palabra de los textos. Pegados al teléfono, confirman si todos los datos son correctos: si ocurrió aquel día, si tomó té o café, si hacía sol o llovía. En la era del periodismo digital, donde mandan las prisas y el 'clickbait', que una revista de papel con un siglo de historia cuente con más de un millón de suscriptores que devoran reportajes y entrevistas de muchas páginas parece un milagro.Aparecen muchas reuniones en el documental, siempre con el editor David Remnick, que ocupa el cargo desde 1998. Pensando temas, barajando opciones, intentando sorprender al lector yendo a contracorriente, una quimera para periodistas pegados a las redes sociales. De todos los redactores que aparecen yo me quedo con el crítico de cine Richard Brody, que con su larga barba blanca parece un vagabundo que dormita en cines vacíos de Nueva York. Cuando se encienden las luces, confiesa, prefiere no hablar con nadie y corre a la redacción del 'New Yorker' para escribir la crítica que esperan sus lectores.
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