- El exceso de grasas en la dieta predispone al cáncer de hígado
- El consumo diario de queso graso se vincula a menor riesgo de demencia
Los farmacéuticos explican cómo paliar el malestar digestivo de las cenas y comidas navideñas copiosas, especialmente si se toman medicamentos, y aconsejan qué medicamentos es mejor tomar en caso de malestar ante una digestión pesada.
La Navidad, además de los regalos y los festejos, viene acompañada de un aumento del consumo de alcohol y de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal. Y no solo las fechas señaladas, sino también los días de vacaciones, en los que, además, se reduce la actividad física, pueden causar efectos indeseados y afectar al metabolismo de los medicamentos que se toman de forma crónica.
Para controlar estos excesos y evitar que la salud digestiva se resienta esta Navidad con la aparición de molestias como las náuseas, gastritis, reflujo o el estreñimiento, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos aconseja, través de su Vocalía Nacional de Alimentación, varias medidas: planificar los menús; servir raciones pequeñas en cada uno de los platos, y cuidar el resto de las comidas en días no festivos, optando por las comidas habituales y saludables, como las verduras, hortalizas, la fruta fresca y la proteína procedente de huevos, pescados, carne blanca y legumbres.
Recalcan que es importante respetar las indicaciones, dosis y duración de los tratamientos médicos para síntomas como la hinchazón, distensión abdominal, gases, reflujo o ardor estomacal para evitar la aparición de reacciones adversas, apuntan en un comunicado en el que recogen otros consejos farmacéuticos que contribuyen a cuidar estos días la salud digestiva:
Utilizar alternativas saludables: mayonesas bajas en grasas o versiones más saludables, por ejemplo, utilizando huevo cocido, agua y una pequeña cantidad de aceite.
- Optar por platos más ligeros, como pescados al horno con limón y hierbas en lugar de carnes en salsa.
- Incorporar guarniciones de ensalada y verduras en vez de alimentos fritos.
- Emplear técnicas culinarias como el asado, cocinado al vapor o plancha. Evitar el tostado excesivo por los compuestos nocivos que se generan.
- Tener siempre a mano opciones saludables, como frutas, frutos secos o palitos de verduras con hummus o guacamole, para picar entre comidas o como entrante.
- Usar especias para dar sabor a platos y bebidas sin tener que optar por grasas, azúcares o sal.
Si a pesar de estas pautas básicas, aparecen síntomas específicos de las digestiones pesadas, hay una serie de medicamentos que no requieren prescripción y que el farmacéutico puede recomendar para tratar los siguientes problemas:
- Hinchazón, distensión abdominal, gases, eructos o flatulencias. Pueden emplearse por vía oral siliconas en monoterapia (como la simeticona, que reduce la tensión superficial de las burbujas de gas en el sistema digestivo, favoreciendo su eliminación), siliconas en asociación (como dimeticona, con enzimas pancreáticas que facilitan la digestión a nivel intestinal) o el carbón activado, que actúa adsorbiendo las partículas de gas a nivel intestinal.
- Estreñimiento. En general, los fármacos para el estreñimiento deben utilizarse cuando las medidas higiénico-dietéticas no funcionen. Los fármacos para el estreñimiento se conocen como laxantes y producen un aumento del tránsito colónico y/o reblandecimiento de las heces.
- Reflujo o ardor estomacal. Dependiendo de la sintomatología específica, existen cuatro grupos de fármacos para su dispensación bajo consejo farmacéutico:
- Los alginatos, que neutralizan los ácidos gástricos y forman una barrera de gel que flota en el estómago.
- Los antiácidos, como el almagato, que neutralizan el ácido clorhídrico e inhiben la pepsina activa. Además, son adsorbentes y neutralizantes de los ácidos biliares.
- Los antagonistas H2, como la famotidina, que reducen el volumen de secreción gástrica basal y estimulada.
- Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, que inhiben la secreción gástrica de ácido.
- Dolor de tipo cólico. Siempre bajo consejo farmacéutico y durante periodos cortos de tiempo, se puede valorar el empleo de butilescopolamina, que reduce los espasmos en el tracto gastrointestinal y, por tanto, el dolor.
Ahora bien, desde la farmacia se apela al buen uso de estos medicamentos, respetando las indicaciones y la duración del tratamiento, con el fin de evitar la aparición de reacciones adversas. Por ejemplo, aunque el omeprazol suele ser bien tolerado y las reacciones adversas son generalmente leves, el empleo durante periodos prolongados de tiempo (mayores a 1 año) o a dosis elevadas se ha relacionado con reacciones adversas como reducción en los niveles de vitamina B12 -que puede ocasionar un tipo de anemia-, de magnesio -que podría dar lugar a debilidad muscular y calambres- y de calcio, que podría derivar en una osteoporosis e incremento del riesgo de fracturas.
No hace falta pasar frío o tener hambre
Igualmente, estos profesionales abogan por no asumir "falsas creencias, como que los excesos se compensan no comiendo el resto del día".
"Es importante no saltarse las comidas habituales e incluso hacer una pequeña ingesta de fruta fresca o un lácteo, con efecto saciante, antes de las comidas y cenas navideñas", señalan.
Algunos de esos falsos mitos son:
- Con el frío se queman las calorías ingeridas: el frío hace que el cuerpo aumente el metabolismo y queme más grasa, pero apenas tiene efecto si se va abrigado y no se hacen actividades en exteriores.
- Se compensa la comilona no comiendo el resto del día: llegar en ayunas a estos eventos puede generar una hipoglucemia que conduce a comer más cantidad y tener predilección por alimentos dulces y grasos.
- Las recetas tradicionales son saludables: si los ingredientes son altos en grasas, sal o azúcares, a pesar de ser recetas tradicionales, nutricionalmente pueden ser poco recomendables.