- SANDRA SÁNCHEZ
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Las estafas financieras a través de Internet y redes sociales se disparan. La detección de 'chiringuitos' financieros se multiplica por ocho en seis años y la Policía alerta del "aumento exponencial" de fraudes por la tecnología.
El mensaje promete lo inalcanzable y repite la fórmula de siempre: dinero fácil, rápido y sin esfuerzo, al alcance de cualquiera. En los últimos años circulan por Internet y redes sociales infinitos mensajes que prometen rentabilidades muy altas, garantizadas, prácticamente a cambio de nada, promocionados por figuras reconocidas o incluso de autoridad.
Si es usuario habitual de redes sociales, se habrá encontrado con toda seguridad y en más de una ocasión, mensajes de autoridades o personajes públicos ; presentadores de televisión como Pablo Motos o David Broncano; el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez; empresarios como el fundador de Inditex, Amancio Ortega, o cantantes como Aitana o Ana Belén, desvelando "la fórmula" para obtener "grandes ganancias con inversiones en Bolsa o criptomonedas".
Todos son fraudes. Es la versión moderna de una práctica delictiva histórica, que ahora aplican plataformas financieras ilegales, que utilizan imágenes de personajes públicos sin consentimiento para promover inversiones fraudulentas a través de Internet.
Estos estafadores también aplican las conocidas como técnicas de impersonación y de los clones con la imagen de medios de comunicación o de inversores profesionales reconocidos, como Francisco García Paramés, presidente de Cobas AM, para crear grupos de WhatsApp y difundir información falsa sobre inversiones.
Son solo algunos ejemplos de esta nueva modalidad de fraude que está creciendo como la espuma en España (también en otros países), gracias a la inteligencia artificial y a la generalización del uso de tecnologías digitales, como las redes sociales, en la vida cotidiana.
Más estafas
Así lo constatan las cifras. En los dos últimos años, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha alertado de alrededor de 1.000 chiringuitos financieros. Es el término que define de manera informal a aquellas entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar autorizadas para hacerlo.
Las advertencias se han disparado de forma muy significativa desde la pandemia, multiplicándose por ocho.
Según los registros del supervisor, en 2018 la autoridad detectó 63 chiringuitos. En 2024, el número de entidades no autorizadas para prestar servicios de inversión registró su máximo en 522 chiringuitos. Este año, a falta de registrar los casos que puedan producirse en los últimos días del año, la CNMV ha alertado de 458 entidades que operan al margen de toda legalidad.
Según las cifras del Ministerio de Interior, las estafas informáticas subieron un 488% entre 2016 y 2024 (últimas cifras disponibles). En este tiempo, pasaron de 70.000 al año a más de 412.000.
Los fraudes financieros son el segundo tipo de delito que más ha crecido desde la pandemia, según la Fiscalía.
Miguel Ángel Sánchez Pastor, inspector jefe de la Policía Nacional, encargado de la Sección de Fraude Financiero de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef), confirma que en los últimos años se ha registrado "un aumento exponencial de todo el tipo de estafas, relacionadas con el fraude financiero, y todo debido a la progresión de las tecnologías de la información y la comunicación".
Los chiringuitos "ofrecen un producto a muy alto interés en muy corto espacio de tiempo, pero inexistente", con el único objetivo de apoderarse del dinero del inversor", explica el inspector jefe de la Policía, que recuerda que ese producto no es más que "el engaño o el cebo que utilizan las organizaciones criminales para apoderarse de los fondos de los inversores y luego desaparecer con el dinero".
Tecnología
La proliferación del uso de las redes sociales y la irrupción de numerosas plataformas digitales de inversión son responsables del aumento de este delito. Sin embargo, el modus operandi de estas estafas es el mismo de siempre: ofrecer chollos imposibles.
Internet y las redes hacen más sencilla esta actividad delictiva, en términos económicos y operacionales. La tecnología permite llegar a muchas más víctimas, a la vez que dificulta la detección de las estafas por parte de las autoridades. "Operar a través de redes sociales o de Internet garantiza el anonimato del defraudador, a la vez que amplía el banco de pesca. Un anuncio en Internet o en redes llega a miles, cientos de miles, millones de personas", explican desde la Policía.
De acuerdo a las últimas denuncias, las redes sociales son hoy el mayor caladero de estafas financieras: Facebook, Instagram, X, Instragram y TikTok. Además de canales de mensajería instantánea, como Telegram o WhatsApp.
Como consecuencia, los principales afectados por fraude en Internet son los jóvenes, que pasan más tiempo en redes sociales y a los que se les encandila especialmente con la inversión en criptos, que también han vivido en los últimos años su particular auge.
En todo caso, lo cierto es que las víctimas potenciales del nuevo fraude financiero son toda la población y el gancho (o tipo de activo) no tiene que ser disruptivo y puede ser más tradicional, como Bolsa, oro, divisas... De hecho, es muy frecuente encontrar estafas que promueven la inversión en acciones de gigantes tecnológicos, como Nvidia, Meta, Amazon o Tesla, dirigidas a gente con experiencia financiera, aprovechándose de las fuertes ganancias que estás empresas han ofrecido en Bolsa en los últimos años.
Más recientemente, la irrupción de la inteligencia artificial (IA), llamada a revolucionar el mundo tal como lo conocemos, también es decisiva en el desarrollo del nuevo fraude financiero. Y si bien ya ha provocado un incremento de estafas (facilita la suplantación de identidades, por ejemplo), se espera que lo que pueda generar a partir de ahora sea aún mayor. La IA permite a los ciberdelincuentes lograr que el fraude sea cada vez más sofisticado.
Por otra parte, la tecnología, aunque ayuda a las autoridades a investigar este tipo delictivo (la IA dispara la detección de chiringuitos), también les perjudica, porque permite a organizaciones y grupos criminales actuar desde países que no colaboran con las jurisdicciones europeas.
La Policía ha detectado que existen organizaciones que trabajan desde países como Ucrania (más hace unos años que ahora), Rusia, China, Myanmar o Camboya. Y los ataques siempre están dirigidos a países del primer mundo, donde está la riqueza, especialmente Europa occidental, Estados Unidos y Canadá.
Señales de alerta
La mejor defensa ante los chiringuitos financieros es la prevención. El hecho de que los delincuentes sean entidades no autorizadas y que, en muchos casos, actúen desde otras jurisdicciones, hace complicado detectarlos y recuperar el dinero en caso de estafa.
En esta línea, la identificación de las tácticas de engaño es vital para anticiparse. Lo más básico es comprobar si la entidad que ofrece servicios de inversión tiene autorización para hacerlo (la CNMV alerta de todas las entidades no autorizadas en los registros de su página web).
Pero además, los expertos piden desconfiar siempre que se vendan productos de inversión hablando de rentabilidades pasadas y prometiendo ganancias desorbitadas y rápidas sin alertar de los riesgos.
Las señales son muy claras y siempre se repite el mismo patrón: los estafadores prometen ganancias elevadas con poco o nada de riesgo: "Si parece demasiado bueno para ser cierto, casi siempre es que no es cierto. Las inversiones de verdad conllevan riesgo", explica la CNMV. Además, urgen y presionan para tomar decisiones de manera muy rápida: "Te crearán una sensación de urgencia, diciéndote que perderás el tren si no inviertes ahora mismo", añade el supervisor.
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