Las elecciones extremeñas marcarán el calendario electoral posterior. El mensaje que emane de las urnas el 21 de diciembre tendrá una doble repercusión: impactará de lleno en la carrera de fondo hacia La Moncloa y pesará sobre las expectativas autonómicas de Castilla y León, Andalucía y, quizá, Aragón e incluso Baleares. Si el PP se consolida con un buen resultado, «la inercia aumentará». En Extremadura se libra la primera fase de la batalla entre un PP con perspectivas de victoria clara y un Vox al alza que busca condicionar lo máximo posible a los populares. Por eso ambos van al choque ya, desde el inicio. Las encuestas coinciden en que la derecha va a gobernar sí o sí, pero ahora la clave es saber si María Guardiola puede hacerlo en solitario o necesitará pagar de nuevo el peaje de Vox, sólo que a un precio más caro.
El primer día de campaña fue muy ilustrativo de las estrategias que van a desplegar unos y otros. Vox, cuyo candidato de facto es Santiago Abascal -que opaca casi por completo a Óscar Fernández Calle-, comenzó atacando al rival, apuntando ya a la posibilidad de no entenderse con Guardiola y forzar la elección de un candidato que le guste más, como en la Comunidad Valenciana. La presidenta extremeña no sólo acusó recibo, sino que devolvió el golpe tildando a Abascal de «machista». Y Alberto Núñez Feijóo la secundó bajando al cuerpo a cuerpo contra Vox: «Nuestros candidatos no son marionetas».
Algo ha cambiado en el PP y ése es el movimiento táctico más relevante. En la sala de máquinas de los populares explican que su candidata va a escenificar su distanciamiento de Vox en busca del voto útil tanto de los electores fronterizos entre ambas formaciones como de los socialistas desencantados con un candidato, Miguel Ángel Gallardo, que tiene un tirón demoscópico muy bajo. «Guardiola sale al choque porque ella no se va a hipotecar y porque de manera autónoma ha decidido tirarse al barro para que no haya bloqueo. Contra ese bloqueo va al choque», explican.
Según ha sabido este diario, los populares van a distanciarse más de Vox en la campaña, no sólo por la obvia pelea por los votos, sino porque creen que Guardiola debe visibilizar su «centralidad» con un discurso «100% autónomo» que no se deje «chantajear» por Abascal y que apele a los votantes descontentos con un PSOE que ha bajado los brazos en Extremadura en lo que a expectativas se refiere y que espera tocar «suelo» el 21-D... a no ser que el miedo a Vox resurja tanto que frene la fuga de votos.
El plan «atrapalotodo» de Guardiola pasa por resultar creíble contra Vox... sin ahuyentar a los votantes de Vox. Ése es el ejercicio de «liderazgo» que quieren consumar. «Va a ser ella misma», añaden en el equipo de campaña de la candidata popular cacereña, en referencia a que esta vez no dejará que le dicten los pactos desde Madrid y si los cierra, será por convicción propia y no por imposición.
La pelea con Vox puede marcar, cuando menos, la primera semana de campaña: «Guardiola ha puesto a trabajar de verdad a Abascal por primera vez en muchos años; él se ha tenido que venir a vivir a Extremadura porque sabe que si pierde aquí, se acabó. Sería irrelevante», explican en el PP. De hecho, en Génova creen que por eso Vox ya no se cierra a negociar los Presupuestos en Aragón, para evitar quedar también fuera de juego.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante un mitin celebrado este viernes en Cáceres.EFEDesde el equipo de Feijóo apuntan que «ha habido una pinza absurda entre Vox y PSOE, y sólo cabe el voto útil». «El PP no es un partido al que chantajear. El liderazgo y la valentía siempre atraen. Prueba de ello es que hemos tenido que convocar elecciones. Está semana Vox ha votado con PSOE en varios sitios. Prueba de pinza total», añaden.
El primer detonante de este choque de trenes fue una entrevista de Abascal concedida al diario regional Hoy. En ella, el líder de Vox insinuó que el acuerdo entre ambos partidos sólo pueda llegar en esta comunidad autónoma si Guardiola deja de ser el referente del PP en este territorio, como ya venían apuntando en varias ocasiones durante la recién terminada legislatura los diputados autonómicos de Vox tras las abruptas diferencias que se han procedido en estos dos últimos años y medio. La respuesta de la presidenta de la Junta de Extremadura no se hizo esperar: «Ese tufo machista del señor Abascal se lo podía quedar un poquito en su casa».
Sobre el fondo del asunto, Guardiola aprovechó el regalo que le hacía Abascal y aseguró que ella no se guía por intereses partidistas: «Yo, desde luego, solo me rindo al interés de los extremeños». «Igual me tienen un poquito de miedo el señor Abascal y los señoros de Vox. Yo no tengo miedo ninguno. Yo estoy aquí porque quiero defender mi tierra, quiero defender a mi gente y es lo único que me interesa». Abascal contestó por la noche negando el machismo y asegurando que Guardiola «es la Irene Montero de Extremadura».