"Las crisis se superan con prudencia". La última que está viviendo Sergio Samper como CEO de Grupo Jorge es la provocada por la peste porcina africana, pero en la despensa de la empresa líder del sector cárnico español hay más. "Un legado es una responsabilidad; también, un privilegio".
Cuando Sergio Samper (Zaragoza, 1966) terminó Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid no planeaba incorporarse a Grupo Jorge, una empresa fundada por su abuelo, Tomás Samper Albalá, en los años cuarenta del siglo pasado. Pero, aunque el destino baraje nuestras cartas, la vida le ha demostrado a Samper que, tal y como decía Arthur Schopenhauer, nosotros las jugamos.
Después de quince años como CEO de la empresa cárnica aragonesa, Samper puede decir ya que ha ganado la partida. "Soy feliz; es un trabajo exigente, pero muy estimulante", asegura, incluso cuando la crisis de la peste porcina africana detectada en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) golpea a la cuenta de resultados. "Es una mala noticia, pero conviene recordar que no afecta a la salud humana y que ninguna de nuestras granjas ni centros productivos está en la zona de vigilancia".
Aun así, Grupo Jorge prescindió los primeros días de la crisis de trescientos trabajadores temporales del matadero de Osona (Barcelona). ¿Algún impacto más? "Algunos países han activado bloqueos temporales a las importaciones desde España. Esto tensiona al conjunto del sector, especialmente a las empresas más exportadoras", explica el CEO de un grupo que da trabajo a alrededor de siete mil personas y que exporta carne de cerdo a más de cien países. En 2024, facturó 2.015 millones de euros.
¿Cómo se actúa ante las crisis?Con anticipación, prudencia y visión de largo plazo. Hemos activado nuestros protocolos, reforzado los controles de bioseguridad y ajustado la operativa a la nueva realidad. El sector va a vivir un proceso de reequilibrio y nuestra prioridad es estar entre las empresas que salen más fuertes, proteger el empleo estable, cuidar a los clientes y ganar eficiencia y solidez a futuro.¿Alguna ventaja?Somos un grupo diversificado, con músculo financiero y una estructura muy flexible. Eso nos permite adaptarnos mejor a escenarios complejos. El objetivo es preservar el empleo estable. Estamos haciendo ajustes operativos muy selectivos y siempre desde la responsabilidad y con una visión clara de continuidad.¿Qué siente por ese legado?Es una gran responsabilidad; también, un privilegio. Hicieron un trabajo extraordinario, como padres y como emprendedores. Nunca se vinieron abajo ante las dificultades y, con su esfuerzo, consiguieron dejarnos una gran empresa. Nuestro deber es estar a la altura de ese trabajo y hacerlo crecer de forma congruente.Sus hermanos Jorge, Olga y Carmen también son dueños y trabajan en el grupo. ¿Qué dejarán a la siguiente generación?Una empresa más grande y mejor que la que nosotros recibimos. Mi deseo es que la compañía siga su proceso de expansión y mejora. Trabajo para mentalizar a mis hijos y sobrinos para que, desde su papel de accionistas, continúen con la labor.¿Se han planteado vender?Los actuales accionistas estamos muy comprometidos con el proyecto. El foco está en seguir desarrollando la compañía, no en venderla.Su hermano, Fernando Samper, fundador de Forestalia, decidió salir de la empresa familiar. ¿Fue una separación amistosa?Hubo distintas visiones sobre el modelo de empresa y el ritmo de crecimiento. Él siempre ha tenido una enorme capacidad para generar proyectos y quería avanzar más rápido, mientras que el resto optábamos por un enfoque más gradual y continuista. La decisión de separar nuestros caminos fue positiva. Las compañías son independientes, sin participaciones cruzadas, con estructuras de gobierno, equipos directivos y estrategias propias. En lo personal, la relación siempre ha estado basada en el cariño, el respeto y la buena sintonía.¿Qué lecciones aprendieron de ese proceso?Que las dificultades se superan con trabajo, diálogo y un equipo cohesionado. Es en esos momentos cuando se ponen a prueba los valores de la empresa y de la familia.¿Cuáles son los suyos?El trabajo duro, la disciplina, el compromiso y el orgullo de marca. Son principios que hemos vivido en casa desde niños y que forman parte del ADN de la empresa.¿Ha cumplido el sueño de sus padres o abuelos?Creo que se sentirían muy satisfechos con el trabajo que hemos hecho. Hemos profesionalizado el proyecto y lo hemos llevado a otra escala, pero sin renunciar a ese espíritu fundacional. Ellos nos animarían a no cesar en el empeño de mejorar y a no caer en la autocomplacencia.¿Y cuándo cumplirá los suyos?Los sueños rara vez se cumplen al cien por cien.¿Es una empresa familiar un dolor de cabeza?Dirigir una empresa con siete mil trabajadores es una tarea compleja y llena de problemas; algunos días te acuestas con dolor de cabeza. Pero sería injusto quedarse sólo con esa cara de la moneda. Es también un trabajo apasionante, lleno de retos y muy gratificante.¿Cree que los españoles valoran ese esfuerzo?Tengo la impresión de que, como colectivo, los empresarios están razonablemente bien valorados. También percibo que los jóvenes muestran hoy más inquietud emprendedora que antes. La crisis laboral, la tecnología, el auge de las start up y la búsqueda de autonomía profesional han impulsado que cada vez más personas quieran ser empresarios.Se han sentido maltratados?La carga impositiva, la excesiva regulación, la burocracia o la falta de incentivos pueden generar insatisfacción. Pero recrearse en sentirse perjudicado no ayuda; es más productivo centrarse en mejorar los procesos de la empresa, buscar soluciones innovadoras y adaptarse mejor que los demás a ese contexto.¿El objetivo es ganar más?Es desarrollar el plan estratégico de la empresa y hacerlo cumplir, y para todo ello hace falta flujo económico. En nuestro caso, lo que ganamos lo reinvertimos en la empresa. Si una persona tiene mucho patrimonio invertido en su compañía, se la considera rica, aunque ese dinero esté comprometido y al servicio del proyecto empresarial.Grupo Jorge también es un actor importante en el sector energético. ¿Es importante diversificar?Nuestro padre pasó por etapas difíciles y de ahí surgió la convicción de no depender de un solo negocio. A finales del siglo pasado apostamos por las energías renovables y hoy contamos con una división muy completa (eólica, fotovoltaica, hibridaciones, baterías y biogás) que es estratégica. Reducir riesgos diversificando es fundamental.Los adolescentes mandan en los viajes familiaresLa bodeguera que abandonó Tesla y a Elon Musk para elaborar vino en Ribera del DueroEl champagne feliz de Leonardo DiCaprio Comentar ÚLTIMA HORA