- THOMAS HALE Y HAOHSIANG KO
Pekín evita los daños comerciales provocados por la guerra comercial de Trump.
En un año dominado por la guerra arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump, una oleada de gravámenes de represalia y negociaciones comerciales intermitentes, el superávit de un billón de dólares (853.000 millones de dólares) de China ha dejado claro que sigue siendo un gigante comercial imparable.
Si bien el superávit comercial del país con EEUU es más de 100 000 millones de dólares inferior en lo que va de año que el total del año pasado, ha aumentado en un amplio número de otros destinos, desde el sudeste asiático hasta Europa. El resultado es un superávit mundial histórico de bienes que alcanzó los 1,08 billones de dólares en noviembre, impulsado por 3,41 billones de dólares en exportaciones y superando todos los totales anuales anteriores.
Esta semana en Pekín, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió sobre los "desequilibrios" en la relación comercial con China, que días antes el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó de "insoportables".
El diferencial comercial también refleja el avance de China en la cadena de valor manufacturera, en particular en el sector automotriz, lo que refuerza su arraigado dominio en áreas como los teléfonos y los ordenadores, así como en bienes de menor valor.
"A corto plazo, creo que el superávit comercial seguirá creciendo", afirma Michelle Lam, economista para la Gran China de Société Générale. "Es un problema que no va a desaparecer en un futuro próximo".
Sin embargo, la fortaleza de las exportaciones chinas contradice un panorama económico más débil en el país, donde las autoridades se enfrentan a una débil confianza del consumidor y a la deflación. Las importaciones también han disminuido, lo que ha tensado las relaciones con los socios comerciales y ha aumentado la posibilidad de represalias.
Crecimiento en el sudeste de Asia
El crecimiento de las exportaciones chinas al sudeste asiático es una de las características más llamativas del orden comercial emergente, y se examina minuciosamente por su relación con la guerra arancelaria de Trump.
El superávit de China con la región ascendió a 245.000 millones de dólares en los primeros 11 meses del año, muy por encima de los 191.000 millones de dólares para todo el año 2024. Esto se debió al crecimiento del superávit con países como Vietnam y Tailandia, así como con Malasia, con la que China registró un déficit el año pasado.
Los economistas afirman que esto probablemente refleje el "trasbordo" de productos chinos a través de la región, cuyas exportaciones a EEUU se han disparado este año.
Los datos regionales muestran la expansión de China en otros mercados este año. El superávit de 11 meses del país con África crece en 27.000 millones de dólares con respecto a las cifras de 2024, impulsado por Nigeria, Liberia y Egipto, y las ventas de buques de carga al continente. El superávit de China con la UE aumenta en casi 20.000 millones de dólares, mientras que el de Latinoamérica lo hace en 9.000 millones de dólares.
Automóviles y más automóviles
El mayor aumento del superávit comercial este año procede del sector automotriz. El superávit de China para este sector aumentó en 22.000 millones de dólares en los primeros 10 meses de 2025 en comparación con el mismo período del año pasado, elevando el total a 66.000 millones de dólares.
Se trata de un cambio extraordinario con respecto a hace sólo tres años, cuando China registraba un déficit con el resto del mundo en los automóviles. China no superó a Japón como el mayor exportador mundial de automóviles hasta 2023.
El comercio de automóviles del país con la UE también ha pasado de un déficit a un superávit este año, mientras que las exportaciones de vehículos han impulsado su superávit con África.
China también registró un superávit comercial global de 64.000 millones de dólares en baterías durante los primeros 10 meses, lo que refleja un impulso nacional de los vehículos eléctricos que ha convertido a los principales fabricantes del sector del país, como BYD, en marcas reconocidas a nivel mundial.
La fábrica del mundo
El enorme sector manufacturero de China sigue siendo unabase fundamental para multinacionales como Apple y Volkswagen, así como para los productores nacionales.
En los 10 primeros meses de 2025, 837.000 millones de dólares de las exportaciones chinas, más de una cuarta parte del total, procedieron de empresas con inversión extranjera, según muestran los datos aduaneros.
Dos de los mayores contribuyentes al superávit comercial del país durante este período fueron los teléfonos y los productos de telecomunicaciones, con 151.000 millones de dólares, y los ordenadores, que representaron otros 70.000 millones.
El superávit de China también se ha visto impulsado por una serie de artículos de bajo precio como los paquetes de bajo valor, el modelo de negocio empleado por minoristas en línea como Shein y Temu, que han sido objeto de críticas en EEUU y la UE por aprovechar las lagunas legales de las exenciones de impuestos.
Los paquetes de bajo valor sumaron 22.000 millones de dólares al superávit comercial en los primeros 10 meses en comparación con el mismo período del año pasado, registrando un fuerte aumento en Europa.
Ventajas de una moneda más débil y la caída de precios
El yuan se ha apreciado frente al dólar durante el último año, pero la moneda china se mantiene en niveles más bajos que los de la última década.
A diferencia de otras grandes economías, China se enfrenta a una deflación de los precios al consumo y al productor relacionada con las altas tasas de producción que están impulsando el boom exportador.
Adam Wolfe, economista de Absolute Strategy Research, afirma que la participación de China en los volúmenes de exportación mundiales está aumentando a un ritmo no visto desde el "shock chino" inicial en la década de 2000, tras la adhesión del país a la Organización Mundial del Comercio. Pero al mismo tiempo, el valor total de sus exportaciones se ha mantenido estable en términos nominales gracias a la caída de precios.
Los economistas explican que la presión deflacionaria está haciendo a los productores chinos más competitivos frente a sus rivales globales. "Cada año, el diferencial de inflación también otorga a China una mayor competitividad en términos de precios", afirma Shuang Ding, economista jefe para la Gran China y el norte de Asia en Standard Chartered.
¿Qué está comprando China?
Si bien las exportaciones chinas han crecido este año, las importaciones han disminuido ligeramente hasta los 2,3 billones de dólares. La principal fuente de importaciones individuales de China son las materias primas, como el mineral de hierro, el cobre, la soja y los productos petroquímicos. También es un importante importador de semiconductores, un foco de presión comercial estadounidense.
Ding afirma que hay algunos "indicios de sustitución de importaciones", lo que significa que productos que antes importaba China, como maquinaria y robots industriales, ahora se fabricaban en el país.
Sin embargo, China también se enfrenta a una demanda interna débil y a una crisis del sector inmobiliario que entra en su quinto año. Diversos indicadores recientes, como la caída de la inversión, ponen de relieve la importancia de las exportaciones para impulsar el crecimiento económico.
Wolfe pronostica que el superávit comercial podría seguir aumentando hasta los 1,5 billones de dólares si la inversión en activos fijos sigue siendo débil, especialmente en la construcción, que tiene una mayor dependencia de las materias primas y contribuye a impulsar las importaciones.
"El Nuevo Shock Chino persistirá mientras la demanda interna se mantenga débil", afirma.
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