Jueves, 18 de diciembre de 2025 Jue 18/12/2025
RSS Contacto
MERCADOS
Cargando datos de mercados...
Tecnología

Europa busca dónde encender su “sol artificial” y España solo tiene que derrotar a Italia y a Alemania para conseguirlo

Europa busca dónde encender su “sol artificial” y España solo tiene que derrotar a Italia y a Alemania para conseguirlo
Artículo Completo 1,385 palabras
Durante décadas, la fusión nuclear ha sido el horizonte lejano de la energía: una promesa casi mítica, siempre a treinta años vista. Un futuro sin mapa. En plena electrificación de la economía y con la demanda empujada por la industria digital y los centros de datos, Europa ha comenzado a ponerle coordenadas a esa promesa: dónde construir las primeras centrales comerciales. Por primera vez, el "sol artificial" deja de ser solo un experimento científico y pasa a ser un problema de territorio, infraestructuras y planificación industrial. Y en ese nuevo mapa energético europeo, España aparece entre los países mejor posicionados. Un nuevo camino. Gauss Fusion, la empresa europea creada para impulsar la primera generación de centrales comerciales de fusión en el continente, ha completado el primer estudio integral europeo de emplazamientos potenciales para esta tecnología, en colaboración con la Universidad Técnica de Múnich (TUM). El estudio culmina en un mapa que no existía hasta ahora. Un mapa que señala 150 clústeres industriales y hasta 900 emplazamientos potenciales repartidos en nueve países europeos. Detrás de cada punto hay un análisis de geología, sismicidad, meteorología, refrigeración, acceso a la red eléctrica e infraestructuras existentes, alineado con los estándares del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). En Xataka Sabíamos que arrojar litio a un reactor de fusión mejoraba su rendimiento. Lo que nunca había pasado era verlo en acción España en el horizonte. Aparece como el tercer país con más clústeres identificados: 17, solo por detrás de Alemania (53) e Italia (22), y por delante de Francia, Austria, Países Bajos o Suiza. No se trata de una decisión política ni de una candidatura formal, sino de un diagnóstico estrictamente técnico: dónde sería posible construir una central de fusión de primera generación si mañana hubiera que hacerlo. "Que España aparezca como el tercer país con más clústeres potenciales se debe únicamente a criterios técnicos", subraya Milena Roveda, CEO de Gauss Fusion, en una entrevista con Xataka. "El estudio sigue una metodología objetiva y coherente con los estándares internacionales. No hay ponderaciones estratégicas ni cuotas por país", subraya. Y es que ese matiz es clave. El mapa no busca ganadores ni reparte inversiones: identifica dónde existen ya las condiciones físicas e industriales mínimas para albergar una central de fusión. ¿Pero por qué España? Por un lado, su ecosistema de fusión. España es uno de los países europeos con mayor implicación histórica en ITER, alberga la sede de Fusion for Energy en Barcelona y ha logrado contratos industriales clave para empresas nacionales. A esto se suma el papel del CIEMAT, universidades con grupos punteros en física del plasma y materiales, y el inicio de la construcción de IFMIF-DONES en Granada, una infraestructura crítica para validar los materiales de los futuros reactores. Por otro, su experiencia regulatoria. "España cuenta con un organismo regulador nuclear con amplio prestigio y experiencia", destaca Roveda. Desde el punto de vista industrial, Roveda insiste en que España no debería limitarse a ser anfitriona: "Tiene el potencial de ser una pieza clave en la cadena de valor de la fusión. Empresas como IDOM ya han demostrado que pueden diseñar y entregar sistemas extremadamente complejos". ¿Dónde podrán estar esos clústeres? El mapa no dibuja puntos aislados, sino áreas amplias. El estudio identifica clústeres regionales capaces de contener múltiples ubicaciones viables. En España, aparecen repartidos por buena parte del territorio —desde Andalucía y Extremadura hasta Castilla y León, Aragón, Cataluña, Galicia, el País Vasco y la Comunidad Valenciana— y se concentran en zonas industriales con alta demanda eléctrica, buena conectividad a la red y, en algunos casos, cerca de antiguos enclaves energéticos que podrían reutilizar parte de su infraestructura. Frédérick Bordry, CTO de Gauss Fusion, explica a Xataka que el objetivo del mapa no es seleccionar un lugar concreto, sino "disponer de una base de datos amplia que permita colaborar con autoridades, empresas y otras partes interesadas". La decisión final, recuerda, no llegará hasta finales de 2027. ¿Cómo sería una central de fusión comercial? Hablar de fusión comercial ya no es hablar de experimentos como ITER. Gauss Fusion trabaja con el concepto de una central GIGA, capaz de producir 1 gigavatio eléctrico. Eso implica requisitos industriales muy concretos. "Asumiendo un rendimiento del 30%, una central de este tipo debe evacuar de forma segura unos 2 GW de calor", explica Bordry. En la práctica, eso exige acceso a ríos, embalses o al mar, además de infraestructuras eléctricas robustas. A diferencia de la fisión, la fusión no produce reacciones en cadena, es autolimitante, no emite CO₂ y no genera residuos radiactivos de larga vida. "Por sus características de seguridad, podría y debería integrarse cerca de núcleos urbanos e industriales", apunta Bordry, incluso suministrando calor residual para usos industriales o calefacción urbana. Este aspecto conecta con una tendencia que ya se ve en Europa: la recuperación de calor en redes de district heating, como ocurre en Finlandia con centros de datos, o el uso de grandes bombas de calor industriales. El proceso ahora entra en una fase delicada. Según Gauss Fusion, el objetivo es reducir el mapa europeo a entre dos y cinco emplazamientos finales para finales de 2026, y tomar la decisión definitiva en 2027. Pero los criterios técnicos no serán los únicos. "La voluntad política, el marco regulador y la aceptación social serán esenciales", subraya Roveda. En su opinión, Europa necesita políticas que impulsen la fusión como nuevo motor industrial, y regulaciones "adaptadas al riesgo real de estas instalaciones". La aceptación social también será clave. "La transparencia y la participación ciudadana son fundamentales", afirma. "Tenemos que explicar bien qué es la fusión y qué no es". Una proyecto que abarca mucho. Para Bordry, ningún país europeo puede abordar solo un proyecto de esta magnitud. La fusión requerirá una alianza industrial continental, algo que Roveda define como un "Eurofighter de la fusión", en el que España debería tener un papel central, no solo como ubicación, sino como proveedor tecnológico e industrial. En un contexto en el que la demanda eléctrica europea podría crecer hasta un 75% de aquí a 2050, la fusión empieza a verse no como una promesa lejana, sino como una pieza más del puzle energético, complementaria a renovables, almacenamiento y electrificación. Un cierre abierto, pero con mapa. El estudio de Gauss Fusion no decide dónde se encenderá el primer sol artificial europeo. Pero hace algo casi tan importante: demuestra que ya hay lugares preparados para ello. España no ha ganado nada todavía. Pero ha entrado en un grupo muy reducido de países con opciones reales. En un continente que busca soberanía energética, industria de alto valor añadido y una salida estructural al fin del gas barato, no es un detalle menor. La fusión sigue siendo un reto tecnológico. Pero por primera vez, en Europa, ya no flota en el aire. Empieza a tener coordenadas. Imagen | Gauss Fusion Xataka | Para construir un “sol artificial” necesitamos poder mover el peso de diez elefantes con precisión milimétrica. Es lo que acaba de hacer China - La noticia Europa busca dónde encender su “sol artificial” y España solo tiene que derrotar a Italia y a Alemania para conseguirlo fue publicada originalmente en Xataka por Alba Otero .
Europa busca dónde encender su “sol artificial” y España solo tiene que derrotar a Italia y a Alemania para conseguirlo
  • El primer mapa técnico de emplazamientos de fusión sitúa a España entre los países mejor preparados

  • "Europa ha dejado de preguntarse si la fusión es posible y ha empezado a plantearse cómo y dónde desplegarla", Milena Roveda, CEO de Gauss Fusion

Sin comentariosFacebookTwitterFlipboardE-mail 2025-12-18T09:02:00Z

Alba Otero

Editora - Energía

Alba Otero

Editora - Energía Linkedintwitter625 publicaciones de Alba Otero

Durante décadas, la fusión nuclear ha sido el horizonte lejano de la energía: una promesa casi mítica, siempre a treinta años vista. Un futuro sin mapa. En plena electrificación de la economía y con la demanda empujada por la industria digital y los centros de datos, Europa ha comenzado a ponerle coordenadas a esa promesa: dónde construir las primeras centrales comerciales.

Por primera vez, el "sol artificial" deja de ser solo un experimento científico y pasa a ser un problema de territorio, infraestructuras y planificación industrial. Y en ese nuevo mapa energético europeo, España aparece entre los países mejor posicionados.

Un nuevo camino. Gauss Fusion, la empresa europea creada para impulsar la primera generación de centrales comerciales de fusión en el continente, ha completado el primer estudio integral europeo de emplazamientos potenciales para esta tecnología, en colaboración con la Universidad Técnica de Múnich (TUM).

El estudio culmina en un mapa que no existía hasta ahora. Un mapa que señala 150 clústeres industriales y hasta 900 emplazamientos potenciales repartidos en nueve países europeos. Detrás de cada punto hay un análisis de geología, sismicidad, meteorología, refrigeración, acceso a la red eléctrica e infraestructuras existentes, alineado con los estándares del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

En XatakaSabíamos que arrojar litio a un reactor de fusión mejoraba su rendimiento. Lo que nunca había pasado era verlo en acción

España en el horizonte. Aparece como el tercer país con más clústeres identificados: 17, solo por detrás de Alemania (53) e Italia (22), y por delante de Francia, Austria, Países Bajos o Suiza. No se trata de una decisión política ni de una candidatura formal, sino de un diagnóstico estrictamente técnico: dónde sería posible construir una central de fusión de primera generación si mañana hubiera que hacerlo.

"Que España aparezca como el tercer país con más clústeres potenciales se debe únicamente a criterios técnicos", subraya Milena Roveda, CEO de Gauss Fusion, en una entrevista con Xataka. "El estudio sigue una metodología objetiva y coherente con los estándares internacionales. No hay ponderaciones estratégicas ni cuotas por país", subraya. Y es que ese matiz es clave. El mapa no busca ganadores ni reparte inversiones: identifica dónde existen ya las condiciones físicas e industriales mínimas para albergar una central de fusión.

¿Pero por qué España? Por un lado, su ecosistema de fusión. España es uno de los países europeos con mayor implicación histórica en ITER, alberga la sede de Fusion for Energy en Barcelona y ha logrado contratos industriales clave para empresas nacionales. A esto se suma el papel del CIEMAT, universidades con grupos punteros en física del plasma y materiales, y el inicio de la construcción de IFMIF-DONES en Granada, una infraestructura crítica para validar los materiales de los futuros reactores.

Por otro, su experiencia regulatoria. "España cuenta con un organismo regulador nuclear con amplio prestigio y experiencia", destaca Roveda. Desde el punto de vista industrial, Roveda insiste en que España no debería limitarse a ser anfitriona: "Tiene el potencial de ser una pieza clave en la cadena de valor de la fusión. Empresas como IDOM ya han demostrado que pueden diseñar y entregar sistemas extremadamente complejos".

¿Dónde podrán estar esos clústeres? El mapa no dibuja puntos aislados, sino áreas amplias. El estudio identifica clústeres regionales capaces de contener múltiples ubicaciones viables. En España, aparecen repartidos por buena parte del territorio —desde Andalucía y Extremadura hasta Castilla y León, Aragón, Cataluña, Galicia, el País Vasco y la Comunidad Valenciana— y se concentran en zonas industriales con alta demanda eléctrica, buena conectividad a la red y, en algunos casos, cerca de antiguos enclaves energéticos que podrían reutilizar parte de su infraestructura.

Frédérick Bordry, CTO de Gauss Fusion, explica a Xataka que el objetivo del mapa no es seleccionar un lugar concreto, sino "disponer de una base de datos amplia que permita colaborar con autoridades, empresas y otras partes interesadas". La decisión final, recuerda, no llegará hasta finales de 2027.

¿Cómo sería una central de fusión comercial? Hablar de fusión comercial ya no es hablar de experimentos como ITER. Gauss Fusion trabaja con el concepto de una central GIGA, capaz de producir 1 gigavatio eléctrico. Eso implica requisitos industriales muy concretos. "Asumiendo un rendimiento del 30%, una central de este tipo debe evacuar de forma segura unos 2 GW de calor", explica Bordry. En la práctica, eso exige acceso a ríos, embalses o al mar, además de infraestructuras eléctricas robustas.

A diferencia de la fisión, la fusión no produce reacciones en cadena, es autolimitante, no emite CO₂ y no genera residuos radiactivos de larga vida. "Por sus características de seguridad, podría y debería integrarse cerca de núcleos urbanos e industriales", apunta Bordry, incluso suministrando calor residual para usos industriales o calefacción urbana. Este aspecto conecta con una tendencia que ya se ve en Europa: la recuperación de calor en redes de district heating, como ocurre en Finlandia con centros de datos, o el uso de grandes bombas de calor industriales.

El proceso ahora entra en una fase delicada. Según Gauss Fusion, el objetivo es reducir el mapa europeo a entre dos y cinco emplazamientos finales para finales de 2026, y tomar la decisión definitiva en 2027. Pero los criterios técnicos no serán los únicos. "La voluntad política, el marco regulador y la aceptación social serán esenciales", subraya Roveda. En su opinión, Europa necesita políticas que impulsen la fusión como nuevo motor industrial, y regulaciones "adaptadas al riesgo real de estas instalaciones".

La aceptación social también será clave. "La transparencia y la participación ciudadana son fundamentales", afirma. "Tenemos que explicar bien qué es la fusión y qué no es".

Una proyecto que abarca mucho. Para Bordry, ningún país europeo puede abordar solo un proyecto de esta magnitud. La fusión requerirá una alianza industrial continental, algo que Roveda define como un "Eurofighter de la fusión", en el que España debería tener un papel central, no solo como ubicación, sino como proveedor tecnológico e industrial.

En un contexto en el que la demanda eléctrica europea podría crecer hasta un 75% de aquí a 2050, la fusión empieza a verse no como una promesa lejana, sino como una pieza más del puzle energético, complementaria a renovables, almacenamiento y electrificación.

Un cierre abierto, pero con mapa. El estudio de Gauss Fusion no decide dónde se encenderá el primer sol artificial europeo. Pero hace algo casi tan importante: demuestra que ya hay lugares preparados para ello.

España no ha ganado nada todavía. Pero ha entrado en un grupo muy reducido de países con opciones reales. En un continente que busca soberanía energética, industria de alto valor añadido y una salida estructural al fin del gas barato, no es un detalle menor. La fusión sigue siendo un reto tecnológico. Pero por primera vez, en Europa, ya no flota en el aire. Empieza a tener coordenadas.

Imagen | Gauss Fusion

Xataka | Para construir un “sol artificial” necesitamos poder mover el peso de diez elefantes con precisión milimétrica. Es lo que acaba de hacer China

Fuente original: Leer en Xataka
Compartir