Horas después de que varios testimonios de mujeres señalaran al socialista Paco Salazar por presuntas conductas de acoso sexual, el ministerio de Igualdad ha hecho públicos los resultados de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer que permite dibujar la magnitud estructural del problema: una de cada tres mujeres (el 36,2%) en España afirma haber sufrido acoso sexual en algún momento de su vida y una de cada seis, en la propia infancia. "Los datos nos indican que el machismo sigue siendo una realidad prevalente, transversal y estructural", ha advertido la ministra de Igualdad, Ana Redondo, este miércoles.
El estudio, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y basado en 11.894 entrevistas, perfila un panorama amplio y persistente. Según los datos, el 30,3% de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia por parte de una pareja o ex pareja, ya sea física, sexual, psicológica o económica. Dentro de ellas, el 12,7% ha vivido episodios de violencia física o sexual. Y, la mayoría, no se trataron de casos puntuales, ya que 7 de cada 10 mujeres (76,9%) afirman haberla sufrido en reiteradas ocasiones y el 39,2% se prolongó durante más de cinco años.
La violencia psicológica aparece con especial incidencia. Una de cada cinco mujeres (20,9%) declara haber sufrido violencia emocional y una de cada cuatro (25,1%), violencia de control. La económica, más intangible, alcanza al 11,7% de las encuestadas. El informe subraya que en el 95,6% de los casos de violencia física o sexual, ésta también está ligada a experimentar violencia psicológica o económica.
En las casas donde el hombre decide el uso del dinero, la violencia se vuelve más probable. Esta vulnerabilidad, según el informe, provoca que el riesgo se multiplique por cinco y se estima que casi cuatro de cada diez mujeres (38,5%) padecen esta situación. El contraste es bastante llamativo porque, cuando las decisiones se toman en común, la violencia cae hasta un 7,3% (siete de cada 100 mujeres); cuando decide solo la mujer, hasta 11 de cada 100 y cuando el poder de decisión se reparte a medias, la cifra sube a 16 de cada 100.
La macroencuesta también revela que, para la mayoría de las víctimas, la denuncia es un territorio que da vértigo y lleva a que sólo el 16,8% se atrevan a interponer la denuncia. Pero también demuestra que, cuando ese miedo se va perdiendo y las mujeres se animan a pedir ayuda o a denunciar, siete de cada 10 (73,3%) logran romper su relación con el agresor. Además, el 67,7% dejó a su pareja por la violencia, aunque, entre mayores de 75 años, la estadística cae hasta dos de cada 10 (26%).
Aun así, las secuelas en las víctimas son persistentes. El Ministerio revela que el 73, 5% de las que sufrieron violencia presentan consecuencias psicológicas y la probabilidad de suicidio es 11 veces mayor en las mujeres que han padecido violencia. Una de cada dos ha sufrido lesiones físicas, y dos de cada cinco sigue con secuelas hoy. Además, se estima que entre 1,2 y 1,8 millones de menores crecen en hogares donde la madre sufre violencia y su infancia está marcada por el miedo y el sufrimiento.
La probabilidad de suicidio aumenta 13 veces más entre las víctimas de violación. En España, se estima que una de cada treinta mujeres (3,1%) ha sido violada y la mayoría de los agresores eran de su círculo próximo: seis de cada 10 eran amigos o conocidos, y dos de cada 10, familiares. A esto se suma que el 14,5% de las mujeres han sufrido violencia sexual en algún momento de su vida y fuera de la pareja el 16,4% acoso de otra índole, que ha llevado a que más de la mitad de ellas (55,5%) presenten secuelas psicológicas.
Los datos del Ministerio también muestran como las nuevas tecnologías han llevado a que las mujeres también sufran acoso digital. Casi una de cada 10 mujeres (9,4%) recibe mensajes sexuales explícitos que no pidió; el 2,9% han sido obligadas a ver pornografía; 2,1 % coaccionadas para enviar contenido íntimo propio; y un 0,8% sufrió la difusión de imágenes sexuales sin su consentimiento. Entre las jóvenes de 18 a 24 años las víctimas de acoso digital (sexual o no) se disparan a tres de cada diez (34,5%).