La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con los presidentes de Argentina, Javier Milei; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva y Paraguay, Santiago Pena, en la cumbre en la que se anunció el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur en diciembre de 2024. Europa Press
Economía Von der Leyen se arriesga a perder 49.000 millones en exportaciones europeas si no consigue un acuerdo con los 27 sobre MercosurLo sucedido este año ha precipitado el deseo de Bruselas por cerrar cuanto antes el acuerdo, que se negoció durante 25 años. Perderlo sería un mazazo.
Más información: Los agricultores europeos fuerzan a Meloni y logran su primera gran victoria al aplazar de nuevo el acuerdo Mercosur
Por qué Von der Leyen tiene prisa con Mercosur: victoria ante Trump y en Sudamérica y ahorro de 4.000M en aranceles
Cynthia de Benito Publicada 20 diciembre 2025 02:53hLas claves nuevo Generado con IA
El acuerdo UE-Mercosur busca crear la mayor zona de libre comercio del mundo, beneficiando a más de 700 millones de consumidores.
El pacto permitiría aumentar las exportaciones europeas al Mercosur hasta un 39%, lo que supone 49.000 millones de euros y apoyaría 440.000 empleos.
El retraso en la firma del acuerdo pone en riesgo los intereses comerciales europeos, especialmente ante la caída del comercio con EEUU y los altos aranceles de Mercosur.
La oposición de países como Francia e Italia, así como la presión de agricultores europeos, dificultan la ratificación y ponen en duda el futuro del acuerdo.
El nuevo aplazamiento de la ratificación del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo, es, además de una decepción para el bloque sudamericano, un disparo a una estrategia estrella acelerada este año por Ursula Von der Leyen.
Un plan basado en buscar un salvavidas comercial para sobreponerse al golpe de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump, sumida desde este verano en un cierta paz al acordarse un recargo del 15%.
Aun así, el impacto ha sido notorio. Según los últimos datos sobre intercambio comercial de la UE, las exportaciones de los 27 a EEUU se han desplomado un 14,7% interanual en octubre, hasta anotar 40.700 millones de euros.
Mercosur genera otro choque entre Bruselas y el campo, dispuesto a movilizarse pese a la escasa posibilidad de triunfoBruselas se ha movido en previsión de esta situación en dirección a Mercosur. Con ellos se negociaba desde hacía 25 años y a finales de 2024, cuando la Casa Blanca se preparaba para recibir de nuevo a Trump, se cerró por fin el pacto.
Desde la Comisión solo se veían ventajas. El trato permitiría que todos los países de Latinoamérica tuvieran un acuerdo comercial con Europa, salvo Bolivia y Venezuela. Crearía además la mayor zona de libre comercio del mundo, abarcando un mercado de más de 700 millones de consumidores.
Menos aranceles
Fueron algunos argumentos, pero se desplegaron muchos más. Según las estimaciones de Bruselas, el acuerdo puede aumentar las exportaciones anuales de la UE al Mercosur en hasta un 39% (49.000 millones de euros), apoyando más de 440.000 puestos de trabajo en toda Europa.
Era un asunto económico, con cierta relevancia coyuntural. Pero en enero, cuando Trump anunció sus aranceles globales, el pacto con Mercosur alcanzó dimensiones geopolíticas.
Cartel contra Von der Leyen en la protesta de agricultores este jueves en Bruselas. Europa Press.
Implementarlo abría, según la lógica de la Comisión, una vía alternativa para las exportaciones de empresas europeas, que podrían ahorrarse hasta 4.000 millones en recargos.
Además, estas sociedades serían "pioneras" porque "se beneficiarán de aranceles más bajos en una región en la que la mayoría de los demás países se enfrentan a aranceles elevados y a otros obstáculos al comercio", argumentó.
El Gobierno buscará nuevos mercados fuera de la UE para los alimentos 'made in Spain' ante las tensiones comercialesEn el caso de España, el acuerdo abre oportunidades para el aceite de oliva, el vino y el porcino, en los que nuestro país tiene una posición líder.
No hay que olvidar que Mercosur presenta actualmente aranceles altos para productos agroalimentarios, que van desde el 28% para productos lácteos como quesos; 20% para chocolates y pastelería; hasta un 35% para bebidas espirituosas; 27% para vinos o 20-35% en el caso de vinos espumosos, o 10% para aceite de oliva.
Para los ganaderos, habría mayor seguridad de abastecimiento de granos básicos esenciales, como la soja.
Es un recurso importante para España, que es el cuarto importador a nivel mundial de esta proteína que alimenta a los animales.
En suma, Mercosur era la joya de una estrategia comunitaria basada en diversificar socios.
Con ese espíritu Bruselas trabaja con otros nueve potenciales aliados en la mira con los que espera firmar nuevos o actualizados tratados de libre comercio: Australia, Chile, India, Indonesia, Malasia, México, Nueva Zelanda, Filipinas y Tailandia.
El riesgo
El nuevo retraso en la firma pone en riesgo todos estos objetivos. Porque la nueva patada hacia delante de los 27 escuece y mucho en los aspirantes a mejores socios latinoamericanos, que deben decidir este sábado si pueden extender algo más su paciencia.
Quien más ha elevado el tono ha sido el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que tras saber que Italia se unía en el 'no' a Francia advirtió de que si no se firmaba este sábado el acuerdo, no se haría mientras él fuera jefe de Estado.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, charla con el presidente francés, Emmanuel Macron, en la cumbre de este jueves en Bruselas. EFE.
Después ha moderado su indignación, asegurando que plantearía la cuestión a sus vecinos latinoamericanos, pero todas las partes involucradas en esta historia saben que lo máximo que puede ofrecerse este sábado a los países integrantes del Mercosur es paciencia 'por unos días'.
Así, en indeterminado. No hay fecha fija para volver a intentar la rúbrica, y en Bruselas cunde el escepticismo.
"No sabemos si puede resolverse en un mes o en 10 años", han señalado fuentes diplomáticas. Giorgia Meloni debe aclarar si el descontento de los agricultores italianos no se convierte en un enorme problema político para ella, y Emmanuel Macron insiste en que el acuerdo no es de su agrado.
Von der Leyen necesita reunir en el Consejo de la UE una mayoría de al menos 15 países (el 55%) que representen a un 65% de la población, en la que será clave el sí de Italia.
Pero incluso si lo firmara el pacto aún tendría por delante varios obstáculos a superar. Necesita luz verde definitiva a las cláusulas para proteger a los agricultores y ver cómo termina el intento de un amplio grupo de eurodiputados para obligar a la justicia europea a pronunciarse sobre si el acuerdo es compatible con los tratados comunitarios, algo que se votaría a principios de 2026.
Finalmente, el gran examen del acuerdo comercial será el voto para su ratificación en el Parlamento Europeo, donde la oposición de los grupos más a la izquierda y a la derecha del hemiciclo y de varias delegaciones claves en los grupos centristas podrían hacer descarrilar más de un cuarto de siglo de negociaciones.