Las filiales que orbitan en torno a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) han despertado la atención de los investigadores que trazan la presunto amaños de contratos públicos a manos de Leire Díez desde las instituciones a las que accedió en los primeros compases del mandato de Pedro Sánchez.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil también se ha personado en Cofivacasa, una empresa instrumental participada en su totalidad por la SEPI , presidida por Vicente Fernández, a quien Pedro Sánchez aupó al cargo cuando tomó posesión como presidente del Gobierno. Fernández es uno de los hombres de la máxima confianza de la ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno María Jesús Montero.
Se da la circunstancia de que otra de las empresas dependiente del SEPI - la Sociedad Estatal de Promoción Industrial y Desarrollo Empresarial (SEPIDES)- estuvo dirigida por otra de las personas más allegadas a la ministra Montero. Se trata de Antonio Miguel Cervera Guerrero, quien antes de presidir SEPIDES fue director general de Patrimonio de la Consejería de Economía de la Junta de Andalucía y director general de tres hospitales públicos en Sevilla, según precisan fuentes conocedoras de su trayectoria.
Las mismas fuentes indican que Montero y Fernández "maniobraron" para colocar en el puesto a Cervera. SEPIDES es una empresa pública que financia e impulsa iniciativas empresariales y urbanísticas que tienen como finalidad contribuir a un desarrollo económico y social.
Asimismo, la presunta trama de corrupción ha golpeado de lleno al PSOE de la provincia de Valencia, en cuya ejecutiva figuraba hasta este mismo viernes uno de los investigados. Se trata de José Vicente Berlanga, un histórico del partido afín al ex ministro José Luis Ábalos -y enclavado, por tanto, en la desmembrada familia valenciana abalista- al que recientemente había repescado el líder socialista provincial, Carlos Fernández Bielsa.
De hecho, Berlanga llegó a la presidencia de Enusa -la empresa pública suministradora de uranio a las centrales nucleares- de la mano de Ábalos en 2018. Se mantuvo en el cargo hasta el año 2021, es decir, hasta la caída en desgracia del ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE, hoy en prisión.
Berlanga se encuentra investigado precisamente por su etapa en Enusa, donde coincidió con la considerada fontanera del partido, Leire Díez. La ex militante socialista sí que ha sido detenida junto al empresario Antxon Alonso, socio de Santos Cerdán en Servinabar, y el ex presidente de la Sepi, Vicente Fernández.
En el caso de Berlanga, su condición de investigado ha propiciado que el PSOE de Diana Morant le haya abierto un expediente de suspensión cautelar de militancia. Según confirman fuentes socialistas, esto comporta "automáticamente" su salida de la ejecutiva provincial de Bielsa, considerado paradójicamente el rival interno de la ministra y secretaria general del PSPV.
Se da la circunstancia de que la relación de Bielsa y Berlanga va más allá de lo orgánico. El también portavoz socialista en la Diputación de Valencia y alcalde de Mislata acogió durante unos meses en su Ayuntamiento a Berlanga, tras solicitar este una comisión de servicios.
Al ex presidente de Enusa se le concedió una comisión de servicios en el consistorio entre marzo y septiembre, según confirman fuentes municipales, para ejercer como jefe de Comunicación y Relaciones Institucionales. Esta contratación, sin embargo, fue criticada tanto por Compromís como por Vox, que cuestionaron los méritos para el puesto de alguien cuyo título académico es el de Filosofía.
La oposición censuró entonces el supuesto "enchufismo" y "oscurantismo" de una contratación que Bielsa nunca llegó a aclarar, según denunciaron. Las fuentes consultadas apuntan a que durante esos seis meses Berlanga percibió un total de 43.000 euros de las arcas municipales. Del fin de su comisión de servicios para regresar a su plaza de funcionario en la Generalitat tampoco se dieron explicaciones, si bien varias fuentes sostienen que su vinculación con Enusa empezó a levantar sospechas cuando la empresa se colocó en el punto de mira de los investigadores.