En la carrera silenciosa que libra el mundo por dominar la infraestructura digital, cada movimiento pesa. Y Brasil, lejos de ser un espectador, vuelve a ocupar un lugar estratégico. La llegada del proyecto de TikTok al nordeste brasileño confirma un giro en el mapa de la tecnología mundial: las infraestructuras críticas ya no se concentran solo en Estados Unidos, Europa o Asia, sino que empiezan a expandirse hacia regiones que ofrecen energía renovable abundante y conexión internacional directa.
El anuncio. TikTok ha decidido instalar un megacentro de datos en el Complejo Industrial y Portuario de Pecém, en el estado de Ceará. La empresa detalló en su nota de prensa que destinará más de 200.000 millones de reales —unos 32.000 millones de euros—, la mayor inversión que ha hecho en América Latina.
De ese monto, 108.000 millones se destinarán exclusivamente a equipos de alta tecnología hasta 2035; el resto financiará infraestructura, sistemas energéticos y ampliaciones futuras. Las operaciones están previstas para 2027, y las autoridades locales estiman la creación de más de 4.000 empleos.
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La infraestructura que exige la era de la IA. Los centros de datos se han convertido en el motor que hace posible la IA, la nube y el streaming. Como recuerda Wired, el empuje de la inteligencia artificial ha disparado la demanda de computación y ha abierto una competencia mundial por construir infraestructuras más grandes y eficientes.
El interés brasileño por atraer centros de datos se apoya tanto en su matriz energética renovable —barata y abundante— como en la conectividad que ofrece Fortaleza, punto de entrada de la mayoría de los cables submarinos que enlazan el país con Estados Unidos, Europa y África.
Un data center alimentado solo por viento. Para la fase inicial, TikTok trabajará con Omnia, operadora local de data centers, y con Casa dos Ventos, una de las mayores desarrolladoras de energía renovable del país. El proyecto se presenta como un ejemplo de infraestructura digital alimentada íntegramente por energía limpia. TikTok y sus socios construirán parques eólicos exclusivos para abastecer el centro, lo que permitirá no utilizar energía de la red pública. Según la plataforma, esto evitará cualquier presión sobre el suministro local.
En lo técnico, la compañía afirma que empleará un circuito cerrado de reuso de agua combinado con enfriamiento por aire para reducir el consumo hídrico. Sin embargo, como ha señalado el Gobierno de Ceará, la refrigeración será 100% basada en aire, y que el uso de agua quedará limitado a actividades humanas y mantenimiento. Además, la instalación incorporará la tecnología PG25, que permite que los servidores operen a temperaturas más altas con menor necesidad de refrigeración, reduciendo de forma sustancial el gasto energético.
Las voces que cuestionan el proyecto. No todo son celebraciones. La principal resistencia proviene del pueblo indígena Anacé, que denuncia, como reportan El País, que parte del complejo ocuparía territorios que consideran ancestrales. Sus organizaciones afirman que no se realizó una consulta previa y expresan preocupación por los posibles impactos socioambientales: tanto sobre el uso del agua como sobre la transformación del territorio.
TikTok sostiene que cumple la normativa brasileña y recalca que su modelo energético y de refrigeración minimizará cualquier presión sobre recursos naturales. El Gobierno de Ceará añade que las empresas involucradas deberán invertir 15 millones de reales al año en las comunidades del entorno del complejo de Pecém.
En el tablero global de la infraestructura digital. El megaproyecto se inscribe en una estrategia más amplia. El Gobierno de Lula aprobó medidas para reducir impuestos y atraer centros de datos, con la intención de transformar a Brasil en un polo digital regional.
En paralelo, Estados Unidos impulsa iniciativas como el proyecto Stargate para mantener la competitividad en inteligencia artificial, mientras China acelera la expansión de sus empresas tecnológicas en el exterior. TikTok, de origen chino, se inserta así en un delicado equilibrio diplomático que Brasil intenta mantener.
Más allá de la inversión económica, un centro de datos de esta escala plantea debates sobre privacidad, soberanía digital y almacenamiento local de datos, dimensiones cada vez más presentes en la agenda legislativa brasileña.
La velocidad de la digitalización. El megaproyecto de TikTok en Ceará simboliza la tensión de un mundo que se digitaliza a velocidades inéditas: promete energía limpia, empleo y modernización, pero también reabre discusiones sobre territorio, regulación y memoria ambiental. Entre la ambición tecnológica de una potencia digital y las inquietudes de una comunidad que defiende su tierra, Brasil vuelve a situarse en el punto intermedio de fuerzas globales y demandas locales.
El contraste es inevitable: mientras las instituciones celebran la promesa de un futuro impulsado por viento y datos, las comunidades indígenas del nordeste recuerdan que la tecnología que conecta al mundo también deja huellas sobre el suelo que pisan. En ese cruce entre progreso y reclamaciones se definirá el verdadero impacto del nuevo corazón digital de TikTok en América Latina.
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La noticia
TikTok guardará los datos de América Latina en Brasil: un centro de datos que funcionará con energía eólica
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por
Alba Otero
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TikTok guardará los datos de América Latina en Brasil: un centro de datos que funcionará con energía eólica
El mayor desembolso de TikTok en América Latina, una inversión de 200.000 millones de reales
El pueblo indígena Anacé denuncia que parte del complejo ocuparía territorios que consideran ancestrales
En la carrera silenciosa que libra el mundo por dominar la infraestructura digital, cada movimiento pesa. Y Brasil, lejos de ser un espectador, vuelve a ocupar un lugar estratégico. La llegada del proyecto de TikTok al nordeste brasileño confirma un giro en el mapa de la tecnología mundial: las infraestructuras críticas ya no se concentran solo en Estados Unidos, Europa o Asia, sino que empiezan a expandirse hacia regiones que ofrecen energía renovable abundante y conexión internacional directa.
El anuncio. TikTok ha decidido instalar un megacentro de datos en el Complejo Industrial y Portuario de Pecém, en el estado de Ceará. La empresa detalló en su nota de prensa que destinará más de 200.000 millones de reales —unos 32.000 millones de euros—, la mayor inversión que ha hecho en América Latina.
De ese monto, 108.000 millones se destinarán exclusivamente a equipos de alta tecnología hasta 2035; el resto financiará infraestructura, sistemas energéticos y ampliaciones futuras. Las operaciones están previstas para 2027, y las autoridades locales estiman la creación de más de 4.000 empleos.
La infraestructura que exige la era de la IA. Los centros de datos se han convertido en el motor que hace posible la IA, la nube y el streaming. Como recuerda Wired, el empuje de la inteligencia artificial ha disparado la demanda de computación y ha abierto una competencia mundial por construir infraestructuras más grandes y eficientes.
El interés brasileño por atraer centros de datos se apoya tanto en su matriz energética renovable —barata y abundante— como en la conectividad que ofrece Fortaleza, punto de entrada de la mayoría de los cables submarinos que enlazan el país con Estados Unidos, Europa y África.
Un data center alimentado solo por viento. Para la fase inicial, TikTok trabajará con Omnia, operadora local de data centers, y con Casa dos Ventos, una de las mayores desarrolladoras de energía renovable del país. El proyecto se presenta como un ejemplo de infraestructura digital alimentada íntegramente por energía limpia. TikTok y sus socios construirán parques eólicos exclusivos para abastecer el centro, lo que permitirá no utilizar energía de la red pública. Según la plataforma, esto evitará cualquier presión sobre el suministro local.
En lo técnico, la compañía afirma que empleará un circuito cerrado de reuso de agua combinado con enfriamiento por aire para reducir el consumo hídrico. Sin embargo, como reportan El País, que parte del complejo ocuparía territorios que consideran ancestrales. Sus organizaciones afirman que no se realizó una consulta previa y expresan preocupación por los posibles impactos socioambientales: tanto sobre el uso del agua como sobre la transformación del territorio.
TikTok sostiene que cumple la normativa brasileña y recalca que su modelo energético y de refrigeración minimizará cualquier presión sobre recursos naturales. El Gobierno de Ceará el proyecto Stargate para mantener la competitividad en inteligencia artificial, mientras China acelera la expansión de sus empresas tecnológicas en el exterior. TikTok, de origen chino, se inserta así en un delicado equilibrio diplomático que Brasil intenta mantener.
Más allá de la inversión económica, un centro de datos de esta escala plantea debates sobre privacidad, soberanía digital y almacenamiento local de datos, dimensiones cada vez más presentes en la agenda legislativa brasileña.
La velocidad de la digitalización. El megaproyecto de TikTok en Ceará simboliza la tensión de un mundo que se digitaliza a velocidades inéditas: promete energía limpia, empleo y modernización, pero también reabre discusiones sobre territorio, regulación y memoria ambiental. Entre la ambición tecnológica de una potencia digital y las inquietudes de una comunidad que defiende su tierra, Brasil vuelve a situarse en el punto intermedio de fuerzas globales y demandas locales.
El contraste es inevitable: mientras las instituciones celebran la promesa de un futuro impulsado por viento y datos, las comunidades indígenas del nordeste recuerdan que la tecnología que conecta al mundo también deja huellas sobre el suelo que pisan. En ese cruce entre progreso y reclamaciones se definirá el verdadero impacto del nuevo corazón digital de TikTok en América Latina.