Se llama Ryan James Wedding y compitió en unos Juegos Olímpicos, para terminar convertido en uno de los fugitivos más buscados del FBI.
Wedding sigue desaparecido de la justicia.@FBILosAngeles- CARLOS ESPINOSA
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Ryan James Wedding es un caso muy extraño en el mundo del deporte. Antes de figurar en la lista de los diez fugitivos más buscados del FBI, había representado a Canadá en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002 como snowboarder en una prueba de eslalon gigante paralelo en la que acabó en el puesto 24.
Nacido el 14 de septiembre de 1981, Wedding perteneció a esa generación de deportistas que pudo aprovecharse de la profesionalización del snowboard. Pero fue poco después de esta participación olímpica cuando su vida se centró en algo más que en deslizarse sobre la nieve. Según las de Estados Unidos, Canadá y México, fue por entonces cuando comenzó a vincularse con actividades relacionadas con el tráfico de drogas y sufrió un registro policial en 2006 por cultivo de marihuana en la Columbia británica (Canadá), aunque al parecer no llegó a ser imputado.
Primera condena
Su primer gran choque con la justicia lo vivió en junio de 2008, cuando fue arrestado por intentar comprar cocaína en San Diego (California) en una operación que era una trampa de la policía. Dos años más tarde, en 2010, fue condenado en Estados Unidos por conspiración para distribuir cocaína. Fue condenado a cuatro años de cárcel que no cumplió íntegros y tras salir comenzó a escalar posiciones en el entramado del narcotráfico internacional, hasta convertirse en una figura clave de una organización transnacional con conexiones en México, Estados Unidos y Canadá.
El 6 de marzo de 2025, el Departamento de Justicia de EE. UU. lo señaló como presunto dirigente de una red vinculada al Cártel de Sinaloa, con capacidad para mover grandes cantidades de cocaína y para ordenar represalias violentas. Entre los cargos que se le atribuyen figuran conspiración para exportar drogas, blanqueo de capitales y participación en planes de asesinato de testigos federales, un salto cualitativo que ha elevado su perfil criminal.
Entre los más buscados
Fue entonces cuando el FBI lo incluyó en su lista de los fugitivos más buscados, ofreciendo una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que condujera a su arresto. Desde entonces, Wedding ha pasado a ser conocido por varios alias, entre ellos “El Jefe”, un apodo que resume el papel que las autoridades le atribuyen dentro del entramado criminal.
La reciente incautación en México de su colección de motos de competición valorada en unos 32 millones de euros, ha añadido una dimensión inesperada a su historia. Ducatis de Valentino Rossi, Jorge Lorenzo o Andrea Dovizioso, la Moto2 campeona del mundo de Marc Márquez en 2012 y la Aprilia de 125 cc con la que Rossi ganó un título mundial, entre muchas otras, han aparecido almacenadas en un garaje, sin el cuidado propio de piezas únicas.
El hallazgo ha revelado el gusto de Wedding por el lujo y la memorabilia de MotoGP, un mercado reservado a grandes fortunas y coleccionistas especializados. Pero también ha servido para subrayar el contraste entre su pasado como deportista olímpico y su presente como fugitivo internacional.
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