Thursday, 11 de December de 2025
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En 1965 un notario compró un piso de nuda propiedad a una propietaria de 90 años. La anciana ya estaba viviendo su segunda vida

En 1965 un notario compró un piso de nuda propiedad a una propietaria de 90 años. La anciana ya estaba viviendo su segunda vida
Artículo Completo 1,110 palabras
En 1965, en la pintoresca ciudad de Arlés, al sur de Francia, el notario André-François Raffray creyó haber encontrado un chollazo para invertir. Jeanne Calment, una viuda de 90 años y sin herederos propietaria de un amplio piso en pleno casco histórico de la localidad, estaba dispuesta a llegar a un acuerdo para venderle su vivienda a cambio de una renta vitalicia y poder vivir en él hasta su muerte. Con los datos estadísticos en la mano, la compra del piso iba a ser una ganga para el notario, por lo que no dudó en llegar a un acuerdo con la anciana propietaria. Lo que no se esperaba el joven notario es que iba a ser el peor negocio de su vida: la anciana tenía una genética a prueba de bombas, o al menos eso pensó todo el mundo. El trato fue un chollo, pero no para quien parecía El acuerdo de compra era sencillo en su planteamiento: Raffray pagaría 2.500 francos mensuales a Calment (un importe equivalente a unos 380 euros al mes) hasta la muerte de la anciana (que recordamos que ya tenía 90 años), tras lo cual la propiedad sería plenamente suya. En Xataka La promesa de los 120 años se desmonta: la biología fija un techo de vida bastante difícil de romper Este tipo de contrato (conocido en Francia como viager) se basa en la nuda propiedad. Este concepto legal establece que el comprador adquiere el derecho a la propiedad sin disfrutar del usufructo hasta que se produce un evento incierto, en este caso la muerte de la vendedora. Es decir, es como una compra en diferido en la que se establece un determinado pago inmediato y el vendedor puede hacer uso del inmueble hasta su defunción. Entonces, el comprador toma posesión del bien. Dado ese condicionante, el precio de la inversión es considerablemente más bajo que el valor de mercado, ya que no se puede disponer de él de forma inmediata. Esa rebaja en el precio inicial ha disparado el número de operaciones que han ido creciendo a ritmo de doble dígito desde la pandemia. Según datos publicados por Expansión, en 2021, este tipo de operaciones crecieron en un 22,6%, un 23,7% en 2022 y el 11,3% en 2023. Para un comprador de 47 años como Raffray aquella parecía una jugada inteligente y una inversión con muy bajo riesgo. En 1965 y con las estadísticas de esperanza de vida mucho menores que las actuales, Raffray asumió que Calment viviría quizás unos pocos años más y que la suma total que pagaría sería inferior al precio de mercado del piso. En Xataka El mayor "experto" en longevidad ha revelado las cuatro comidas que nunca lleva a casa. Es un truco como otro cualquiera Una vendedora con mucho apego por la vida Sin embargo, lo que parecía una operación con pocas incógnitas se convirtió en una pesadilla financiera para Raffray. Jeanne Calment, la anciana nonagenaria, no solo vivió más allá de cualquier expectativa razonable en ese momento, sino que su longevidad desbordó todos los cálculos. Oficialmente, Calment falleció en 1997 a los 122 años y 164 días, según recogía The New York Times. Por ello entró en el Libro Guinness de los Récords como la persona más longeva registrada hasta la fecha, También es mala suerte para Raffay. Raffray, a su vez, murió en 1995 a los 77 años, 30 años después de haber firmado el contrato con Calment. Hasta ese momento, el notario había pagado cuotas que, en conjunto, superaban con creces el valor del inmueble. Sin embargo, tras su fallecimiento, su viuda se vio obligada a continuar con los pagos a Calment, porque la obligación pactada en el contrato de renta vitalicia solo desaparecía con la muerte de Calment, no de Raffray. No había escapatoria. El resultado fue que la familia de Raffray terminó gastando mucho más dinero del que hubiera costado comprar el piso por métodos convencionales, sin entrar nunca a vivir en él. La propia Calment, con ironía, llegó a comentar en un artículo para The New York Times que "en la vida, a veces se hacen malos negocios". Una vida que vale por dos Como era de suponer, una longevidad tan destacada no pasó inadvertida para la ciencia y la medicina, mostrándose mucho interés por investigar los detalles sobre la vida y los hábitos de Calment para intentar desvelar su secreto…y vaya si lo hicieron. En 2018, un equipo de investigación formado por el matemático ruso Nikolay Zak y el gerontólogo Valery Novoselov plantearon una hipótesis radical: Jeanne Calment podría haber muerto en 1934. La Calment que había firmado el contrato de nuda propiedad con André-François Raffray podría ser Yvonne Marie Nicolle Calment, hija de Jeanne Calment que, supuestamente, había muerto de pleuresía el 19 de enero de 1934. La hipótesis barajaba que Yvonne habría suplantado la identidad de su madre para evitar pagar impuestos de sucesiones. Eso "alargó" artificialmente la longevidad de su madre, que en realidad estaba viviendo dos vidas bajo el mismo nombre. Esta teoría se apoyaba en discrepancias en documentos antiguos, como diferencias en características físicas entre registros históricos y comparando fotografías de Yvonne y la supuesta Calment anciana. Por lo que ya no solo se trataba de un fraude para evitar el pago de impuestos, Raffay también fue víctima del engaño. Sin embargo, no existe consenso científico sobre esta versión. Investigaciones posteriores de un equipo de demógrafos e historiadores suizos y franceses, publicadas en el Journal of Gerontology, descartan la hipótesis de fraude y sostienen que, estadísticamente, Calment sí pudo vivir hasta los 122 años. En Xataka | Hay una grasa 'buena' que esconde un secreto para envejecer mejor y estar en forma. Solo queda hacerse con la pastilla Imagen | Wikimedia Commons (Emilien Barral), grg.org, Unsplash (Jakub Żerdzicki) - La noticia En 1965 un notario compró un piso de nuda propiedad a una propietaria de 90 años. La anciana ya estaba viviendo su segunda vida fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .
En 1965 un notario compró un piso de nuda propiedad a una propietaria de 90 años. La anciana ya estaba viviendo su segunda vida
  • El notario creyó haber encontrado el negocio inmobiliario perfecto comprando la nuda propiedad a una anciana de 90 años

  • La mujer en realidad era la estafadora más longeva del mundo que terminó muriendo a los 122 años arruinando la inversión

Sin comentariosFacebookTwitterFlipboardE-mail 2025-12-11T19:51:53Z

Rubén Andrés

Editor - Trabajo y productividad

Rubén Andrés

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En 1965, en la pintoresca ciudad de Arlés, al sur de Francia, el notario André-François Raffray creyó haber encontrado un chollazo para invertir. Jeanne Calment, una viuda de 90 años y sin herederos propietaria de un amplio piso en pleno casco histórico de la localidad, estaba dispuesta a llegar a un acuerdo para venderle su vivienda a cambio de una renta vitalicia y poder vivir en él hasta su muerte.

Con los datos estadísticos en la mano, la compra del piso iba a ser una ganga para el notario, por lo que no dudó en llegar a un acuerdo con la anciana propietaria. Lo que no se esperaba el joven notario es que iba a ser el peor negocio de su vida: la anciana tenía una genética a prueba de bombas, o al menos eso pensó todo el mundo.

El trato fue un chollo, pero no para quien parecía

El acuerdo de compra era sencillo en su planteamiento: Raffray pagaría 2.500 francos mensuales a Calment (un importe equivalente a unos 380 euros al mes) hasta la muerte de la anciana (que recordamos que ya tenía 90 años), tras lo cual la propiedad sería plenamente suya.

En XatakaLa promesa de los 120 años se desmonta: la biología fija un techo de vida bastante difícil de romper

Este tipo de contrato (conocido en Francia como viager) se basa en la nuda propiedad. Este concepto legal establece que el comprador adquiere el derecho a la propiedad sin disfrutar del usufructo hasta que se produce un evento incierto, en este caso la muerte de la vendedora. Es decir, es como una compra en diferido en la que se establece un determinado pago inmediato y el vendedor puede hacer uso del inmueble hasta su defunción. Entonces, el comprador toma posesión del bien.

Dado ese condicionante, el precio de la inversión es considerablemente más bajo que el valor de mercado, ya que no se puede disponer de él de forma inmediata. Esa rebaja en el precio inicial ha disparado el número de operaciones que han ido creciendo a ritmo de doble dígito desde la pandemia. Según datos publicados por Expansión, en 2021, este tipo de operaciones crecieron en un 22,6%, un 23,7% en 2022 y el 11,3% en 2023.

Para un comprador de 47 años como Raffray aquella parecía una jugada inteligente y una inversión con muy bajo riesgo. En 1965 y con las estadísticas de esperanza de vida mucho menores que las actuales, Raffray asumió que Calment viviría quizás unos pocos años más y que la suma total que pagaría sería inferior al precio de mercado del piso.

En XatakaEl mayor "experto" en longevidad ha revelado las cuatro comidas que nunca lleva a casa. Es un truco como otro cualquiera

Una vendedora con mucho apego por la vida

Sin embargo, lo que parecía una operación con pocas incógnitas se convirtió en una pesadilla financiera para Raffray. Jeanne Calment, la anciana nonagenaria, no solo vivió más allá de cualquier expectativa razonable en ese momento, sino que su longevidad desbordó todos los cálculos.

Oficialmente, Calment falleció en 1997 a los 122 años y 164 días, según recogíaThe New York Times. Por ello entró en el Libro Guinness de los Récords como la persona más longeva registrada hasta la fecha, También es mala suerte para Raffay.

Raffray, a su vez, murió en 1995 a los 77 años, 30 años después de haber firmado el contrato con Calment. Hasta ese momento, el notario había pagado cuotas que, en conjunto, superaban con creces el valor del inmueble. Sin embargo, tras su fallecimiento, su viuda se vio obligada a continuar con los pagos a Calment, porque la obligación pactada en el contrato de renta vitalicia solo desaparecía con la muerte de Calment, no de Raffray. No había escapatoria.

El resultado fue que la familia de Raffray terminó gastando mucho más dinero del que hubiera costado comprar el piso por métodos convencionales, sin entrar nunca a vivir en él. La propia Calment, con ironía, llegó a comentar en un artículo para The New York Times que "en la vida, a veces se hacen malos negocios".

Una vida que vale por dos

Como era de suponer, una longevidad tan destacada no pasó inadvertida para la ciencia y la medicina, mostrándose mucho interés por investigar los detalles sobre la vida y los hábitos de Calment para intentar desvelar su secreto…y vaya si lo hicieron.

En 2018, un equipo de investigación formado por el matemático ruso Nikolay Zak y el gerontólogo Valery Novoselov plantearon una hipótesis radical: Jeanne Calment podría haber muerto en 1934. La Calment que había firmado el contrato de nuda propiedad con André-François Raffray podría ser Yvonne Marie Nicolle Calment, hija de Jeanne Calment que, supuestamente, había muerto de pleuresía el 19 de enero de 1934.

La hipótesis barajaba que Yvonne habría suplantado la identidad de su madre para evitar pagar impuestos de sucesiones. Eso "alargó" artificialmente la longevidad de su madre, que en realidad estaba viviendo dos vidas bajo el mismo nombre.

Esta teoría se apoyaba en discrepancias en documentos antiguos, como diferencias en características físicas entre registros históricos y comparando fotografías de Yvonne y la supuesta Calment anciana. Por lo que ya no solo se trataba de un fraude para evitar el pago de impuestos, Raffay también fue víctima del engaño.

Sin embargo, no existe consenso científico sobre esta versión. Investigaciones posteriores de un equipo de demógrafos e historiadores suizos y franceses, publicadas en el Journal of Gerontology, descartan la hipótesis de fraude y sostienen que, estadísticamente, Calment sí pudo vivir hasta los 122 años.

En Xataka | Hay una grasa 'buena' que esconde un secreto para envejecer mejor y estar en forma. Solo queda hacerse con la pastilla

Imagen | Wikimedia Commons (Emilien Barral), grg.org, Unsplash (Jakub Żerdzicki)

Fuente original: Leer en Xataka
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