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Adobe Stock Vivir | Relaciones humanas Atención, vengativos: este rasgo revela que tenéis (al menos) una debilidad«La mayoría de nosotros lo somos de una manera u otra», afirman
Sábado, 27 de diciembre 2025, 00:07
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4 min.
La venganza suena a Conde de Montecristo, a teatro del siglo de oro con sus historias de reparar el honor, a andanzas de 'narcos'... así ... que parece que ha quedado algo relegada a la literatura y al mundo del crimen (y, por tanto, al sinfín de series y películas que se nutren de ello). O eso creemos... porque, aunque nos sorprenda o nos inquiete, todos llevamos la semillita de la venganza dentro. Otra cosa es que le demos rienda suelta.
Uff, pues sí que somos retorcidillos, deberíamos hacérnoslo mirar, ¿no? Lo que pasa es que, muchas veces, ni nos damos cuenta de nuestras micro-venganzas: «¡La venganza se aplica en el día a día de maneras muy sibilinas porque forma parte de nuestra conducta más inconsciente!». Ay, Dios, que encima nos sale sola... menudo problemón. ¿Nos hemos puesto a pensar alguna vez si somos vengativos? ¿Qué dice de nosotros el hecho de que 'la guardemos' y busquemos devolver el daño que nos han hecho (o que creemos que nos han hecho)?
¿Soy mala persona si tengo un carácter vengativo?
«En este caso respondería con otra pregunta: ¿aplicas la venganza o la justicia? Son cosas muy diferentes. Somos vengativos cuando buscamos infligir un daño directo e impulsivo a quien antes nos lo ha generado a nosotros de alguna manera. Si una compañera me traiciona para lograr un ascenso, puedo vengarme de ella publicando en redes algo privado y hasta sórdido para atacar su imagen pública. Eso es venganza y definiría una conducta deshonesta», explica Sabater. Pero, tal y como matiza, justicia sería destapar o denunciar su comportamiento por canales legales y éticos. «Sería buscar reparación por medios más meditados, reflexivos y justos, sin causar un daño directo, pero donde sentirnos aliviados», apunta. ¿El problema? Que la justicia es lenta, dice, y no siempre encontramos los canales o recursos para ponerla en práctica. La venganza es más rápida, pero, aunque genere una gratificación momentánea, «te convierte en la misma clase de persona que te ha hecho daño», advierte.
¿En qué nos beneficia vengarnos?
Produce una satisfacción intensa, pero poco duradera. Tarde o temprano tomamos conciencia de que el acto cometido no siempre repara. «El sentido ético y moral termina pesando», asegura la psicóloga. Bueno, a unos más que a otros: «Los perfiles definidos con la tríada oscura (maquiavelismo, psicopatía y narcisismo) son los que más se deleitan y justifican los actos de venganza». Esos nunca lo pasan mal. Solo hay que mirar a nuestro alrededor para comprobar que hay personas que nunca salen escaldadas por sus acciones cuestionables.
¿Qué revela?
De todos modos, ser vengativo no es un perfil de personalidad, indican los expertos. No es algo intrínseco, aparece por muchos motivos que dicen mucho de ti, revela María Padilla, de Capital Psicólogos. Son estos:
1. Que no se ha podido gestionar algún daño recibido. «A veces la ira está en una mochila que llevan las personas durante mucho tiempo.Entonces, esa ira se proyecta en quien consideramos que nos ha fallado. Es porque ponemos el listón muy alto», indica Padilla.
2. Que se es hipersensible al daño. «Hay personas que viven la herida con tanta intensidad que cuando alguien les hace daño solo pueden equilibrar lo que les ocurre si al otro le pasa algo. ¿Vengativos? En realidad son muy sensibles, con muchas pequeñas cositas que les hacen daño».
3. Que no se tiene la capacidad de recordar sin dolor. Que otro sufra un daño no te repara. «Por eso, mejor recordar, con conciencia pero sin dolor y protegernos, alejándonos durante un tiempo de lo que nos ha causado la herida si es necesario», aconseja la psicóloga.
El país de las venganzas a tiros: 300 muertos este año
Detrás de toda venganza que se precie hay un sentido de injusticia. Y esto es algo que hemos sufrido todos en piel propia. «Son esos 'atentados' contra la dignidad, contra nuestros derechos y necesidades», afirma la psicóloga Valeria Sabater. Ahora bien, según recalca, lo que da el paso a que la llevemos cabo o no a gran escala, con una conducta hostil y violenta, «viene mediado por la propia educación y, sobre todo, por el sustrato sociocultural. Por ejemplo, Estados Unidos es un país donde los actos de venganza están a la orden del día y ejemplo de ello son los tiroteos. Este año, según 'The Mirror', han sido 369, con un saldo de 300 víctimas».
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