José Antonio G. A., de 44 años y empleado de un supermercado, acabó el pasado domingo por la noche en Torrejón con la vida de su pareja, María Ángeles, de 45 años, aprovechando que tenía que devolverle el perro que ambos compartían tras su reciente separación. Ella y las dos hijas del matrimonio se habían marchado hace dos meses a vivir con su madre y planeaba ya divorciarse de forma amistosa tras darse un tiempo de reflexión.
El hombre, que trabajaba en el turno de noche, telefoneó a su mujer para entregarle la mascota durante unos días. María Ángeles llegó a la casa y, en ese intercambio, se produjo el crimen. Se investiga si José Antonio, un corredor popular de carreras de larga y media distancia, podría haber planificado el asesinato tras conocer la intención de su mujer de poner fin a una relación de más de 22 años. El hombre asestó más de diez puñaladas a la mujer, una de ellas en el cuello. Ocurrió en el cuarto piso del número 2 de la calle Reino Unido, en Torrejón de Ardoz. A continuación, el asesino subió a la azotea y se tiró al vacío. Murió en el acto.
Las dos hijas del matrimonio estaban fuera de casa. La menor, de 13 años, con la abuela. La mayor, de 17, se encontraba por la zona paseando con un amigo y se acercó de inmediato a su casa tras ser avisada de lo sucedido.
Nadie en el entorno de la pareja se esperaba este trágico final, pese a un turbio episodio de hace tres años, cuando varios vecinos alertaron del maltrato que sufría la mujer.
Fuentes policiales explican que, en 2022, un vecino llamó al 091 denunciando el comportamiento violento de José Antonio hacia su esposa. Tras la advertencia de este ciudadano anónimo, se activó un protocolo por parte de la Policía Nacional. Se trata de una intervención que los agentes emprenden de oficio sin que sea necesaria la colaboración de la mujer cuando detectan indicios de que puede estar produciéndose violencia; un protocolo que se puso en marcha en 2021 precisamente por la constatación de las distintas policías del Estado de las dificultades de las mujeres a la hora de denunciar, que fue lo que ocurrió en este caso. Durante las pesquisas, María Ángeles no quiso declarar ni seguir adelante con la denuncia, y el caso quedó inactivo, como ocurre en otros episodios de agresiones.
Las mismas fuentes confirman que tanto él como ella, ambos de nacionalidad española, estuvieron en 2022 en el sistema VioGén, el de seguimiento de las víctimas de violencia machista y sus agresores.
Reponedor en un supermercado y corredor popular
El asesino era muy conocido en el barrio, donde le apodaban Chiqui. Participaba en muchas carreras populares y solía correr a diario por las afueras de Torrejón junto a su perro. El hombre trabajaba de reponedor en una conocida cadena de supermercados. Desde el pasado mes de septiembre, vivía solo y había explicado a sus amigos que estaba separándose de forma amigable de su mujer.
Los vecinos de la pareja aseguran que nunca habían escuchado peleas entre ambos hasta lo ocurrido el pasado domingo, cuando se sobresaltaron con los gritos del hombre diciendo: «Te voy a matar».
Los allegados de María Ángeles, empleada de una empresa aeronáutica de Torrejón, tampoco podía vaticinar lo sucedido. Aseguran que ella estaba muy contenta tras el divorcio y habían quedado para una cena de amigas el próximo 19 de diciembre. Una de las causas principales de los asesinatos machistas se produce en el proceso de separación o divorcio, ya que este puede suponer un acelerador del riesgo de agresiones, a veces letales.
El Ayuntamiento de Torrejón celebró ayer un minuto de silencio para condenar el terrible crimen machista del municipio. En ese acto se confirmó que la mujer había rechazado en 2022 seguir con la denuncia contra su pareja para salvar su matrimonio.