Aunque la normativa esté perjudicando a Europa en el ámbito de la IA, la DMA ha demostrado su valor como impulsora de la interoperabilidad
3 comentariosFacebookTwitterFlipboardE-mail 2025-12-10T11:30:36ZJavier Pastor
Editor Senior - TechJavier Pastor
Editor Senior - Tech Linkedintwitter9774 publicaciones de Javier PastorLa Digital Markets Act (DMA) y la Ley de la IA son dos de los grandes exponentes de algo que se le critica mucho a la Unión Europea: su obsesión reguladora. Es cierto que dichas normativas encorsetan a empresas y pueden frenar la innovación europea —ha pasado con la IA—, pero a esos preocupantes efectos colaterales les acompañan otros mucho más de agradecer. Sobre todo porque esa regulación ha provocado que el mundo sea un poco más interoperable. Hay dos grandes ejemplos de ello.
Primer ejemplo: USB-C. La adopción del conector USB-C como el obligatorio para poder cargar dispositivos móviles y otros productos hardwares es sin duda positivo para los usuarios. Aunque el estándar tiene sus propios problemas, su uso como conector universal ha evitado el uso de conectores propietarios que dificultaban la interoperabilidad y que provocaban mayores problemas para el medioambiente en forma de residuos electrónicos.
En XatakaLa obsesión reguladora de la UE plantea un mundo en el que la IA tendrá dos velocidades. Y Europa saldrá perdiendoSegundo ejemplo: AirDrop universal. Recientemente hemos visto además cómo Google ofrecía soporte en los Pixel 10 para poder transferir datos a un iPhone o un iPad gracias al soporte de AirDrop en QuickShare. Ese soporte se extenderá a otros móviles Android pronto, y eso mejora la interoperabilidad entre ambas plataformas. Desde ahora será mucho más fácil pasar fotos directamente de móvil a móvil (sea iPhone o Android) inalámbricamente, y ahí tenemos que darle las gracias a la Unión Europea, que obligó a Apple ha modificar el funcionamiento de AirDrop para cumplir con la DMA.
Y aún hay más. Estos esfuerzos por mejorar la interoperabilidad se verán aún más recompensados pronto. Google y Apple han anunciado su colaboración a la hora de hacer mucho más sencilla la portabilidad entre distintas plataformas. Así, cambiar de un móvil Android a un iPhone o viceversa va a ser más sencillo gracias a los esfuerzos que están haciendo ambas empresas. ¿Por qué han tomado esa decisión? De nuevo, por la "obsesión reguladora" de la UE.
La UE saca pecho. Los euroreguladores de hecho celebraron estos días esa decisión de Google y Apple, y afirman que la renovada interoperabilidad "es un ejemplo de cómo la Digital Markets Act (DMA) ofrece beneficios tanto a los usuarios como a los desarrolladores". Esa misma regulación fue la que permitió que en iOS 26 se añadiera soporte para transferir una eSIM desde y hacia un móvil Android, por ejemplo.
La UE contra (casi) todos. Puede que a menudo se critique la obsesión reguladora de la UE, pero lo cierto es que es la gran referente a la hora de enfrentarse a la ambición ilimitada de las Big Tech. Lo ha hecho en el pasado con el RGPD o con la DSA y la DMA, y ahora con la Ley de la IA. En todas ellas el fin último es normalmente razonable, aunque a menudo ocurre que la regulación acaba siendo exagerada o, como con la IA, llega demasiado pronto.
El último capítulo de la obsesión. Los reguladores europeos sospechan que Google está usando el contenido de editores de noticias y otros creadores para entrenar su IA generativa sin permiso y sin ofrecer compensación. Estas prácticas pueden constituir un abuso de la posición dominante de Google en el mercado, lo que afectaría negativamente tanto a la competencia como a los propios editores de contenido. Esta investigación afecta también a los "resúmenes de IA" (AI Overviews), que extraen y resumen información de otras páginas web reduciendo potencialmente el tráfico a esas fuentes originales.
Efecto Bruselas. La aplicación de estas normativas en un mercado como el europeo provoca el llamado "efecto Bruselas". Para las grandes tecnológicas como Apple o Google resulta más eficiente y rentable adoptar un único estándar para todos sus productos a nivel mundial que diseñar versiones específicas solo para el mercado europeo. Así, esa obsesión no solo nos beneficia (cuando lo hace) a los ciudadanos europeos, sino que acaban convirtiéndose en la norma de facto a nivel mundial, como ha ocurrido con el conector USB-C. Esa regulación acaba convirtiéndose en un poderoso motor de cambio global. No es perfecta ni mucho menos, y lo estamos viendo con la Ley de la IA o la pesadilla de las cookies, pero incluso en esos casos la UE parece haberse dado cuenta y está tratando de cambiar las cosas.
En XatakaEl precio a pagar por tener IA es el saqueo de todo el contenido de Internet. Y Perplexity es solo el último ejemploEl reto de la Ley de la IA. Si la DMA persigue la interoperabilidad, la Ley de la IA busca la transparencia y la compensación para evitar que esos monopolios se consoliden en esta era de la IA generativa. La investigación a Google no es solo una defensa del copyright, sino una medida preventiva de la competencia. Mientras tanto, EEUU y China parecen hacer la vista gorda e incluso hemos visto cómo los líderes de las grandes tecnológicas piden que las leyes del copyright no se apliquen argumentando el célebre "uso justo" (fair use) de esos contenidos que de jusot tiene poco, al menos para los proveedores de contenidos.