Domingo, 21 de diciembre de 2025 Dom 21/12/2025
RSS Contacto
MERCADOS
Cargando datos de mercados...
Internacional

«¡Vete a freír espárragos!». Manual para mandar a la mierda de forma educada (o no)

«¡Vete a freír espárragos!». Manual para mandar a la mierda de forma educada (o no)
Artículo Completo 1,000 palabras
La clave para una relación sana son los límites. Por eso, cuando el otro los traspasa reiteradamente es el momento de cortar por lo sano

Ampliar

Vivir | Relaciones humanas «¡Vete a freír espárragos!». Manual para mandar a la mierda de forma educada (o no)

La clave para una relación sana son los límites. Por eso, cuando el otro los traspasa reiteradamente es el momento de cortar por lo sano

Yolanda Veiga

Sábado, 20 de diciembre 2025, 18:56

Escucha la noticia

4 min.

Hablar con la boca llena es feo, pero hacerlo con la cabeza vacía es peor». ¿Hay manera más ingeniosa de mandar a alguien a paseo, ... a freír espárragos? A la mierda, vaya. La hay: «¿Ves este círculo tan grande que he dibujado? Representa lo que me interesa la tasa de natalidad de la hormiga asiática. ¿Y ves ahora este tan pequeñito? Es lo que me importa tu opinión». El equivalente al clásico «la próxima vez que quiera saber tu opinión, te la pediré. Por el momento, no me interesa» pero más ocurrente. Ahora, una forma bien fina: «Disculpa si no cumplo tus expectativas, mi prioridad es cumplir las mías». Las propuestas son cortesía de Alba Cardalda, psicóloga y autora de 'Cómo mandar a la mierda de forma educada' (Vergara), un título que no necesita explicación. Para quienes andan escasos de adjetivos, un pequeño listado de términos con los que 'adornar' a nuestro interlocutor, desde cenutrio a chisgarabís, pasando por facineroso. Pero hemos empezado por el final. Porque antes de llegar al 'se acabó' probablemente hayamos tragado mucho. La autora explica cómo y por qué se deteriora una relación hasta el punto mandar al otro a la mierda, sin eufemismos.

¿Cómo lo digo?

Vamos a decirle a alguien que está traspasando un límite o, simplemente, le vamos a decir que no a algo. «La mejor manera es hacerlo con amabilidad pero de forma clara y sin dar demasiadas explicaciones». Un ejemplo cotidiano: «'¿Vamos a tomar algo?'. 'Eh, bueno... es que no tengo dinero'. 'Te invito yo'. 'Es que es tarde'. 'Solo una copa'. 'Es que me espera mi mujer para cenar'. 'Pues te pago el taxi y así llegas a tiempo de la cena'. 'Ya, bueno...'. Y acabamos yendo a tomar esa copa que no nos apetece cuando la respuesta debería ser: 'Hoy no me apetece pero gracias'».

He cedido, y ya van tres veces

«A partir de la tercera vez consecutiva en que algo sucede de una determinada forma, se empieza a dar por hecho que eso debe ser así». Lo explica la psicóloga con un ejemplo: «Juan entró nuevo a la oficina. Su compañero le pidió que le pasara los datos a un programa. Como Juan no quería quedar mal, lo hizo. A la semana siguiente, el compañero le pidió el mismo favor y Juanaceptó. La tercera semana ni siquiera le pidió el favor, solo le dijo: 'Juan, te dejo los datos encima de tu mesa. Gracias'. Se había convertido en norma. La cuarta semana Juan se armó de valor y le dijo que no. Su compañero ya no volvió a dirigirle la palabra. Juan no le había puesto límites y él lo percibió como si Juan se estuviera negando a hacer algo, aunque en realidad no le correspondía hacerlo».

Manda a la mierda... a tu estilo

Estás a punto de cortar por lo sano... «Cuando nuestro interlocutor haga ese comentario hiriente, manipulador o entrometido mantendremos contacto visual de uno a tres segundos para mostrar desaprobación y porque nos dará tiempo para medir cómo decirlo. Cuanto más serenamente podamos hacerlo, mayor control de la situación y de nuestras emociones. Así que hablaremos claro, ni muy alto ni muy bajo, mirando a la persona y, cuando hayamos transmitido nuestro mensaje, nos retiraremos física y verbalmente. Agarramos el bolso, damos media vuelta y dejamos de mirar a la persona dando a entender con nuestro cuerpo que ya no le estamos atendiendo».

Ejemplos de respuestas

  • - La psicóloga Alba Cardalda nos da ideas de cómo responder ante frases que sobrepasan los límites.

  • «Todo esto es culpa tuya»: «Estás tratando de hacerme sentir culpable de algo que ya no es mi responsabilidad. Increíble».

  • «No te lo he dicho para protegerte»: «Lo siento, pero no quiero seguir manteniendo una relación con alguien que me miente».

  • «Eres un paranoico»: «No voy a tolerar que me insultes ni me trates de paranoico. Hemos terminado de hablar».

  • «Con lo que yo he hecho por ti...» «Intentar hacerme chantaje emocional dice mucho de la persona que eres».

Entramos en la reunión del trabajo... y estalla

Algunos de los enfrentamientos más incómodos suceden en el trabajo. Plantea la psicóloga Elisa Sánchez una situación y una propuesta de resolución: «Imaginemos que estamos en una reunión de trabajo y el jefe o un compañero descalifican nuestro trabajo y nos llama 'inútil'. Si a la salida, deprisa y corriendo, le decimos 'a mí no me vuelvas a hablar así delante de todos', más que un límite estaremos profiriendo una amenaza«. En lugar de acusar, »hagámosle ver cómo nos hemos sentido: 'Lo que has dicho me ha hecho daño'. 'Es que es mi forma de hablar'. 'Yo me quiero sentir respetada. Si me hablas de forma irrespetuosa me levantaré y me iré'».

Límite de sesiones alcanzadas

El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.

Por favor, inténtalo pasados unos minutos.

Sesión cerrada

Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.

Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.

Iniciar sesión Más información

¿Tienes una suscripción? Inicia sesión

Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
Compartir