Sola. Como ella ha pedido. Para enfocar una campaña «exclusiva y genuinamente extremeña», a pesar de que toda España tenga los ojos puestos en esta comunidad autónoma, la primera cita electoral que marca el camino del largo calendario electoral de los próximos meses. Es María Guardiola contra todos. Ni los principales barones de su partido (Isabel Díaz Ayuso -que mandó un vídeo- o Juanma Moreno se habían ofrecido a participar en los actos de campaña), ni otros primeros espadas del PP nacional, ni tan siquiera el propio Alberto Núñez Feijóo, el presidente nacional.
El cierre de campaña este viernes escenificará lo que han sido los últimos días 15 días. María Guardiola echará el cierre de su campaña electoral en Badajoz sin acompañantes, en un polideportivo y aderezado por una zambombá flamenca, mientras que el resto de sus principales rivales tendrá el respaldo de sus líderes nacionales. Pedro Sánchez arropará a Miguel Ángel Gallardo en Villanueva de la Serena, su pueblo natal y donde fue alcalde durante dos décadas, y Óscar Fernández se verá acompañado por el verdadero candidato de Vox en estas elecciones, Santiago Abascal, el líder nacional de esta formación que se ha tomado la campaña como propia pateando Extremadura de arriba abajo, con dos actos, como mínimo al día.
¿Por qué no va a estar Feijóo en el cierre de campaña? «Porque así lo ha querido Guardiola. Se ha hecho la campaña que ha querido ella, intervención a demanda», explican fuentes de Génova. El presidente del PP «nunca planeó ir al cierre de campaña, porque el foco está sólo en Extremadura», agregan. «Entendemos que Abascal tenga que ir y que Sánchez tenga que apoyar a su candidato, pero Guardiola tiene su propio foco y estamos cómodos», inciden.
Toda la estrategia la ha supeditado el PP a pescar en los caladeros templados de la socialdemocracia y a intentar retener voto fronterizo con Vox. ¿Para lograr la mayoría absoluta? «Nuestro objetivo es sumar más que la izquierda, sin triunfalismos y sin despistarnos, porque el voto del PSOE está hundido y desmotivado», justifican en el equipo de Feijóo.
El PP ha medido mucho. De hecho, ha habido varias jornadas, ni una ni dos, donde la agenda estaba vacía de contenidos, tan sólo con algún canutazo (declaraciones a los medios) e su secretario general en Extremadura, Abel Bautista.
Esta dinámica tampoco ha cambiado en las visitas de Feijóo. Guardiola y el presidente nacional se han repartido los territorios pero no llegaban a coincidir. Sólo lo hicieron el día de la pegada de carteles, en Don Benito, en una comida-mitin. Luego, por la noche, el presidente nacional del PP fue a Almendralejo a presenciar un partido de la Copa del Rey entre el conjunto local, el Extremadura, frente al Sevilla FC, en el que no estuvo Guardiola). La segunda, y última ocasión, fue el pasado sábado en Navalmoral de la Mata. Nada más.
Ni tan siquiera este martes, cuando el presidente nacional del PP regresó a Extremadura, estuvieron juntos. A Feijóo lo acompañó Abel Bautista. Ese día, Guardiola no tenía actos públicos en su agenda. Unidas Podemos ha hecho coincidir la presencia de Ione Belarra e Irene Montero con la candidata extremeña Irene de Miguel en actos en Plasencia o Badajoz durante la campaña.
Es la estrategia diseñada por Guardiola y permitida por Génova, que incluye decisiones claves como no acudir anoche al debate organizado por RTVE y adonde estaban convocados los candidatos de los cuatro partidos con representación parlamentaria. A pesar de los esfuerzos de algunos dirigentes del PP nacional -que tenía el antecedente de Feijóo en las últimas elecciones generales en el mismo caso- por convencerla de lo contrario, su candidata en Extremadura se mantuvo en su decisión inicial. Y Feijóo la apoyó. «Con algunos de los activistas que hay a sueldo en Televisión Española allí solo se puede ir sin cartera y sin reloj», llegan a decir en el equipo del presidente del PP, donde secundan a pies juntillas la decisión de Guardiola de no acudir a ese debate a rematar la faena.
La estrategia de medios de la presidenta ha incluido restricciones a la hora de aceptar entrevistas. Han sido muy puntuales y sin intervenir en las radios privadas (ni extremeñas ni nacionales). A los medios escritos, con un tiempo muy reducido y tasado, o nada. Y, de repente, todas las que aceptaron este formato, el mismo día.
En esta semana decisiva, la última antes de las votaciones del domingo, sólo ha comparecido ante los medios el lunes, en una visita a Manchita (Badajoz), en concreto a una finca de ovino. Ayer reapareció sólo en redes sociales para denunciar con un vídeo el robo de votos en una oficina de Correos. Hoy regresará ante los medios -cuatro días después- a las 9.00 horas de en Talayuela, en una última jornada donde sí la tiene cargada de visitas, de norte a sur de la región: Peraleda de la Mata, Almaraz, Trujillo, Cáceres, Valencia de Alcántara, Alburquerque, Almendralejo, Villafranca de los Barros y Badajoz.
Con el viento a favor de las encuestas desde el primer momento, Guardiola ha diseñado una campaña sin riesgo, con la intención de intentar no cometer graves errores, a pesar de que el gran objetivo marcado era el conseguir la mayoría absoluta para no depender de Vox, unas expectativas rebajadas por Feijóo esta misma semana a conseguir más diputados que el PSOE y Unidas por Extremadura juntos. La mayoría de los sondeos han mantenido al PP con un buen resultado (entre 28 y 30 escaños), pero aún lejos de la mayoría absoluta (33), por lo que muchos en su partido no comprenden que no haya abandonado el hermetismo y la escasa agenda con varios días de sin ningún tipo de acto del PP (como los tres últimos).
Esta tendencia sólo se ha roto en sus enfrentamientos con el líder de Vox, Santiago Abascal, pero lo ha hecho, en la mayoría de ocasiones, en las redes sociales y, sobre todo, en el canal de TikTok, publicando vídeos en un nuevo perfil creado en precampaña. El domingo se comprobará si esta peculiar estrategia electoral da los frutos deseados de la gran favorita para ganar las elecciones en Extremadura.