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La administración Trump está acelerando la construcción de centros de datos de alto consumo energético como medida de seguridad nacional. Al mismo tiempo, está obstaculizando la construcción de nuevos parques solares y eólicos.
Pero ambas políticas podrían estar en conflicto: obstaculizar los proyectos de energía renovable corre el riesgo de frenar el auge de la IA y podría exacerbar el aumento de los precios de la electricidad , según sugieren una serie de datos.
"Es hora de que todos nos pongamos manos a la obra para conseguir la energía necesaria para abastecer esto", declaró Robert Whaley, director de energía para Norteamérica en Wood Mackenzie, una consultora energética. "En los próximos 10 años, realmente no habrá nada que pueda reemplazar a las energías renovables".
El auge de la IA, y sus demandas energéticas, se está produciendo mucho más rápido que el ritmo al que las empresas de servicios públicos suelen planificar y construir grandes centrales eléctricas. En respuesta, gigantes tecnológicos como Meta y Google han tomado medidas extremas para mantenerse al día, improvisando centros de datos en tiendas de campaña y firmando contratos para sus propias centrales eléctricas .
Hasta el momento, la energía renovable sigue siendo la opción más rápida y económica para incorporar electricidad a la red eléctrica. Casi el 80% de la capacidad de las centrales eléctricas planificadas está vinculada a fuentes renovables, según documentos presentados ante reguladores federales y operadores de red, recopilados por Cleanview.co , una empresa de datos energéticos.
Gas natural y nucleares
El número de solicitudes para instalaciones de gas natural y nucleares, las opciones que el presidente Donald Trump está adoptando para impulsar el aumento de la IA, es mucho menor y representa alrededor del 14% de la capacidad planificada.
La dinámica crea un desafío político potencial para Trump, cuyo objetivo de usar el auge de la IA como motor de la economía estadounidense corre el riesgo de sufrir una reacción en las urnas si los votantes culpan a los centros de datos que él ha defendido por las facturas de energía más altas .
Es probable que la voraz necesidad de electricidad de la IA mantenga el crecimiento de las energías renovables, pero cada proyecto de energía verde frustrado significa menos electrones añadidos a la red para aliviar la crisis de suministro , dicen los analistas.
El caso de Meta
Esto no significa que el gas natural, la fuente de energía preferida por el presidente, la más viable y económica, no desempeñe un papel en el impulso de la IA, a diferencia de la energía solar y eólica, que son intermitentes, el gas puede proporcionar el gran suministro de energía ininterrumpida que requieren los centros de datos. Meta, por ejemplo, depende de este combustible para alimentar su enorme complejo de centros de datos de 370.000 metros cuadrados en el noreste de Luisiana.
Y el exceso de solicitudes de energía verde se puede atribuir a los subsidios otorgados a través de la Ley de Reducción de la Inflación, que según sostienen los funcionarios de la administración Trump interfirió en el mercado y desalentó la inversión en plantas de gas.
"El presidente Trump está expandiendo la energía de carga base proveniente de fuentes confiables como el gas natural, el carbón y la energía nuclear para satisfacer la creciente demanda de electricidad generada por la IA y los centros de datos", declaró Taylor Rogers, portavoz de la Casa Blanca. "Las fuentes de energía intermitentes y poco confiables, como la energía eólica marina, impulsadas por la Nueva Estafa Verde, simplemente no pueden generar la energía sostenida necesaria para convertir a Estados Unidos en el líder mundial en tecnologías de vanguardia como la IA y la computación cuántica".
Pero el costo de construir parques solares y eólicos se desplomó en los años previos a la eliminación de dichos incentivos. Mientras tanto, construir suficientes plantas de gas y nucleares para alimentar centros de datos podría resultar demasiado lento y costoso. Las turbinas de gas, equipos esenciales para convertir el gas natural en electricidad, escasean, y aunque Trump está tomando medidas para acelerar la concesión de permisos para la próxima generación de reactores nucleares modulares pequeños, no se espera que la siguiente oleada se construya hasta finales de la década, como muy pronto.
Desajuste creciente
En EEUU, se espera que el consumo de energía de los centros de datos casi se triplique para 2035, según BloombergNEF. Este aumento, junto con la creciente demanda de la industria manufacturera y la electrificación, equivale a que EEUU tenga que abastecer de energía hasta 190 millones de nuevos hogares para 2040, según la Asociación Americana de Energía Limpia, un grupo empresarial.
El carbón probablemente no tendrá un gran impacto. Actualmente, la energía de una nueva planta de carbón costaría al menos 71 dólares por megavatio-hora de capacidad, en comparación con los 38 dólares que cuesta la energía solar o eólica, según Lazard. Y su construcción tarda mucho más.
Mientras tanto, la cantidad de energía que se puede extraer de las plantas de carbón existentes (ya sea mediante una mayor utilización o un retiro retrasado ) es modesta, según BloombergNEF.
Incluso después de los recientes cambios de política, incluido un programa de subvenciones de 625 millones de dólares para subsidiar el carbón, Wood Mackenzie espera que los megavatios estadounidenses provenientes de este combustible disminuyan cada año en el futuro.
Más competitivo
El gas natural es actualmente más competitivo en costos y su construcción es más rápida que la del carbón. El gas está vinculado al 13% de la capacidad de las centrales eléctricas planificadas, cuya entrada en funcionamiento está prevista para los próximos 10 años aproximadamente, según datos de Cleanview.co . Sin embargo, esta capacidad no puede aumentarse mucho más, al menos a corto plazo. Alrededor del 70% de las turbinas de gas del mundo provienen de tan solo tres empresas, su inventario está prácticamente comprometido para la próxima década y han mostrado poco interés en aumentar su capacidad.
La energía nuclear, que Trump está promoviendo acelerando las aprobaciones regulatorias y comprometiendo al menos 80.000 millones de dólares para desarrollar reactores , está resurgiendo, aunque de manera pequeña.
En este momento, los sistemas de almacenamiento de baterías, los paneles solares y los parques eólicos son más rápidos y más baratos de construir por kilovatio de capacidad que cualquier otra cosa, según Lazard.
Plazos
La mayoría de los parques solares, de baterías y eólicos no requieren largos permisos de calidad del aire y, por lo tanto, su construcción demora menos de cinco años. Algunos se construyen en un año y medio, según BloombergNEF. El plazo promedio para la implementación de plantas de gas natural es de tres años y medio a cinco años, y probablemente se alargará debido a los retrasos en la cadena de suministro , según la entidad. Los plazos de entrega para las plantas de gas a gran escala se han alargado un 35%, o más de un año, desde 2023, según su análisis .
De ello se desprende que más de nueve de cada diez centrales eléctricas en proyecto (aproximadamente 5.700 instalaciones) están vinculadas a energías renovables, según Cleanview.co .
El fundador y director ejecutivo de Cleanview, Michael Thomas, señala que muchos de esos planes se elaboraron durante la presidencia de Biden y, en última instancia, no se concretarán. Dado que los subsidios federales para plantas eólicas y solares finalizan en 2028 , algunos no serán rentables. Otros son provisionales para las empresas de servicios públicos que decidirán más adelante qué fuente de combustible utilizar.
Por ejemplo, el Departamento del Interior de EEUU canceló en octubre la revisión del permiso ambiental del mayor complejo solar planificado de Norteamérica —un conjunto de proyectos llamado Esmeralda Seven—. Los promotores deberán solicitar la aprobación individual de una administración que no está a favor de los grandes proyectos solares en terrenos federales.
Obstáculos
Las autoridades también podrían obstaculizar otros proyectos, según la Asociación de Industrias de Energía Solar, un grupo comercial. Se estima que los nuevos proyectos de energía solar y almacenamiento de energía, que representan más de la mitad de las nuevas propuestas de centrales eléctricas, no han obtenido todos los permisos necesarios y están en riesgo.
Aun así, las solicitudes son una medida de la intención y la viabilidad de diversas opciones. A pesar de la retórica de la Casa Blanca, es probable que muchos proyectos renovables reciban luz verde gracias a la rapidez con la que los desarrolladores de IA avanzan, afirmó Thomas. De hecho, los retrasos en las nuevas plantas solares están disminuyendo, según datos federales .
"Hay mucho teatro en torno a esto: lo que dice y hace la administración Trump", añadió. "Se siguen consiguiendo permisos y construyendo cosas. Y la gente simplemente intenta pasar desapercibida".
El director de uno de los mayores desarrolladores de energía renovable de Estados Unidos dijo a los inversores el 5 de noviembre que la industria de los centros de datos todavía quiere energía limpia para impulsar sus operaciones.
"Miren, eso es lo que se puede construir en este periodo", dijo Andrés Gluski, director ejecutivo de AES Corp. "Se puede hablar de energía nuclear u otras tecnologías; su desarrollo lleva años. Entonces, ¿qué cubrirá la mayor parte de la demanda? Bueno, este año probablemente se tratará de un 90 % de energías renovables y baterías, y muy probablemente también el próximo año".
Grandes tecnológicas
Las grandes tecnológicas están firmando contratos de energía con gas natural para obtener energía las 24 horas, pero afirman mantener su compromiso con sus objetivos de energía limpia. A medida que algunas empresas de gran escala firman acuerdos para suministrar gas natural directamente a sus instalaciones, también están adquiriendo contratos para proyectos de energía limpia que generarán más energía renovable en la red, según el analista de BloombergNEF, Nayel Brihi. En el primer semestre de 2025, Meta, Microsoft , Amazon y Google contrataron 9,6 gigavatios de energía limpia, o el equivalente a 7,2 millones de hogares, que se entregarán a Estados Unidos en los próximos años.
En definitiva, el desfase entre la velocidad a la que las empresas construyen centros de datos y la velocidad a la que se pone en marcha la generación eléctrica es un buen augurio para las energías renovables. Cuando la Ley de Trump desmanteló los subsidios a la energía verde, Wood Mackenzie redujo su proyección para las centrales eléctricas renovables, pero solo un 8%. Para 2034, la compañía prevé que las empresas de servicios públicos estadounidenses añadirán otros 666 gigavatios de energía solar, de almacenamiento y eólica, en comparación con los tan solo 126 gigavatios de electricidad generada a gas.
Whaley, de Wood Mackenzie, no espera que Trump deje de oponerse públicamente a las energías renovables. Sin embargo, lejos de los micrófonos, en medio de la espinosa política energética, cree que los legisladores conservadores podrían tolerar discretamente un tono más verde . De hecho, este año hasta septiembre, las fuentes renovables representaron el 89% de la nueva capacidad de generación eléctrica, según la Administración de Información Energética.
"MAGA tiene que ser MAGA; tienen que mantener a la base entusiasmada", dijo Whaley. "Pero, en privado, creo que habrá concesiones, porque no quieren perder la carrera de la IA ante China".
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