Las advertencias del Gobierno gallego parecen haber surtido efecto. Veinticuatro horas después de que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, expresase su "estupefacción" por la deriva de Sargadelos y avisase de que, como autoridad laboral, no permitiría que la situación se prolongase, el propietario de la histórica firma cerámica, Segismundo García, ha anunciado que reanudará la actividad en la planta de Cervo (Lugo) este miércoles día 3, "si no surgen inconvenientes".
Lo hará, asegura en un comunicado, aunque la empresa siga sin cubrir la plaza de CEO y pese a mantener "sin hacer" las reformas en materia de seguridad laboral reclamadas por la Inspección de Trabajo. Y también sin entrar en sus "planes" acometerlas "a corto plazo".
El viraje se produce cinco días después de que García decidiese parar de nuevo la producción tras una visita de los inspectores que, según él, generó alarma en la plantilla "a la vista de la puesta en escena que realizaron los comisarios, acudiendo con un atuendo que hacía sospechar grave riesgo para los trabajadores".
Este martes, los trabajadores de producción —que aún no han cobrado la nómina de noviembre— volvieron a quedarse a la intemperie a las puertas de la factoría, como ya ocurrió el viernes y el lunes.
Choque frontal con la Xunta
La reapertura se anuncia en un clima de presión sindical y política. Rueda había dejado claro que "no se puede seguir en esta situación" y avisado de que la Xunta tomaría "las medidas que correspondan" si la empresa no reactivaba la actividad "ya".
En su comunicado, García responde con dureza al presidente gallego. Cuestiona sus declaraciones, califica de "desmedido poder" el de autoridades y sindicatos y sugiere que las "admoniciones" de Rueda son "más propias de un liberado sindical".
"Si ahora la Xunta insta a continuar la actividad, alguien miente o exagera", escribe. Y reta al propio Rueda: le anima a "ejecutar sus severas admoniciones", ya sea "por delegación o personalmente".
La Xunta, por su parte, mantiene su posición: el viernes rechazó la primera solicitud de ERTE por fuerza mayor presentada por la compañía, al considerar que la petición contenía incongruencias, no se ajustaba a la normativa y no concurría la causa alegada.
"Nos hemos librado de tal lacra"
Fiel a su estilo, García carga también contra los sindicatos —"nada tengo que decir salvo su pésimo desempeño"— y celebra que Sargadelos carezca de representación sindical desde hace años: "Nos hemos librado de tal lacra".
Sobre su gestión, ofrece una máxima empresarial propia: "Es buena pauta no aferrarse en exceso ni a la propiedad ni al dinero". Y remata con un mensaje ambiguo: seguirán "tirando", aunque —dice— en la compañía "gusta más ir recogiendo".
En Cervo, mientras tanto, los trabajadores aguardan que la reapertura prevista para este miércoles sea algo más que un nuevo giro en un conflicto que se enquista entre advertencias políticas, presión sindical y un propietario que lo fía todo a su criterio personal y a su lectura del "poder" que ejercen las instituciones.