Saturday, 06 de December de 2025
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Un diputado británico no tenía permiso para construir una casa en el campo así que solo le dejaron una opción: excavarla

Un diputado británico no tenía permiso para construir una casa en el campo así que solo le dejaron una opción: excavarla
Artículo Completo 1,021 palabras
La vivienda es uno de los principales problemas, no solo por la escasez que hace que su precio se dispare, sino porque, aunque ya tengas una parcela en la que construir la casa de tus sueños, la legislación urbanística y ambiental no siempre te permitirá construirla. Eso es precisamente lo que le pasó al diputado británico Bob Marshall-Andrews a finales de los 90, cuando quiso construirse una casa con vistas al mar en Gales, pero se enfrentó a un enorme dilema. La normativa medioambiental no le permitía levantar ninguna edificación dado que era un espacio natural. Solo le quedaba una salida para que su vivienda fuera legal: excavarla. Una casa en un hoyo con vistas al mar Tal y como contaba Wales Online, el abogado y diputado del partido laborista Bob Marshall-Andrews y su esposa Gill querían escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar del ritmo pausado de las olas rompiendo en la bahía de St. Bride sobre los acantilados de Pembrokeshire, en el extremo oeste de Gales. En Xataka Querían una mansión en primera línea. Ahora su casa de 16 millones está a punto de caer por un acantilado Durante años, él y su familia habían estado pasando las vacaciones en un viejo barracón militar sobre el acantilado de Druidston, hasta que la estructura empezó a deteriorarse y se impuso la necesidad de levantar algo nuevo. Ahí comenzaron sus problemas. El terreno del diputado y su esposa Gill se encuentra a unos 150 metros del mar, en pleno Parque Nacional de la Costa de Pembrokeshire, un espacio protegido desde 1949 que abarca más de 300 kilómetros de costa con acantilados, playas abiertas, bahías resguardadas, marismas y dunas. En este entorno, las autoridades han sido tradicionalmente muy estrictas: los vecinos consideraban prácticamente imposible obtener permiso incluso para pequeñas ampliaciones acristaladas en casas ya existentes. Para cumplir la normativa y aun así quedarse en ese lugar, la única vía fue esconder literalmente la nueva casa bajo la tierra, excavando el terreno y aprovechando la loma natural del acantilado como parte de la construcción. La idea surgió de su hijo Tom, que pensó que sería buena idea integrar la casa en el paisaje excavándola entre dos lomas. El resultado fue Malator, una vivienda semienterrada, casi invisible desde lejos, que hoy se ha convertido en uno de los ejemplos más llamativos de arquitectura integrada en el paisaje de la costa de Gales. Tanto que incluso cuenta con su propia referencia en Wikipedia. Una idea loca que terminó en genialidad El parlamentario británico dejó el encargo a los arquitectos Jan Kaplicky y Amanda Levete, fundadores del estudio Future Systems, tenía una premisa central: conseguir una vivienda legalizada que no diera argumentos a los responsables del parque para denegar la licencia. Para evitar cualquier sensación de privilegio hacia un parlamentario, el proyecto se planteó desde el principio como una construcción que no compitiera con el paisaje, sino que se escondiera en él y redujera al mínimo su impacto visible, tal y como había planteado Tom, el hijo de los propietarios. Así, los arquitectos optaron por construir hacia abajo, excavando la loma en lugar de levantar una construcción tradicional, de modo que la casa quedara enterrada bajo una cubierta de tierra y césped que continúa la forma de la colina. Esta estrategia recuerda a técnicas antiguas del norte de Escandinavia, donde se acumulaban capas de tierra y hierba para conformar muros gruesos con buena inercia térmica y una gran capacidad de camuflaje en el terreno. Los diseñadores se inspiraron en la sección del ala de un avión para su parte visible. La fachada orientada al mar se resuelve con un gran plano acristalado y ojos de buey, mientras que la parte superior y los laterales quedan enterrados y cubiertos de césped y vegetación, de manera que desde el sendero del parque la casa se percibe como un simple montículo cubierto de hierba. Esta integración extrema con el paisaje fue decisiva para que las autoridades locales dieran su visto bueno, ya que la construcción no rompe la línea ondulada de praderas y matorrales ni introduce límites visibles de parcela, vallas o jardines separados del resto del parque. Además, técnicamente, no se había "levantado" ninguna construcción. En el interior, la planta curva se organiza alrededor de una chimenea central inspirándose en los grandes salones medievales. Un gran sofá semicircular y paredes prefabricadas que separan las estancias de la casa sin tocar el techo, reforzando la sensación de espacio continuo. El respeto por el entorno se llevó al extremo incluso durante su construcción, ya que muchos de los elementos internos, incluidos los baños, se fabricaron en talleres y se llevaron en piezas pequeñas hasta la parcela. Una decisión pensada para reducir al mínimo el tráfico de camiones pesados en un camino estrecho y adaptado a la orografía del acantilado. La casa pronto se hizo popular en la zona y, dado su peculiar diseño, los lugareños la han bautizado como "la casa de los Teletubbies" por su parecido con la vivienda semienterrada de la serie infantil, un apodo que su propietario recibe con humor. En Xataka | De todos los lugares que había para construir una casa de 400.000 dólares, este millonario eligió el más insólito: en un árbol Imagen | Geograph.org (Cered, Deborah Tilley, Simon Mortimer, Mike Graham, Dave Challender) - La noticia Un diputado británico no tenía permiso para construir una casa en el campo así que solo le dejaron una opción: excavarla fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .
Un diputado británico no tenía permiso para construir una casa en el campo así que solo le dejaron una opción: excavarla
  • El diputado Bob Marshall-Andrews quiso construir su casa frente al mar, pero la normativa del Parque Nacional de Pembrokeshire lo impidió

  • Para mantener la parcela, la familia terminó excavándola y creando una vivienda semienterrada

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Rubén Andrés

Editor - Trabajo y productividad

Rubén Andrés

Editor - Trabajo y productividad Linkedintwitter1717 publicaciones de Rubén Andrés

La vivienda es uno de los principales problemas, no solo por la escasez que hace que su precio se dispare, sino porque, aunque ya tengas una parcela en la que construir la casa de tus sueños, la legislación urbanística y ambiental no siempre te permitirá construirla.

Eso es precisamente lo que le pasó al diputado británico Bob Marshall-Andrews a finales de los 90, cuando quiso construirse una casa con vistas al mar en Gales, pero se enfrentó a un enorme dilema. La normativa medioambiental no le permitía levantar ninguna edificación dado que era un espacio natural. Solo le quedaba una salida para que su vivienda fuera legal: excavarla.

Una casa en un hoyo con vistas al mar

Tal y como contabaWales Online, el abogado y diputado del partido laborista Bob Marshall-Andrews y su esposa Gill querían escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar del ritmo pausado de las olas rompiendo en la bahía de St. Bride sobre los acantilados de Pembrokeshire, en el extremo oeste de Gales.

En XatakaQuerían una mansión en primera línea. Ahora su casa de 16 millones está a punto de caer por un acantilado

Durante años, él y su familia habían estado pasando las vacaciones en un viejo barracón militar sobre el acantilado de Druidston, hasta que la estructura empezó a deteriorarse y se impuso la necesidad de levantar algo nuevo. Ahí comenzaron sus problemas.

El terreno del diputado y su esposa Gill se encuentra a unos 150 metros del mar, en pleno Parque Nacional de la Costa de Pembrokeshire, un espacio protegido desde 1949 que abarca más de 300 kilómetros de costa con acantilados, playas abiertas, bahías resguardadas, marismas y dunas. En este entorno, las autoridades han sido tradicionalmente muy estrictas: los vecinos consideraban prácticamente imposible obtener permiso incluso para pequeñas ampliaciones acristaladas en casas ya existentes.

Para cumplir la normativa y aun así quedarse en ese lugar, la única vía fue esconder literalmente la nueva casa bajo la tierra, excavando el terreno y aprovechando la loma natural del acantilado como parte de la construcción.

La idea surgió de su hijo Tom, que pensó que sería buena idea integrar la casa en el paisaje excavándola entre dos lomas. El resultado fue Malator, una vivienda semienterrada, casi invisible desde lejos, que hoy se ha convertido en uno de los ejemplos más llamativos de arquitectura integrada en el paisaje de la costa de Gales. Tanto que incluso cuenta con su propia referencia en Wikipedia.

Una idea loca que terminó en genialidad

El parlamentario británico dejó el encargo a los arquitectos Jan Kaplicky y Amanda Levete, fundadores del estudio Future Systems, tenía una premisa central: conseguir una vivienda legalizada que no diera argumentos a los responsables del parque para denegar la licencia.

Para evitar cualquier sensación de privilegio hacia un parlamentario, el proyecto se planteó desde el principio como una construcción que no compitiera con el paisaje, sino que se escondiera en él y redujera al mínimo su impacto visible, tal y como había planteado Tom, el hijo de los propietarios.

Así, los arquitectos optaron por construir hacia abajo, excavando la loma en lugar de levantar una construcción tradicional, de modo que la casa quedara enterrada bajo una cubierta de tierra y césped que continúa la forma de la colina. Esta estrategia recuerda a técnicas antiguas del norte de Escandinavia, donde se acumulaban capas de tierra y hierba para conformar muros gruesos con buena inercia térmica y una gran capacidad de camuflaje en el terreno.

Los diseñadores se inspiraron en la sección del ala de un avión para su parte visible. La fachada orientada al mar se resuelve con un gran plano acristalado y ojos de buey, mientras que la parte superior y los laterales quedan enterrados y cubiertos de césped y vegetación, de manera que desde el sendero del parque la casa se percibe como un simple montículo cubierto de hierba.

Esta integración extrema con el paisaje fue decisiva para que las autoridades locales dieran su visto bueno, ya que la construcción no rompe la línea ondulada de praderas y matorrales ni introduce límites visibles de parcela, vallas o jardines separados del resto del parque. Además, técnicamente, no se había "levantado" ninguna construcción.

En el interior, la planta curva se organiza alrededor de una chimenea central inspirándose en los grandes salones medievales. Un gran sofá semicircular y paredes prefabricadas que separan las estancias de la casa sin tocar el techo, reforzando la sensación de espacio continuo.

El respeto por el entorno se llevó al extremo incluso durante su construcción, ya que muchos de los elementos internos, incluidos los baños, se fabricaron en talleres y se llevaron en piezas pequeñas hasta la parcela. Una decisión pensada para reducir al mínimo el tráfico de camiones pesados en un camino estrecho y adaptado a la orografía del acantilado.

La casa pronto se hizo popular en la zona y, dado su peculiar diseño, los lugareños la han bautizado como "la casa de los Teletubbies" por su parecido con la vivienda semienterrada de la serie infantil, un apodo que su propietario recibe con humor.

En Xataka | De todos los lugares que había para construir una casa de 400.000 dólares, este millonario eligió el más insólito: en un árbol

Imagen | Geograph.org (Cered, Deborah Tilley, Simon Mortimer, Mike Graham, Dave Challender)

Fuente original: Leer en Xataka
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