La esposa del presidente se reunía con el jefe de Air Europa cuando estaba en situación financiera desesperada, pero la aerolínea niega relación con el rescate
La esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, con Javier Hidalgo.E. M.Carlos Segovia MadridMadridActualizado Miércoles, 3 diciembre 2025 - 00:01- Entrevista Ábalos a EL MUNDO antes de ir a prisión: "Investigar a Air Europa sería abrir el melón, ahí podemos llegar a Begoña. Podemos llegar bien llegados"
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El rescate de Air Europa por valor de 475 millones de euros, el principal y más rápido de los aprobados por el Gobierno tras la pandemia, presenta hechos claros y también persisten sombras no explicadas.
«Todo los que se está diciendo por parte de Ábalos es mentira», afirmó categórico Pedro Sánchez ayer en RTVE. «En ningún momento se solicitó a la señora Begoña Gómez intermediación o gestión alguna con relación al mencionado procedimiento administrativo, en el que no tuvo intervención alguna», manifestó a la misma hora en inusual comunicado Air Europa.
El principal responsable del rescate estatal de la aerolínea y la propia empresa se han visto obligados a salir así al paso de las últimas declaraciones de Ábalos, que dijo a EL MUNDO que «investigar a Air Europa sería abrir el melón, ahí podemos llegar a Begoña. Podemos llegar bien llegados». Y también a las de su asesor en el Ministerio de Transportes y actual compañero de celda Koldo García a OK Diario sobre que escuchó a los dirigentes de Air Europa el plan de pagar hasta un millón de euros a la esposa del presidente del Gobierno por su gestión. Air Europa lo niega también.
Los hechos claros en esta operación son que todos los gobiernos europeos aprobaban entonces ayudas estatales a sus principales aerolíneas, porque, golpeadas por la pandemia, podían quebrar al carecer de ingresos para pagar, por ejemplo, sus aviones. Cualquier Gobierno de España habría respaldado a Air Europa, una de las más importantes del país y propiedad de la familia Hidalgo. Fue además un préstamo en condiciones consideradas muy duras por su entonces CEO, Javier Hidalgo, y que la compañía acaba de devolver en su totalidad en cuanto ha podido para ahorrar intereses.
Lo que queda por averiguar, según los propios agentes de la UCO involucrados, es si este apoyo fue realizado sin irregularidades ni trato diferencial con respecto a otras empresas estratégicas necesitadas de ayuda. Y, sobre esta inquietante incógnita, hay también oscuros hechos acreditados. El primero, Víctor de Aldama, que se ha autoinculpado de corromper en el Ministerio a Koldo García y al propio Ábalos para que ayudaran a, entre otros clientes suyos, Air Europa.
También está acreditado que la esposa del presidente del Gobierno se reunió el 16 de julio con Hidalgo para conseguir patrocinios de Globalia -matriz de Air Europa- en un proyecto que ella dirigía en el IE. Así lo confirmó el pasado año en el Senado Leticia Lauffer, directora en la época de Wakalúa, el brazo de Globalia para los patrocinios. Fue en el despacho de Hidalgo y Lauffer apuntó a que se vieron ambos a solas. Fue en una época en la que Air Europa estaba ya en situación financiera desesperada y pedía entonces al menos alguna ayuda extraordinaria del Instituto de Crédito Oficial. Tanto que, ese mismo día, Sánchez se reunió con Ábalos y Nadia Calviño para buscar una solución para Air Europa, porque, según un mensaje del ahora preso a la entonces ministra de Economía, «ya no puede burlar más a los acreedores».
También queda acreditado en mensajes intervenidos por la UCO que Calviño se resistió inicialmente tras conocer que los Hidalgo se habían repartido un fuerte dividendo en ese mismo año, pero que terminó aceptando la operación por un valor incluso superior al montante inicial solicitado por Air Europa. «Lo de Calviño no importa», apostó Koldo a Aldama.
Otro hecho es que, según el Tribunal de Cuentas, la tramitación del apoyo a la aerolínea por parte del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégica fue el más rápido de cuantos se aprobaron. Cinco veces más veloz que la media. También está documentado que en las reuniones decisorias de este fondo gestor de las ayudas participó muy inusualmente Manuel de la Rocha, el asesor económico en Moncloa del presidente, cuando en prácticamente todo el resto de operaciones nunca hubo ningún representante de Presidencia, sino sólo de los Ministerios económicos.
Otro hecho es que se troceó el préstamo a Air Europa de modo que ningún tramo superara los 250 millones que obligaban a dejar en manos de la Comisión Europea el control de la ayuda. En cuanto a Sánchez, no se inhibió en el Consejo de Ministros decisivo, pese a que beneficiaba a la empresa a la que había pedido patrocinio su esposa.
Ni Fiscalía ni jueces ven hasta ahora indicios penales más allá de Ábalos en este feo asunto y los últimos testimonios pueden responder a una estrategia de defensa, pero sigue faltando, como mínimo, más luz sobre tantas sombras.