Pedro Sánchez había evitado pronunciarse sobre el escándalo por las denuncias de acoso sexual contra Francisco Salazar, que ha sido uno de sus más fieles escuderos en la última década. Su silencio quedó inevitablemente roto este sábado durante el tradicional corrillo con periodistas tras la celebración anual del aniversario de la Constitución en el Congreso, donde asumió "en primera persona" que ha habido "un error en la velocidad" de la respuesta a las dos mujeres que acusan a su ya ex asesor de comportamientos machistas, de los que aseguró haberse enterado por la prensa.
En esa conversación informal, en la que mantuvo un gesto muy serio, el presidente del Gobierno también descartó rotundamente que el PSOE vaya a elevar el caso a la Fiscalía, tal y como le han reclamado las responsables de Igualdad de varias federaciones y feministas relevantes como su ex número dos en la dirección de Ferraz, Adriana Lastra, arguyendo que es constitutivo de un delito de violencia de género. "Legalmente no es posible. Deben ser las denunciantes", zanjó.
La contundencia de Sánchez cerrando la puerta a la posibilidad de trasladar el asunto de Salazar a la Justicia choca con la opinión de un sector del partido que reclama precisamente que ése es el paso que hay que dar. Otro miembro destacado de la Ejecutiva socialista explicó este sábado que el Órgano contra el Acoso tiene que terminar de tramitar el expediente de las denuncias, que ha estado paralizado durante cinco meses hasta que elDiario.es alertó de esta circunstancia, pero que "si se confirma" lo que dos trabajadoras de La Moncloa han testificado de forma anónima a través del canal interno habilitado para tal fin "hay que ir a la Fiscalía".
Lejos de remitir, la tempestad desatada por el presunto acoso del político sevillano a dos subordinadas no ha dejado de crecer en lo que va de semana. Ferraz trató de atajarla sucumbiendo a la presión de convocar una reunión de urgencia por videoconferencia el miércoles por la noche con las responsables de Igualdad en la que quedó patente el "enfado monumental" que existe internamente por la gestión del caso, se planteó de forma generalizada que "hay que ir más lejos" y varias participantes reclamaron que se pusiera en conocimiento del Ministerio Público.
La mañana siguiente fue Lastra quien puso voz a esta reclamación solicitando al Órgano contra el Acoso del PSOE -cuya composición se mantiene en secreto- que cuando termine los trabajos relacionados con las denuncias contra Salazar ponga este asunto en conocimiento de la Fiscalía "de manera inmediata". "Es lo que tiene que hacer nuestro partido y estoy segura que ellos están convencidos de hacerlo", declaró.
A estas peticiones la secretaria de Igualdad de los socialistas, Pilar Bernabé, respondió oficialmente que, tal y como recoge el protocolo interno para estos casos, antes de tomar una decisión tenía que concluir la tramitación del expediente y que se elabore "un informe fundado con toda la información". Sánchez ha dejado claro ya que no hay que esperar a nada porque el partido sólo puede dar "apoyo y ayuda" a las mujeres en el caso de que decidan elevar sus denuncias.